Canal de Pasacaballos, leyendas y tradiciones de una vía marítima

tomado del blog Cienfuegos Patrimonio

Es la entrada la bahía de bolsa de mayor tráfico comercial de Cuba. También es el asentamiento de pescadores y marineros, que se hacen a la mar cada día por sus aguas, compitiendo con tanqueros, cruceros y pequeños botes de pesca. Es el canal de Pasacaballos.

Está en medio de dos pequeñas colinas, una ocupada por el hotel homónimo y otra por la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua.

La zona de Pasacaballo fue uno de los primeros asentamientos de pescadores, descendientes de aquellos que en el siglo XVIII habían venido a edificar las Fortaleza, ubicada justo frente a este peñón. Narran los historiadores que allí existió una hermosa mansión, la primera construcción civil sobre esos arrecifes, vistosa por sus elegantes jardines, y que luego de destruida por un incendio y que diera paso en pleno siglo XX, al hotel Pasacaballos.

Allí existió una hermosa mansión, la primera construcción civil sobre esos arrecifes, vistosa por sus elegantes jardines, y que luego de destruida por un incendio
Allí existió una hermosa mansión, la primera construcción civil sobre esos arrecifes, vistosa por sus elegantes jardines, y que luego de destruida por un incendio

Los hombres de mar del centro sur de Cuba lo conocen muy bien, por ser el canal de entrada a la bahía, estrecha y profunda boca que dificulta las maniobras marítimas y que ellos llaman el “torno de Pasacaballo”.

¿De dónde viene el nombre?

La historia que se presume le da nombre al canal comenzó a inicios del siglo XIX, aunque la fecha no es segura. Cuentan que un marino japonés entró en su goleta el canal, tan grande fue su asombre por las bellezas de la zona que decidió asentarse definitivamente en Cienfuegos.

El asiático se empleó en el Muelle Real y que entre los “braceros” se ufanaba y hacía apuestas sobre sus destrezas para la inmersión a gran profundidad y en prolongadas zambullidas.

Fue entonces que se empeñó en una de sus jugadas, y frente a esa orilla que tanto le impresionara a su llegada a Cienfuegos, se lanzó a los fondos probando suerte para traer a la superficie una moneda de oro.

Pasó un tiempo largo sin que lo vieran emerger. Narra la leyenda que cuentan los pescadores del Perché y el Castillo que cuando finalmente lo vieron surgir de las profundidades, gritaba desesperado ¡Caballo, caballo, grande! …Y mientras respiraba profundamente para recobrar el aliento, no cesaba de murmurar que en aquella hondonada había un enorme caballo.

Por supuesto que no se sabe si era realmente un caballo (equino), o un caballito de mar de dimensiones muyyyy grandes, o una caballa, especie de pez muy habitual en esa zona.

La otra leyenda

Otro de los cuentos de tradición oral que se cuenta en la zona narra la historia de una goleta de finales la centuria de 1700 que venía cargada de equinos, para las pocas haciendas de la zona en esa época.

Dicen que al llegar a la boca del canal se complicaron las maniobras y los cuadrúpedos se violentaron por los vaivenes del bajel, ante lo que el capitán del barco tuvo que lanzar por la borda la inquieta carga, que nado sin ningún problema a ambas orillas, como están habituados los caballos, excelentes nadadores.

Por supuesto que esta era una práctica habitual hace varios siglos, lanzar los caballos antes de atracar y que ellos solos nadaran a la orilla.

La realidad es que son varias las leyendas y mitos de la zona, algunos relacionados o no con el nombre del canal de Pasacaballos. Mitos que forman parte de las tradiciones orales de los pueblos marineros, acostumbrados a narrar cuentos alrededor de una fuente de luz en las noches de pesca o borrasca.

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