Archive for: diciembre 2017

¿El diagnóstico médico a un clic?

Tomado del blog: De lupas y catalejos
La paulatina llegada de Internet a Cuba propicia búsquedas sobre enfermedades, uso de medicamentos, tratamientos alternativos (Abel Rojas / Cubahora)

Unas noches atrás, mientras caminaba de regreso a casa, encontré a un amigo que no veía hace mucho. Después de ponernos al día sobre nuestras respectivas pequeñeces cotidianas, le conté sobre la enfermedad de un conocido de ambos.

Entonces, mi interlocutor, con una sapiencia en el tema que hasta entonces no le sospechaba, hizo toda una disertación sobre la posible evolución del paciente y los tratamientos debidos.

Nos despedimos poco después, pero quedé pensativa: ¿y cómo sabe él todo eso?, incluso me esforcé en rememorar si tenía algún estudio médico, pero no, había tomado el camino de la ingeniería, estaba segura.

Lo suyo es un entusiasmo amateur, un hobby que, valga decirlo, comparten un buen número de cubanos y cubanas; y que, también es justo aclarar, no tiene sus bases solo en un alto nivel de instrucción sino también en el acceso universal y gratuito a la salud.

Para quienes habitan este archipiélago, las instituciones médicas, desde el consultorio hasta los más prestigiosos hospitales, no son zonas vedadas; y se ha desarrollado una cultura de acudir a ellas que ciertamente conlleva familiarizaciones con exámenes, diagnósticos y prescripciones.

El problema está en aquellos que, sin haber usado jamás una bata blanca, creen que pueden ellos mismos recetar, basados en sus experiencias o la de personas cercanas, ¡y cuántos hay!

No sorprende entonces que la paulatina llegada de Internet a la isla propicie búsquedas sobre enfermedades, uso de medicamentos, tratamientos alternativos…

Ya sea quienes pueden conectarse desde el trabajo o la casa, por motivos laborales, o los que acuden a los puntos wifi o el servicio de Nauta Hogar, casi todos sucumben a la tentación de consultar a “Doctor Google” sobre temas de salud.

Hasta ahí no habría problema si no fuera porque quedarse con la versión de una página web entraña tantos o más peligros que guiarse en el mundo offline por criterios inexpertos y no acudir al personal facultado.

El fenómeno ya es mundial y por tanto está extensivamente estudiado. Buena parte de la información de salud que los internautas buscan corresponde a enfermedades como cáncer, gripe, diabetes, diarrea, alergia, depresión, Alzheimer, sida, anorexia o Parkinson.

Y si poder acceder a todo ese caudal de conocimiento es maravilloso, para quien no esté alerta puede ser muy frustrante. Mucha de la información disponible en Internet  sobre temas médicos está destinada a un público especializado, por tanto, el lector promedio se ve incapacitado para filtrar la información, la distorsiona y termina fijando solo los datos más alarmantes, con la consiguiente carga de miedo y ansiedad.

De más está decir que no todas las fuentes son fiables y que debe precisarse bien la fecha de actualización del artículo; que las historias de vida de sobrevivientes —tan frecuentes en la red de redes— no pueden generalizarse: cada cuerpo humano es un universo; y la mayoría de los contenidos disponibles se refieren a las patologías más graves, y no a las comunes que pueden relacionarse con síntomas similares a los de las primeras.

Si bien existen fenómenos más complejos como la ciberhipocondría, aun sin llegar a obsesionarse, cualquier persona puede desconfiar de su médico al indagar por tratamientos o consultar estadísticas.

El foro ¿Tu médico es Internet?, desarrollado por Cubahora, ofreció indicios sobre la percepción que existe en el país de este fenómeno.

Los comentarios acusan una conciencia colectiva de que automedicarse no es una opción y de que “buscar enfermedades y creerse que eso es lo que uno tiene” implica cierto morbo perjudicial.

Los foristas reconocieron leer sobre temas de salud y destacaron el beneficio de Infomed y de secciones médicas en la prensa cubana para ahondar en las recomendaciones de los facultativos y “entender mejor”, sin poner en duda el diagnóstico inicial.

En el contexto de la falta de medicamentos que experimenta el país, por carencia de materias primas, y que comienza a ceder, según datos de la industria farmacéutica nacional, varios usuarios dijeron haberse informado con enfoque más práctico: conocer sobre medicamentos análogos a los comercializados en Cuba para gestionarlos a través de amigos o familiares en el extranjero. Incluso, en ese caso preguntar a un médico se hace imprescindible.

Contrastar fuentes serias y nunca pensar que una lectura a la distancia de un clic puede sustituir la visita a un centro asistencial son recomendaciones no por obvias menos necesarias.

Cada vez habrá más acceso a Internet en el país y más cubanos sucumbiremos al mal de la autoconsulta web, preparémonos entonces para informatizarnos, que supone en buena medida saber discernir el oro de entre las rocas.

Los que se quedaron

Tomado de: Bitácora de Glenda

Han pasado 15 años y la maestra Annia sigue dando clases a pesar del salario bajo; los padres que ya no van a la escuela a preguntar por sus hijos sino más bien a cuestionar los procesos; la escasez de compañeros para cubrir su ausencia; el aumento de la matrícula de niños por aula; o el peso que muchas veces solo recae en ellos porque la familia se desentiende.

Han pasado 15 años desde que la maestra Annia me dio las primeras lecciones de Español- Literatura en cuarto grado, y todavía recuerdo su exigencia con nuestra caligrafía y ortografía, y los hábitos de lectura y la realización de las tareas fuera del horario lectivo.
Nunca nos dejó un día libre, ni siquiera un fin de semana: «la escuela se lleva a la casa», nos decía. Pero qué iban a entender eso los alumnos de la primaria.
Aquellos días en la escuela Rafael Martínez la maestra Annia nunca me ubicó en la mesa con alguna de mis mejores amigas. Nos separaba y al lado nuestro sentaba a quienes no asimilaban rápidamente los conocimientos, que nunca fue sinónimo de menor inteligencia.
Mi maestra Annia decidió quedarse a pesar de tener que prepararse en solo unas semanas para impartir diferentes asignaturas, ¡y ella se había pasado años especializándose solo en Español! Pero entendió el por qué de aquel sacrificio, y volvió a estudiar a la par de sus alumnos, y no le importó nunca decir que no sabía, o hacer una pregunta. No se dejó vencer por la desmotivación.
Como ella muchos profesores se quedaron en las aulas y son hoy los que garantizan la educación de los menores, con mayor o menor calidad.
El éxodo de maestros —en Cienfuegos aumenta a mil— lleva un ritmo progresivo de ascenso en el país durante los últimos años, y ha provocado limitaciones en el sector, y en la propia conducción de la sociedad.
Lo más triste es que la causa tiende a mantenerse. Los nuevos ingresos y matrículas en escuelas pedagógicas disminuyen cada curso, sin contar la falta de interés por aquellas de las ciencias exactas, en la peor situación.
Esa primera profesión deseada por los niños —quién no soñó con ser maestro cuando grande— quedó solo como un anhelo infantil, e incluso como una vocación perdida en el fondo de las oportunidades.
Yo también quise ser maestra, todavía me gustaría alguna vez pararme frente a un aula de alumnos adolescentes, y contarles la historia como lo hizo la maestra Mireya y el profe Carbonell; o analizar gramaticalmente los relatos cortos de Eduardo Galeano que nos llevaban al aula Maribel y Guevara; o simplemente motivarlos con una canción en Inglés de Katy Perry.
Ese, el mío, es un anhelo detenido, interrumpido por la realidad de verlos llenar papeles hasta el cansancio; de las guardias en la Vocacional y luego entrar al aula en la mañana; de evaluaciones constantes y cambios de planes de estudios; de recorrer kilómetros en una bicicleta vieja camino al pre; de llegar tarde a casa e “inventar” a esa hora qué se iba a cocinar.
Esa misma realidad que me los mostró constantes en el tratamiento diferenciado a los menos aventajados; descuidando a veces su salud por hacer bien su trabajo; felices ante los resultados satisfactorios de un examen de ingreso o al felicitarme luego por haberme hecho periodista.
Quisiera que ellos —a quienes nunca pude llamarlos por su nombre, porque fueron siempre maestra o profesor tal— se sonrían en silencio hoy, cuando lean su nombre en estos párrafos, o aún sin mencionarlos se sepan recordados.
A mis maestros, esos que tras tantos años decidieron quedarse a pesar de las clases particulares mejor remuneradas; las opciones del turismo o cualquier otro oficio; a quienes recuerdo, e incluso a quienes no, les agradezco infinitamente porque todos, absolutamente todos, me enseñaron algo.
A esos, a los que se quedaron, gracias.

GUSTAVO ARCOS SOBRE EL 39 FESTIVAL DEL NUEVO CINE LATINOAMERICANO

Tomado de: Cine Cubano La Pupila insomne

Gustavo Arcos Fernández-Britto 

El 39 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano terminó anoche y las mujeres, como realizadoras, artistas o técnicas arrasaron con la mayoría de los galardones. Ellas, no solo fueron las autoras de los filmes sino también, las protagonistas centrales y activas de esos relatos. Un suceso, sin precedentes y gratamente significativo en la historia de estos eventos.

Bajo la premisa, Ver para crecer, llegaron a La Habana cientos de películas e invitados y, los espectadores como siempre, organizaron su particular maratón para disfrutar de la mayor cantidad posible de filmes, siguiendo ese extraño ritual adictivo, que se repite con cada edición. Y es que, para muchos cubanos, ir al cine solo parece cobrar sentido durante estos diez días, en los que se obtiene una… licencia para soñar. El resto del año, las visitas al agromercado, el paquete semanal y la televisión nacional hacen lo suyo. Así que el festival, se convierte en esa puerta o espacio único, donde la gente intenta conocer, o vivir, la vida que no tiene.

Como tener y no tener se ha convertido en el mantra de nuestros tiempos, el festival se ve arrastrado cada año por esa misma lucha de contrarios… posesivos. No hay empresa que se levante sin financiamiento y los organizadores deben convertir polvo en oro, (¿o pesos en CUC?) para tratar de no traicionar a los espectadores que, año tras año, esperan el mes de diciembre para ver, quizás, el mejor cine del mundo. Pero no basta con traer buenas películas y organizar magníficas secciones, hace falta disponer de los espacios de exhibición que estén a la altura de esos esfuerzos y, francamente, el estado de nuestras salas (lunetas muy incómodas, proyectores que no funcionan, sonidos que se distorsionan) dejan bastante que desear, aun y cuando se han producido inversiones (evidentemente erradas) en ese sentido.

Distanciado de su espíritu fundacional el festival ha dejado de ser la fiesta que integraba a todo un país, que llevaba películas a ciudades y comunidades, que hacía vibrar, emocionar y sufrir a millones de personas. Hoy, solo ofrece programas para unas pocas salas de la capital, ubicadas esencialmente en un mismo y reducido circuito del Vedado. Tal desplazamiento (no imputable a sus organizadores, puesto que rebasa sus competencias) tiene consecuencias culturales.

A pesar de esos y otros avatares, la cita, mantuvo su estructura o diseño tradicional, erigido alrededor de muestras oficiales y alternativas, presentaciones especiales, conciertos, encuentros teóricos, conferencias, lanzamientos de libros, homenajes y talleres. Múltiples opciones en un apretado programa, no siempre bien promocionado, sujeto a todo tipo de contingencias (la precaria conexión a internet o, la llegada de los filmes, por ejemplo) que termina por generar incertidumbres y confusiones informativas entre los espectadores. Es un modelo inclusivo, defendido por sus curadores, quienes, intentando mantener las esencias del evento, en su vocación latinoamericanista, han abierto también sus pantallas a lo mejor y más variado del cine universal.

Cuba tuvo una débil representación en los concursos oficiales de este año y su participación no fue refrendada (salvo en la categoría de animación) con ningún premio importante del jurado. Sergio y Serguei obtuvo el gratificante premio del público, pero para los filmes cubanos… es ya un lugar común. Paradójicamente, hemos tenido una de las más prolíficas temporadas de toda nuestra historia fílmica ya que se han rodado, al menos, una docena de largometrajes y cientos de cortos y documentales que ahora transitan por diferentes etapas de posproducción visual y sonora. ¿Los veremos el próximo año?

Cada festival tiene su propio comité de selección, que parte y reparte, colocando obras en el concurso oficial o en las muestras paralelas, siguiendo en primera instancia, criterios artísticos o estéticos. También influyen, los deseos del productor al hacer la inscripción en una u otra sección, el perfil o interés del festival, y hasta los nombres de algunos autores cuyo pedigrí y obra, legitimarían su inclusión. Pero los filmes cubanos se convierten cada año en la manzana de la discordia. Otro “comité” extra- cinematográfico incide y presiona para que no se incluyan ciertas obras, consideradas incómodas o “políticamente incorrectas”. Hace tres años fue Regreso a Ítaca (Laurent Cantet), luego, en el 2016 tuvimos la amarga experiencia con la exclusión de Santa y Andrés (Carlos Lechuga) y este año, en lo que parece ser un patrón contra los filmes con nombres propios, le tocó el turno a Sergio y Serguei (Ernesto Daranas), que, aunque finalmente presentada, tuvo que sortear no pocas escaramuzas.

Como ocurre con la Muestra Joven de abril, los festivales son una excepción para la producción audiovisual cubana. Se levantan como el reducto circunstancial y único donde pueden apreciarse, en una sala y con cierta dignidad, muchas de las películas nacionales que fuera de esos marcos, no encontraran nuevas presentaciones públicas en nuestro entorno. La lista de películas “marcadas para morir” es larga. Alguien dijo que un país sin imágenes, es un país que no existe. Bueno, en el nuestro desgraciadamente hay gente empeñada en hacer realidad ese axioma.

Por suerte, los cineastas cubanos no le hacen el juego al enemigo… interno; filman, viajan, se involucran en diferentes proyectos, encuentran fondos donde sea y siguen adelante con sus ideas y sueños estrenando sus obras por todo el mundo. Ahí está una película como Los lobos del este, dirigida por Carlos Machado Quintela, y presentada en la sección Panorama Latinoamericano. Su obra anterior (La obra del siglo) es justamente una de esas que, aun galardonada en el festival, espera por su estreno tras dos años de realizada.

Pero Carlos, no se sentó a llorar o esperar, se fue a Gran Bretaña y luego a Japón donde encontró el ambiente, los actores, un lobo japonés y las motivaciones para su nuevo filme. Tenemos una película rodada por un cubano, en Japón, con actores y técnicos de esa nación que, por supuesto hablan en japonés, interpretando personajes diseñados y escritos por cubanos que viven en España. Fue editada en Estados Unidos y realizada gracias a la colaboración de al menos cinco naciones. Un ejemplo de los caminos que también puede seguir el cine de la isla. Un cine posnacional que se construye más allá de nuestras fronteras, y de la tutela institucional, que nos hace repensar los conceptos de identidad nacional, especialmente aquellos asociados a una geografía o espacios definidos. Ya hemos tenido varias experiencias en ese sentido. Recordar por ejemplo los filmes: Memorias del desarrollo (Miguel Coyula), El acompañante (Pavel Giroud) y Espejuelos oscuros (Jessica Rodríguez) por solo citar algunos de las más recientes.

El próximo festival estará consagrado a Tomas Gutiérrez Alea en su 90 aniversario. Será la edición 40 y seguramente se organizarán, por aquello de que es un numero redondo, presentaciones y jornadas memorables. Habrá muchas películas cubanas en el 2018, así que los curadores del festival tendrán una ardua tarea por delante al seleccionar o decantar. Ojalá los filmes sean dignos de Alea, y el festival todo, de su honestidad artística, su espíritu crítico y compromiso intelectual.

El intento de recolonizar Brasil

Tomado del blog Isla Mia

Por: Leonardo Boff
La colonización y especialmente la esclavitud no son solamente etapas pasadas de la historia. Sus consecuencias (Wirkungsgeschichte) perduran hasta el día de hoy. La prueba clara es la dominación y la marginación de las poblaciones un día colonizadas y esclavizadas, basadas en la dialéctica de la superioridad-inferioridad, en las discriminaciones por causa del color de la piel, en el desprecio y hasta el odio al pobre, considerado perezoso y un cero económico.

No basta la descolonización política. La recolonización resurge en forma de capitalismo económico, liderado por capitalistas neoliberales nacionales, articulados con los transnacionales. La lógica que rige las prácticas de la recolonización consiste en sacar el máximo provecho del extractivismo de los bienes y servicios naturales y en la explotación de la fuerza de trabajo mal pagada y, cuando es posible, como está ocurriendo escandalosamente en Brasil, en la reducción de los derechos individuales y sociales.

Los primeros que vieron claramente la recolonización fueron Frantz Fanon de Argelia y Aimé Césaire de Haití, ambos comprometidos con la liberación de sus pueblos. Propusieron un valiente proceso de descolonización para liberar la “historia que fue robada” por los dominadores y que ahora puede ser recontada y reconstruida por el propio pueblo.

Se trataba sin embargo de una dura lucha contra los que quieren prolongar la nueva forma de colonización y de esclavitud, creando obstáculos de todo tipo a los que buscan hacer una historia soberana de sus valores culturales y de sus identidades étnicas.

Césaire acuñó la palabra negritud para expresar dos dimensiones: la continuada opresión contra los negros y una resistencia persistente y una lucha obstinada contra todo tipo de discriminación. Negritud es la palabra-fuerza que inspira la lucha por el rescate de la identidad propia y el derecho de las diferencias. Césaire criticó duramente la civilización europea por su vil codicia de invadir, ocupar y robar las riquezas de los otros, espiritualmente indefendible por haber difundido la discriminación y el odio racial, embruteciendo y degradando a los pueblos colonizados y esclavizados inculcándoles la impresión de que no son gente y no poseen dignidad.

Paralelamente al concepto de negritud se creó el de colonialidad por el científico social peruano Aníbal Quijano (1992). Con él se quiere expresar los patrones que los países centrales y el propio capitalismo globalizado imponen a los países periféricos: el mismo tipo de relación predatoria de la naturaleza, las formas de acumulación y de consumo, los estilos de vida y los mismos imaginarios producidos por la máquina mediática y por el cine. De esta forma continúa la lógica del encubrimiento del otro, el robo de su historia y la destrucción de las bases para la creación de un proceso nacional soberano. El Norte global está imponiendo la colonialidad en todos los países, obligándolos a alinearse con las lógicas del imperio.

El neoliberalismo radical que está imperando en América Latina y ahora de forma cruel en Brasil es la concreción de la colonialidad. El poder mundial, sea de los Estados hegemónicos sea de las grandes corporaciones, quiere reconducir a toda la América Latina, en este caso a Brasil, a la situación de colonia. Es la recolonización como proyecto de la nueva geopolítica mundial.

El golpe dado en Brasil en 2016 se sitúa exactamente en este contexto: se trata de solapar un camino autónomo, entregar la riqueza social y natural, acumulada durante generaciones, a las grandes corporaciones. Se hace mediante las privatizaciones de nuestros mayores bienes: el pré-sal, las hidroeléctricas, eventualmente los Correos, el BNDS y el Banco de Brasil. Se frena el proceso de industrialización para que dependamos de las tecnologías venidas de fuera. La función que nos es impuesta es la de ser grandes exportadores de commodities, que los países centrales no tienen para su consumo perdulario.

Nombres notables de la economía articulada con la ecología como Ladislau Dowbor y Jeffrey Sachs, entre otros, nos alertan de que el «sistema-Tierra» ha llegado a su límite (la Sobrecarga de la Tierra) y no soporta un proyecto con tal nivel de agresión social y ecológica.

Ahora ese modelo, para nuestra desgracia, es asumido por el actual gobierno corrupto y totalmente despegado del pueblo, de un neoliberalismo radical que implica el desmantelamiento de la nación. De ahí el deber cívico y patriótico de derrotar a estas élites del atraso, anti-pueblo y anti-nacionales, que asumieron esta aventura, que podría no ser soportable por el pueblo. Todo tiene límites. Ha de surgir una conciencia patriótica en forma de un generalizado rechazo social. Una vez sobrepasados esos límites, difícilmente evitaríamos lo innombrable.

Ocho años después o Medios y diversidad sexual en Cuba

Publicado en el blog PaquitoeldeCuba

A pocos días de que esta bitácora cumpliera sus ocho años de existencia —el pasado 4 de diciembre—, reproduzco mis respuestas para el debate Medios y diversidad sexual… pasos en el camino, síntesis muy personal sobre los resultados y carencias en el reflejo mediático de la diversidad sexual en Cuba.

Les invito además a seguir los enlaces al sitio de la corresponsalía en Cuba del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe, SEMlac, para que puedan conocer también las opiniones de Ivet Gonzáles Lemes y Yadiel Cepero, mis colegas de profesión y activismo respectivamente, quienes aportaron puntos de vista muy reveladores sobre el tema.

A continuación, las preguntas de SEMlac y mis breves consideraciones:

¿Qué distingue al tratamiento mediático de la diversidad sexual en Cuba hoy?

Estamos en un punto intermedio entre una primera etapa de abordaje limitado y bajo el control de una dosificación estricta y centralizada para los diferentes medios tradicionales, y la siguiente fase, todavía no alcanzada del todo, pero de la cual ya hay señales, que implica un reflejo natural de la diversidad sexual existente en la sociedad cubana, de acuerdo con los valores noticias y los resortes periodísticos de cada hecho concreto.

Por consiguiente, todavía el tratamiento mediático resulta segmentado e incompleto, no pocas veces con vacíos informativos notables en los medios tradicionales ante acontecimientos internacionales o nacionales que vinculan con la temática LGBTIQ, aunque hoy es mucho más frecuente la aparición en la prensa de materiales periodísticos y programas culturales que la abordan y, por lo general, no pasa inadvertido ningún hito para una comunidad de personas y activistas que siguen el tema por los medios alternativos y las redes sociales en internet.

¿Crees se ha avanzado en estos últimos años? ¿Por qué?

Sí, hemos avanzado. Por varios motivos:

Es el resultado de la introducción del tema en la agenda pública, a partir de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia y, en general, de la labor educativa, científica y de apoyo al activismo social que desempeña el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

Constituye un reflejo del avance en la conciencia social a partir del debate ciudadano existente, cuya expresión y síntesis política más contundentes en el plano formal son los pronunciamientos del Partido Comunista de Cuba en su VI y VII Congreso, al introducir como un objetivo el enfrentamiento a la discriminación por orientación sexual e identidad de género.

Hay más flujo de información y contenidos comunicativos sobre la diversidad sexual provenientes de otros países, y también más preocupación, sensibilidad, implicación y conocimiento por parte de creadores, periodistas y comunicadores en Cuba.

Existe una mayor permeabilidad entre las agendas de los medios y de la ciudadanía, en este y otros muchos asuntos, a partir del incremento en el acceso a internet y otras vías de comunicación (la telefonía celular, el correo electónico y “el paquete” semanal[i])

¿Cuánto han aportado los medios digitales y las redes sociales en la lucha contra la homo/lesbo/transfobia?

Como ocurre también en otras sociedades, los medios digitales alternativos y las redes sociales constituyen la principal vía de comunicación e interacción social para conocer, seguir y participar —indirectamente— en este tipo de lucha. Todavía tales espacios comunicativos no son tan efectivos, sin embargo, como vía para la movilización real y efectiva, pues con ese propósito prevalecen los mecanismos institucionales, de mucho mayor alcance, credibilidad y validación política en la sociedad cubana. No obstante, es creciente la influencia de los estados de opinión que generan estos medios y redes para el avance en la discusión de políticas públicas más inclusivas en relación con la diversidad sexual y en la infiltración de tales contenidos hacia el periodismo tradicional y otros espacios de deliberación pública y política.

¿Qué estrategias y acciones crees son vitales para la inclusión orgánica de la lucha contra la homofobia en la agenda mediática nacional?

Superar las grandes limitaciones y problemas que existen en la concepción y desarrollo del periodismo en Cuba, en su mayoría o principalmente no atribuibles a sus profesionales, sino como consecuencia de políticas comunicativas retardatarias e ineficaces frente al nuevo paradigma comunicacional global, así como de la aparente incomprensión o subvaloración sobre el papel de los medios en la sostenibilidad del proyecto socialista cubano.

Fortalecer el activismo LGBTI mediante mecanismos y estructuras coherentes con las peculiaridades de la sociedad civil cubana, de modo que pueda ser más efectiva la exigencia en el cumplimiento de la política del Partido Comunista de Cuba.

Incrementar la capacitación y formación de profesionales y creadores en materia de derechos humanos, en particular en relación con las demandas, características y necesidades de la comunidad LGBTIQ.

Conseguir un liderazgo político más amplio que no desconozca el tema o rechace hablar sobre la diversidad sexual y la no discriminación por orientación sexual e identidad de género.

Suprimir de una vez y por todas, mediante el debate público sobre la base de una rigurosa investigación científica e histórica, los vacíos, silencios y opacidades en el análisis de los errores y las injusticias que se cometieron en épocas anteriores, como resultado de la homo/lesbo/transfobia.

 

[i]El “paquete semanal” es una compilación de un tera bite que reúne contenidos diversos (desde informativos, películas y revistas, anuncios publicitarios, eventos de deporte, etc.) y circula de manera informal por todo el país.