Archive for: junio 2015

Guantánamo: ¿Un adiós “quirúrgico” al Paquete Semanal?

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Confirman directivos de Trabajo y Seguridad Social de Guantánamo que se mantienen las regulaciones del alcance de la actividad Comprador vendedor de discos.

Por Lilibeth Alfonso (tomado de La esquina de Lilith)

En las casas de discos de la ciudad de Guantánamo se vive un ambiente áspero. En las que no han cerrado, los carteles que antes proponían los servicios están en el piso, con la “cara” contra la pared o todavía en las paredes con un manchón o un trozo de papel tapando la oferta de copiar en memorias flash u otros dispositivos extraíbles. Más información

Cuando la creatividad no alcanza

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Por: Gisselle Morales Rodríguez (https://cubaprofunda.wordpress.com)

No sé si el amor alcanza, con los saltos que provoca en el estómago y las tonterías que en su nombre se suelen cometer; no sé el amor, pero la creatividad no le ha alcanzado al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) para redondear una telenovela como Dios manda.

A estas alturas, tan acostumbrada estoy al bajón de calidad que han dado nuestros dramatizados de turno que no se me ocurriría pedir un culebrón como Sol de batey, Pasión y prejuicio o Tierra brava, capaces de detener un país de por sí detenido en los albores del período especial; ni siquiera como los más contemporáneos Al compás del son, Bajo el mismo sol o La otra esquina; pero una nunca termina de resignarse a la mediocridad audiovisual en que ha caído nuestra pequeña pantalla, al parecer sin remedio.

Medio predispuesta le entré a la primera entrega de Cuando el amor no alcanza, el nuevo producto estrella del ICRT que, con guion de Maité Vera, colaboración de Consuelo Ramírez y dirección de Jorge Alonso Padilla, transmite Cubavisión en las noches de martes, jueves y sábados. Medio predispuesta le entré, solo para salir completamente convencida de que lo asumiría como un programa humorístico más en la parrilla de la televisión cubana.

No puedo enfrentar de otra manera una producción con tan pocos matices, tan escasas sutilezas y tantos descalabros en la dirección de actores que una llega a preguntarse si lo que tiene delante —en 50 minutos que se vuelven interminables— es el capítulo de una telenovela o el cuadro dramatizado de Cuando una mujer. Casualmente ambos espacios comienzan con “cuando”…

A mí no hay quien me convenza de que los problemas de esta serie en específico son de presupuesto: se podía filmar dentro de un estudio levantado con cajas de cartón; se podía prescindir de las luces idóneas; se podía, incluso, lamentar los deslucidos diseños de vestuario y maquillaje y, aún así, con un buen guion de base y un mínimo de creatividad, el resultado final quizás no hubiese sido tan precario. Tan naif.

Quiero pensar en los buenos propósitos detrás de cámaras, en el arduo trabajo de los actores que debutan en televisión —los “Oh, Charito” de estos tiempos—, en los esfuerzos de una posproducción más dilatada de lo que aconsejan las buenas prácticas.

Quiero pensar en ello para no preguntarme, por enésima vez frente a los audiovisuales del patio, ¿quién decide cómo distribuir los muy menguados fondos del ICRT? ¿Quién aprueba guiones que luego ni Robert de Niro pudiera recitar orgánicamente? ¿Algún día entenderemos que los públicos en Cuba tienen mando para cambiar de canal y saben usarlo?

Si algo se le agradece a Cuando el amor no alcanza —en el fondo, siempre terminamos agradeciendo algo— es el intento de recolocar en pantalla la realidad insular contemporánea, el desvelo explícito de los realizadores por llevar a primeros planos no tanto el contrapunteo cubano de los precios y el salario, como las más disímiles historias de nuestra cartografía emocional. Agradecer, lo que se dice agradecer, solo eso: el intento.

“Cuando alguien salte 2.50, yo ya no estaré en este mundo”

Sotomayor batió el récord mundial de salto de altura (2,45) el 27 de julio de 1993 en Salamanca. Más de 20 años después, nadie se ha elevado tanto sobre el listón como él.

Por: Dani Hidalgo 

Fuente: Deporte Cuba.

—En la entrada de su casa usted tiene una barra alzada exactamente a 2,45 metros…

—No fue una idea esporádica. Se me ocurrió cuando vi la barra en la entrada del Museo Olímpico de Lausana. Y me pregunté, ¿por qué no iba a ponerla yo también en mi casa? Es algo que llama la atención de todas mis visitas. Cuando aún competía, veía la barra en la entrada como algo normal… Ahora la veo como todos… alta. (Risas).

—Para usted, ¿qué significa ser cubano?

—Me tocó nacer aquí y he tratado siempre de representar a mi país dignamente. Primero lo hice como atleta cuando estaba en activo. Y ya jubilado he podido viajar por todo el mundo para transmitir mis experiencias como atleta cubano. Me toca hablar de cómo fui un gran campeón y en esa explicación no puedo dejar de mencionar a Cuba. Nuestro sistema de enseñanza y el seguimiento que tiene por parte del gobierno es una gran ayuda. Aquí hemos tenido a muchísimos grandes atletas. Para ser un país pequeño, bloqueado, económicamente no dentro de los mejores del mundo… Tenemos 200 medallas olímpicas. No está nada mal.

—¿Qué opina de los casos de Niurka Montalvo y Joan Lino?

—No han sido los primeros ni serán los últimos. Siempre respeto la decisión que toma cada cual. Sé que la mayoría de atletas que han tomado esa decisión lo han hecho por cuestiones económicas y otros para subir su nivel profesional. Estamos cambiando esa visualización que teníamos antes de deporte amateur, aunque sigamos siendo amateur. Nos estamos insertando en lo profesional. Ahora hay muchos atletas nuestros que están siendo contratados por clubes internacionales. Hay baloncestistas, jugadores de voleibol, de béisbol… Eso va a ayudar a que sean menos los que tomen la decisión de Niurka, Joan Lino y otros tantos.

—¿Cuánto ayudaría a Cuba tener un presupuesto más alto?

—Con una gran economía podría volver a hacer lo de Barcelona 1992. En aquellos Juegos fuimos quintos en el podio de países. Aquí, todo el deporte se mantiene con menos dinero que la federación de atletismo en España, por poner un ejemplo. Y aun así seguimos teniendo buenos resultados. Ahora, imagínate que el presupuesto del atletismo en Cuba sea como el de España u otro país. Estaría muy, muy, pero que muy por encima de lo que está ahora. Tenemos mucha carencia en cuanto a material deportivo. Nuestras instalaciones no son las mejores… Son cosas que nos ponen en desventaja a la hora de enfrentarnos a otros atletas.

—Si le hablo de Salamanca…

—¡Salamanca! ¡El 2,45! Una semana antes, pude hacer el récord mundial en Londres. Ahí salté 2,40 y me sentía tan bien ese día como en el de Salamanca. Pero luego llegó la lluvia… Y era muy malo saltando con lluvia. Ahora me alegro de que haya sido así, porque pude hacer el récord en el mismo sitio donde salté 2,43 años antes. Hice un 2,44 en Puerto Rico. Pero Salamanca es mi orgullo.

—Se enfrentó a varios obstáculos en su carrera… ¿Podría haber hecho más de 2,45?

—Empecé con 14 años con un entrenador, José Godoy… Cuando cumplí los 21, falleció. En esos siete años que estuvimos juntos, mejoraba marcas casi mensualmente. Empecé con él saltando dos metros… y terminé en 2,44. Le quise como un entrenador y como a un padre. Fue el que me llevó de Matanzas a La Habana. En 1990 me tocó otro entrenador. Todos tienen un sistema diferente y me tocó adaptarme al nuevo. Y luego tardé cuatro en mejorar apenas un centímetro. También tuve lesiones. Pero si hubiera conservado a mi entrenador original hasta 1992, el año que él tenía pensado jubilarse, podría haber saltado 2,46 o 2,47.

—Ahora la altura está a gran nivel con Barshim y Bondarenko. ¿Cuál es el límite humano?

—Como saltador, no veo posible hacer 2,50. El 2,46 lo intenté en varias ocasiones y estuve muy cerca. Hay saltadores actuales que lo están rozando. Luego están las mejoras científicas en el deporte. Las instalaciones son cada vez mejores, los calzados y las técnicas también. Pero por mucha mejora, cuando llegue el momento en el que alguien salte 2,50, yo ya no estaré en la faz de esta tierra. El 2,46 y 2,47 sí lo veo al alcance de alguien, pero 2,50 ni en mis sueños.

—En 1993, usted ganó el Príncipe de Asturias. Otro lazo más que tiene con España…

—Son tantos… Empecé a ir a España en el 84. Entrené varias temporadas ahí y me sirvió como trampolín para mejorar mis marcas. En España también logré mis resultados más grandes: mis dos récords mundiales, ser campeón olímpico, un campeonato mundial… Aquel reconocimiento marcó mi vida. Digo esto, porque a raíz de ese premio se creó mi mote en Cuba: Príncipe de las alturas.

—¿Qué le pareció la visita del New York Cosmos de fútbol?

—Es algo que fomenta la relación entre Cuba y EE UU. Últimamente, han estado aquí cantautores estadounidenses, senadores, científicos, jugadores NBA, gente de la Iglesia… Es bueno que empiecen a viajar más americanos a Cuba y viceversa. Hay tantas cosas que necesitamos como cubanos… Se habla del cese del bloqueo, se quitó a Cuba de la lista de ‘países que patrocinan terrorismo’. Esta relación, desde un punto de vista político y humano, es muy beneficiosa para ambos bandos.

La casa que gira

Mientras los periódicos / se deshojan / tú te cubres de pájaros.

Mientras los periódicos / se deshojan / tú te cubres de pájaros.

Por (http://losotrosojosdeeva.blogspot.com)

En la casa que gira perdonas, interminablemente, mis básicas nociones de arte. Vigas se tuercen sin ecos mientras me permites callar durante la surreal explicación del tono en un cuadro de Paul Klee. Sobre toda pasiva calma aceptas mi cercenada ars poetica, que no será cierta si, cuando gano el pan de nuestro hijo, lo hago redactando para un periódico.

Sin que el amarillo se derrame intentas no endurecer tus ojos ante mi vientre de muchacha y me absuelves por ser una madre demasiado joven para estos años. Klee parte a la guerra vestido de soldado alemán y nosotros prevemos bombazos sentados en los ojos del niño, que son absolutos y raras veces los veremos mentir.

Klee morirá con la piel endurecida y pinceles en las manos, para que siglos después, junto al óleo develado, aprendamos a no alzar los cuerpos cuando estemos de frente, porque duele demasiado esa eufonía de la casa proyectándose sobre el color.

Iván Barreto: “No podemos pretender que nuestros pueblos participen en las redes sociales, en Internet, si no participa en la vida real ”

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(http://visiondesdecuba.com)

Durante la sesión, se ha descrito con datos impactantes el desequilibrio en los niveles de acceso y en la calidad de conexión entre los países del mundo, entre el norte y el sur global, y entre el norte y el sur a lo interno de nuestros países. No obstante, también se han presentado proyectos muy interesantes de nuestros países latinoamericanos que muestran un crecimiento en materia de dotación tecnológica, conectividad, penetración telefónica y de banda ancha en nuestra área geográfica. Todo bien hasta el momento, como es común en otros eventos relacionados con las Tecnologías de la información y el Conocimiento o de la Sociedad de la Información o del Conocimiento según convenga a los gestores del evento.

Pero como nos han convocado a la discusión y análisis de los nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital y conociendo a gran parte de los asistentes por su compromiso social, unos desde su activismo popular y otros desde sus funciones gubernamentales, es elemental que ya nos hemos movido a un reconocimiento de que no todo es perfecto y de que no solo se trata de que si la brecha digital es solo otra cara de las tantas brechas que fragmentan nuestros países y que “conectarse y comunicarse” no solo es un derecho que debe ser respetado por los gobiernos y sus políticas públicas.

Las intervenciones que me antecedieron describen muy bien los peligros a los que nos enfrentamos los que queremos un mundo mejor y como las tecnologías son usadas para intentar socavar proceso democráticos y sociales que se dan en América, o para incriminar a países como Rusia y China en acciones de la llamada ciberguerra y como internet se convierte en la principal arma para fortalecer la hegemonía económica, social y cultural del Norte y de los países desarrollados sobre el resto del mundo.

Entonces, en nuestras intervenciones, nos referimos a la necesidad de la presencia de los movimientos sociales y en especial de los ciudadanos en las redes sociales y en general en Internet, a partir de su participación en el diálogo, un consumos critico y responsable de estas tecnologías y sobre la importancia de la generación de contenidos desde nuestras culturas, idiosincrasia y visión del mundo como respuesta contrahegemónica a la imposición de un pensamiento único, colonizador desde el norte y por lo general en inglés. Somos conscientes de que vivimos en un mundo dónde la calidad de la información que recibimos y nuestra capacidad de interpretarla influye en gran manera sobre nuestras elecciones y acciones, incluyendo nuestra capacidad para disfrutar nuestras libertades fundamentales, nuestra auto-determinación y nuestro desarrollo como países y como individuos.

Por ello quiero referirme a otra arista del mismo problema: el papel de la educación en estos procesos.

Por todos es conocido que las TIC no vienen a resolver “per se” ninguno de los problemas que enfrentamos en nuestros países del Sur. No podemos pretender que nuestros pueblos participen en las redes sociales, en Internet, si no participa en la vida real, si no los enseñamos a participar desde nuestros movimientos sociales y desde nuestros sistemas educativos. No podemos pretender que nuestros ciudadanos del Sur se conviertan en generadores de contenidos para las redes sociales e internet si ni siquiera los hemos enseñando a decodificar los símbolos, mensajes y medios a los que está expuesto cotidianamente.

Ya a los que no somos nativos digitales la vida nos ha obligado a aprender, con sangre y en el camino, a cómo enfrentarnos a esta realidad, pero nuestros niños y jóvenes no tiene por qué pasarle lo mismo. Por eso quiero llamar la atención de que debemos ocuparnos de que cada proyecto que se presente a nivel gubernamental o de agencia social debe considerar la necesidad de que la renovación tecnológica, tiene que ser acompañada inevitablemente de una renovación pedagógica y didáctica que garantice una verdadera revolución ciudadana.

Esta transformación pedagógica al menos tiene que darse en tres áreas:

La primera es la renovación curricular que incluye la mirada de los contenidos asociados a la enseñanza de la informática como objeto de estudio, que debe trascender de la mirada instrumental de la informática y la mera enseñanza de herramientas para sacarle provecho al equipamiento: Hoy básicamente enseñamos office, hojas de cálculo, presentaciones electrónicas, implementación de páginas web pero lo que se necesita es que nuestros sistemas educativos se comprometan con la educación informacional, audiovisual, digital y tecnológica de nuestros niños y jóvenes que los prepare, desde una formación política a la que también tiene que contribuir la escuela, pero los pondrá en mejores condiciones para una participación responsable y ética en las redes sociales e internet o en cualquiera de las transformaciones que depare el futuro y el desarrollo de estas tecnologías.

Una segunda renovación se tiene que dar en los métodos y didácticas que se emplean en nuestros sistemas educativos. No podemos pretender ciudadanos participativos, interactivos, creativos en una escuela que no les permita participar, interactuar y crear. Las TIC en la escuela por si misma no crea participación, dialogo e interactividad. Por el contrario, una escuela con un sistema “bancario” o metodologías “bancarias” ; a decir de Paulo Freire; con la introducción de las TIC, solo va a reproducir sus métodos bancarios, enajenantes.

Simplemente ahora en vez de un profesor “maltratar a solo 20 alumnos en su salón, ahora con la educación a distancia maltratará a los 70 u 80 alumnos que tendrá en su curso on line. Países verdaderamente democráticos, revoluciones sociales participativas, revoluciones ciudadanas, reflejadas como tal en las redes sociales e internet, necesitan sistemas educativos democráticos, participativos. Necesitamos escuelas dotadas de tecnologías y conectividad pero sobre todo, renovadas pedagógica y metodológicamente. Si no, estamos echando vino nuevo en odre viejo.

La tercera renovación se tiene que dar en la formación inicial y superación permanente de los docentes, lo cual debe partir de garantizar acciones de acceso de los docentes al equipamiento y la conectividad y por supuesto de una renovación curricular en estos procesos.

Hoy la misión de nuestros proyectos sociales de izquierda, de nuestras revoluciones ciudadanas participativas no es seguirle la corriente a la competencia “estadística” de cantidades de equipamiento, de niveles de conectividad y de ancho de banda. Esto es una guerra ideológica, política, simbólica y cultural que solo podremos ganarla con conciencia ciudadana, con educación revolucionaria, con metodologías cercana a los nuevos tiempos y a los nuevos códigos de comunicación de los ciudadanos que se enfrentan todo el tiempo a nuevos medios y tecnologías.