Category: Cultura

COCO, EL NEOCOLONIALISMO DISNEY

Pixar ha logrado que llorar como se lloró en las proyecciones de Bambi sea elogiado por los que antes denunciaban el imperialismo cultural
por ANDY ROBINSON*

<p>Fotograma de la película de Disney 'Coco'.</p>

Fotograma de la película de Disney ‘Coco’.

Este momento de tensión  entre EE.UU y México es muy desconcertante para USA Inc. Porque para las grandes corporaciones estadounidenses (y otra multinacionales), México tiene un valor incalculable a la hora de diseñar sus campañas de marketing. Y, por supuesto, a la hora de diseñar sus producciones cinematográficas. México es “auténtico” y tiene alma. Para un buen creativo corporativo con MBA, especializado en la extracción de valor intangible, quedan enormes yacimientos de cultura popular en México que, increíblemente, aún no han sido convertidos en mercancía.

Es más, en México, con su historia tan cruel, su cultura todavía no mercantilizada se ve estrechamente identificado con la última barrera de protección, la familia, otro elemento de valor inestimable para los creativos del marketing e imagineering precisamente porque se percibe como un santuario del mercado, lo último que se vendería y que se corrompería. México tiene todo lo que le faltaba a McDonalds cuanto intentó sin éxito hacer aquella campaña de  “Say it with love”. Para decirlo con amor y alma, hace falta algo mucho  más potente que un Big Mac regalado al cliente para que llame a su madre o novia y que le diga ante el público: “Te quiero”. Hace falta algo menos obviamente transaccional para así esconder la fría cotización bursátil que motiva cada decisión corporativa necesaria para su expansión imparable e insaciable. Y ¿qué mejor para penetrar hasta la zona más protegida de la cultura que hacer una ofrenda del Día de los Muertos?

La semana del 2 de noviembre podían verse ofrendas en cada uno de los centros comerciales de la Ciudad de México: calaveras de azúcar o chocolate, tamales de maíz, papel picado de colores chillones, panes de muerto, flores anaranjadas cempasúchil ya fotos del difunto, quizá, el fundador de la franquicia. México primero regaló a Frida Kahlo, una revolucionaria reconvertida en un logotipo de moda global. Más tarde, la calavera, un icono de moda auténticamente étnica. ¿Qué mejor que un esqueleto para combatir las acusaciones de superficialidad y narcisismo que suelen hacerse a la moda? 

Y ahora, la ofrenda de la fiesta del Día de Muertos como potente herramienta de marketing. No importa que fuera, en la calle, haya gente llorando y realizando ofrendas improvisadas delante de los edificios que se derrumbaron en el terremoto del 19 de septiembre. Las ofrendas de las multinacionales son mucho más ricas en simbología del México auténtico que esas pobres ofrendas caseras. Ahí están, junto a las marcas de Carolina Herrera, Estée Lauder, Victorias Secret. Y, para rematar, en el multicine, en al tercera planta, Coco, la nueva película de Pixar/Disney sobre el Día de Muertos en México, exhibida en horario continuo.

Ofrenda delante de un edificio derrumbado en el terremoto

La crítica mexicana se ha deshecho en elogios por Coco, un filme muy bien documentado, que entiende lo “auténtico” del pueblo mexicano y que muestra “admiración e incluso respeto a la cultura nacional”, según el diario El Universal. No falta ningún detalle antropológico sobre la gran fiesta popular, de orígenes precolombinos. Desde el papel picado que adorna las calles de México hasta los tamales y pan de muerto en las ofrendas. Desde la Llorona, la madre fantasma que busca a sus hijos muertos, hasta La Catrina, la cómica encarnación de la muerte de Diego Rivera. Sin olvidar la música de Jorge Negrete, Pedro Infante, con un poco de hip hop folclórico del Mexican Institute of sound. Ahí está también el perro de los aztecas, el Xoloitzcuintle, y los animales fantásticos de la artesanía de Oaxaca, los alebrijes, ya en venta en su Disney Store más próxima.

Hasta la izquierda mexicana se ha mostrado agradecida a la filial de la gigantesca Corporación Disney por explorar lo auténtico del pueblo mexicano. Hay que reconocérselo a los creativos gringos de Pixar de la escuela obsesiva de Steve Jobs. No dejarán ninguna piedra sin levantar en su búsqueda. La revista Proceso comparó la película con una novela de Carlos Fuentes. El actor progresista Gael García Bernal pone la voz al desgraciado músico Héctor que no puede cruzar el puente de flores anaranjadas cempasúchil hasta el mundo de los muertos vivientes porque nadie vivo se acuerda de él. Elena Poniatowska dobla al castellano la voz de la abuelita, nana coco, que, pese a su demencia avanzada, finalmente recuerda en una lacrimosa última escena la canción del mismo músico (su padre): Recuérdame. Pixar ha logrado que llorar como se lloró en las proyecciones de Bambi sea elogiado por los que antes denunciaban el imperialismo cultural.

Pero, quizás sea la izquierda la que ha cambiado más que Disney. Curiosamente, dada su reivindicación de la memoria colectiva, Coco ha logrado borrar totalmente la polémica que desató Disney en 2013 cuando anunció que pretendía hacerse con los derechos de propiedad intelectual del mismísimo Día de los Muertos, declarado patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Disney quería el uso exclusivo para dotar a su marketing de “comidas snack y congeladas, adornos de árboles de navidad, imanes decorativos y productos de enseñanza y entrenamiento”, de cierta autenticidad y alma, según contaron sus abogados. Tras una oleada de protestas, la corporación retiró la solicitud.

Disney ya se ha dado cuenta de sus errores. Los cineastas de Pixar hablan de México y su identidad con el máximo respeto: “La película es una carta de amor a México”, ha insistido su director Lee Unkrich, oriundo de Ohio, que también dirigió Toy Story 3. “Coco no existiría sin la belleza ni la inspiración de México y su cultura, ni tampoco sus familias…”, coincide la productora de la película, Darla Anderson. Tras el terremoto que mató a medio millar de personas, entre ellas decenas de niños, Disney no tardó en enviar donativos a los damnificados del estado de Oaxaca, donde hizo gran parte de su investigación para la puesta en escena.

Nadie en México parece estar preguntándose si Coco, y la participación de Disney y otras corporaciones en la reconstrucción, contamina la movilización ciudadana con el veneno de filantropía corporativa. A fin de cuentas, como decía Carlos Monsivais tras la masiva movilización ciudadana después del seísmo de 1985 que derrocó al PRI en el DF, no se trata de ser solamente “solidarios” al organizarse en apoyo a las víctimas, sino de “tomar el poder”.

Para entender por qué no debería elogiarse una película de Pixar sobre el Día de muertos mexicano, lo primero que hay que hacer es visitar la doble exposición México, Walt Disney y El arte de Coco en la Cineteca  Nacional (Filmoteca) de la secretaría de Cultura en Coyoacán, que recorre los viajes de Disney en México y América Latina en los años de la guerra fría. El primer viaje, en 1942, fue como enviado de un programa exterior de Roosevelt para contener el fascismo en América Latina y, lo que sería mucho más importante conforme fueron pasando los años, para detener al comunismo y cualquier movimiento de reivindicación social. Hizo dos películas, el corto Saludos America y el largometraje Los tres caballeros, que, como recuerda la historiadora cultural argentina Marcela Croce en un número reciente deThe Jacobin, “establecieron un precedente por el cual la industria de cine trabajaba para justificar la intervención estadounidense en la región”.

La exposición en la Cineteca Nacional, sin embargo, no se detiene en esa historia de invasiones, golpes y masacres de pueblos indígenas. Recuerda que Disney realizaba minidocumentales para apoyar la campaña de salud pública del presidente Miguel Alemán. Relata cómo Pancho Pistolas, el personaje mexicano creado por Disney entonces, se convirtió en un personaje querido en todo el país. Explica la afición de Disney a la música mexicana y a los trajes de charro que a veces vestían durante sus visitas. “El legado de Walt Disney ha permanecido en los corazones de México (…) esas sonrisas que Disney nos ha regalado son parte de nuestra memoria”, pontifica el texto de la exposición. “México y Disney es un encuentro mágico”, resume.

No hay en la exposición ni una referencia al libro clásico sobre Disney en América Latina, Para leer al Pato Donald, editado en Santiago de Chile en 1972, una crítica demoledora hacia los estereotipos racistas de las tiras cómicas y las películas de Disney sobre América  Latina y hacia la “colonización mental” de los niños con “los sueños de una ideología competitiva de ultra individualismo”, según recuerda su coautor Ariel Dorfman, catedrático de la Universidad Duke de Carolina del Norte en el Huffington Post. Quemados miles de ejemplares del libro en Chile tras el golpe de 1973, la obra fue prohibida en EE.UU., dos años después, por las presiones de Disney. Finalmente, será publicado a finales de este mes y formará parte del catálogo de una nueva exposición sobre Disney en América Latina en el museo MAK de Los Ángeles. ¿Por qué no mencionaron nada de esto Francisco Haghgenbe y Hugo Derat, los dos comisarios de la exposición México y Walt Disney en la Cineteca Nacional? Quizás porque los dos son publicistas de la oficina mexicana de la Corporación Disney. “Nosotros solo prestamos la sala; Disney diseñó la exposición”, se limitó a decir un empleado de la secretaría de Cultura.

*Andy Robinson. Es licenciado por la London School of Economics en Ciencias Económicas y Sociología y en Periodismo por El País UAM. Fue corresponsal de ‘La Vanguardia’ en Nueva York y hoy ejerce como enviado especial para este periódico. Su último libro es ‘Off the Road. Miedo, asco y esperanza en América’ (Editorial Ariel, 2016).

Mi hermano Vicente

por Silvio Rodriguez

tomado del blog Segunda Cita

Algo que siempre recuerdo son los ojos azules de Elsa Miranda, muy abiertos y fijos en los míos, apretándome los dos brazos y diciéndome “¡Tráemelo vivo!”, en vísperas de Angola. Pero desde muchos años antes su hijo Vicente era uno de los estudiantes más aguerridos de la secundaria. De todos nosotros era el que parecía un héroe y, a la vez, el más elegante, el único que casi siempre andaba en saco. Nunca pude explicarme cómo conseguía aquel balance entre muchacho de clase media y feroz combatiente.

Yo con dieciséis y él con quince, nos gustaban las mismas músicas, las mismas películas y a veces las mismas compañeras (cosa que nunca nos llevó a disgustos). Creo que la segunda vez que bebí en mi vida fue una noche que fuimos a un bar a escuchar a Los Astros, de Raúl Gómez, que por entonces tenían un número pegado en la radio. Después de un par de cubalibres salimos a coger la ruta 27 frente a Maternidad de Línea, y ya en su casa de la calle Neptuno tuve que subirlo en hombros por las empinadas escaleras. No se me olvida que Esther y Tata, sus inmortales tías, me dijeron horrores por llevarlo en semejante estado.

Cuando me desmovilicé de las FAR y volví a verlo, se debatía entre hacer canciones y graduarse de profesor de Física. Pero la bohemia acabó seduciéndolo (era demasiado tentadora) y aquel muchacho con portafolios se convirtió en el jipi más sangriento de su generación. Escribió las canciones más extremas que yo haya escuchado nunca, en las que era bala feroz, rompía monte encuero y llegaba a pedir que hundieran las manos en sus entrañas y experimentaran con sus vísceras. Cantando y prodigando generosamente su existencia, mi amigo Vicente se convirtió en una suerte de holocausto cotidiano que tributaba a un luminoso porvenir.

Se sabe que la vida no siempre premia la virtud con la justicia. Pero si este amigo tiene fama de algo entre sus compañeros –además de trovador irreductible– es de nobleza humana. Y es que todos sabemos que él siempre ha sido el más dispuesto al sacrificio, verdadero cantor de barricadas, tantas veces no bien gratificado.

Para decir exactamente eso son estas palabras y esta entrada, para decir que, aunque en ocasiones falten honores, medallas y reconocimientos, sin duda existen dignidades ejemplares mucho más necesarias y ciertas que las que son de humo.

Felicidades en tus nobles 70, Vicente Feliú Miranda.

Cine Teatro Luisa, más de un siglo de cultura en Cienfuegos

tomado del blog: Cienfuegos Patrimonio
Cine Teatro Luisa, más de un siglo de cultura en Cienfuegos
Cine Teatro Luisa, más de un siglo de cultura en Cienfuegos

El Cine Luisa es una de esas instituciones culturales más visitadas por los cienfuegueros hace unos años. En parte por su privilegiada ubicación en medio del Prado, y en parte por su programación cinematográfica, aunque en los últimos años su principal objetivo: la proyección de películas, se ha visto limitada casi a cero por reparaciones.

El Cine Teatro Luisa Martínez Casadoes uno de las más importantes construcciones de su tipo en nuestra ciudad. Es la de mayor trayectoria y resultados en la promoción cultural de todos los cines de la localidad y territorios cienfuegueros.

Fundación e Historia

Ubicado en el contenedor declarado Patrimonio Cultural dela Humanidad, es uno de los inmuebles que contribuyó a tan alta valoración y distinción por los niveles de antigüedad y representatividad de este tipo de edificación y dentro de los inmuebles que posee nuestra ciudad.

Esta institución, con más un siglo de fundado, cuenta con una rica historia desde el año1911 hasta la actualidad. La celebración en sus salas y espacios de hechos y acontecimientos que constituyen hitos históricos, no solo de Cienfuegos sino de la nación cubana, donde han participado prestigiosas personalidades de las artes, intelectuales, científicas y políticas y la cultura de Cuba y el mundo que la han llenado de orgullo con su presencia.

Cuando se celebró en Cienfuegos en 1911 un plebiscito para saber el nombre que debía ponerse al teatro construido, triunfó el nombre de “Luisa Martínez Casado”, la cual gozó de una alta estimación y de un aprecio sincero en el pueblo de Cienfuegos, que vio siempre en ella a la artista notable que supo obtener muchos triunfos para su ciudad natal.

El 1 de septiembre de 1911 bajola Direcciónde Cesar Puga quedó inaugurado el Teatro Luisa Martínez Casado situado en el Paseo del Prado (Calle 37) y Santa Clara (Avenida 50).

Aunque se consideró que la obra debía construirse en 6 meses exactos, en realidad tomó 7 meses y 17 días. La demora fue en parte porque las compañías eléctricas en la ciudad no podían brindarle servicios a la instalación, por lo que tuvo el Cine que producir su propia corriente adquiriendo su propio equipamiento y generando la electricidad desde su planta.

Diseñado en sus inicios con un estilo ecléctico y un diseño interior a la italiana como el Teatro Terry, el inmueble contaba con 600 lunetas, 4 grilles y 18 palcos. Además de resaltar entre sus elementos decorativos la gran figura en forma de estrella que adornaba el centro del techo de la sala principal.

Cuenta con una altura de 13 metrosy con una segunda planta y  un entrepiso de hormigón armado, además  con una estructura de cubierta de acero y zinc, y estructura metálica y cristal en su fachada exterior. Sus constructores fueron el ingeniero Juan Pablo Ross y el maestro de obra Miguel A Calzadilla.

Aunque ha cambiado mucho sus características constructivas toda se ven sus líneas originales en la actual fachada.

Actuaciones

En la noche de estreno, la figura a quien se rinde honor con su nombre, nuestra Luisa Martínez Casado prestigió la inauguración con la declamación del poema “A Cienfuegos”, actuó además la compañía de Esperanza Iris, conocida como la Emperatriz de la Opereta, con la ópera Vienesa “La Viuda Alegre”. Fue entonado el Himno Nacional a cargo de la prestigiosa Banda Municipal bajo la dirección de Agustín Sánchez.

El Cine Luisa ha sido escenario de las más prestigiosas compañías y artistas que visitaron la ciudad como por ejemplo: Graciela Apretó, que debutó con la compañía cómica dramática que dirige el primer actor Alejandro Garrido con el estreno de “El Ama de Casa” y el “Nido” el 18 de septiembre de 1911,”Sonámbula” el 28 de enero de 1912; el tenor Florentino Constantino con la ópera “Bohemia” el 10 de Abril siguiente; las compañías de los eminentes actores Ernesto Vilelus y Eugenia Zuffoli; el autor teatral y gran actor cómico cienfueguero Arquímedes Pous, la eminente bailarina rusa Ana Pavlova, Titta Rufo, Gabriela Mistral (Premio Nobel de Literatura en 1948), entre otros.

A pesar de que se construyó solo para obras de teatro, fueron muchas las películas que se mostraron allí en los primeros años.Se puede conocer por el periódico “La Correspondencia” que en 1911, Chas A. Prada, primer empresario que trajo una película a Cienfuegos mostrabaallí por las noches películas entre las que podemos mencionar “El Botero dela Rivera”, “El Lazo Verde”, “Celos”, “La Florete”, ‘La Mujerdel Médico”, consideraba esta unas de las mejores cintas estrenadas en la provincia; “El verano del Señor Dupont”, “La Hijadela Cartomántica”, ‘Rottles”; el estreno de la famosa película “Amor mal empleado”, dividida en cuatro partes.

Reparaciones

El teatro Luisa fue remozado y reabierto el 18 de Noviembre de 1931 con un moderno equipo de cine Western Union y 1500 asientos que después aumentaron a 1700. Esta reapertura se hace con el estreno de la película “Luces de Buenos Aires” de Carlos Gardel y el estreno además en la provincia de Cienfuegos, pues aun no había sido vista en La Habana ya que desde finales de la época se estrenaba en nuestra provincia algunas películas antes que en la capital, otras veces al mismo tiempo y solo excepcionalmente una semana después. Esto ocurrió gracias a las gestiones de los empresarios García y Domingo Martínez.

En Noviembre de 1945 se volvió a remodelar y modernizar el interior y fachada y se reabrió al público con la película “Escuelas de Sirenas”.

A partir de ese momento aunque la actividad principal fue la exhibición cinematográfica se continuaron presentando espectáculos teatrales al mantenerse su estructura para ello con escenarios, camerinos etc., fueron muy populares las presentaciones en esta sala en horarios nocturnos preferentemente después de la función de cine de los vodeviles montados por Mario Martínez Casado, así como las habituales temporadas de la compañía de Enrique Arredondo, con el gallego Castany, la de Carlos Pons, la de Bolito Landas y otras.

En el Luisa también se exhibió el 4 de Julio de 1953 “El diablo Dwana”en colores una película de largometraje en 3era dimensión. Según cronistas teatrales esto constituyó el más asombroso adelanto de la cinematografía de todos los tiempos, había que verla con espejuelos o lentes polaroid.

Posteriormente al triunfo revolucionario el cine Luisa pasó a formar parte del ICAIC y hasta hace unos años mantenía su hegemonía, por su capacidad y belleza exhibiendo los estrenos del país.

El Cine Luisa también ha sido ser subsede de prestigiosos festivales que se desarrollan en el país como el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, el Festival de Cine Francés y el Festival de Cine Pobre Humberto Solás. Es la sede principal del Evento Jorge VillazónIm Memoria y de SURIMAGEN.

Durante los últimos años esta sala de cine se ha visto imposibilitada de mostrar películas como lo hacía antaño debido a reparaciones de diferentes magnitudes, y hoy no presta el servicio para el fue creado por ese mismo motivo.

Ojalá que con las actuales reparaciones se pueda ofrecer al público nuevamente un servicio de excelencia como era habitual, y que siga sirviendo de centro promotor de la cultura en la provincia.

PREMIOS DEL 27 ALMACÉN DE LA IMAGEN (Camagüey, Cuba)

Gran Premio Luces de la Ciudad: Oculta, de Jessica Franca (más lauros de Ficción, Dirección y Dirección de Arte).

Premio Promocional: Zweet and big Orange hope, de Yadniel Padrón.

Premio Minicorto: Daños colaterales, de Fernando de J. Almeida.

Premio Documental: Lecciones de Tai Chi, de Diego Rodríguez.

Mención Ficción: El hormiguero, de Alan González (más lauro de Guion).

Premio Fotografía: Aves del paraíso, de Manuel Ojeda (más lauro de Sonido)

Premio Música: Días de diciembre, de Wilma Alba (más colateral del ISA).

Premio Edición: Game Over, de Hugo Navarro

Premio Animación: En el café, de Rodolfo Caraballo (más lauro colateral Cinema)

Reconocimiento: El Almacén de la Imagen, isla de resistencia, de Alberto Santos.

Ganadores del Pitching

Proyecto de ficción: La víctima, de Henry de Armas, Yanara Kamila e Ivexy Arencibia (Camagüey)

Proyecto de animación: Razorback, de Liuxander Ricardo, Frank Alpízar y Delio Díaz (Holguín)

Colaterales

EICTV: Testigos de la luz, de Miguel Vizoso.

UJC: Cabalgando con Fidel, de Yadniel Padrón.

Claqueta: El monte, de Claudia Claremi (más el lauro de SIGNIS)

Mundo A con obra de Martha Jiménez: La gran espera, de Valerie-Marlin Schmid.

Uneac: La Máquina, de Adolfo Mena.

Video de Yadniel PAdrón uno de los jóvenes cineastas premiados

El libro y el hábito de lectura

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¿Leemos o no?

No creo que aún alguien piense que el libro impreso sobre papel va a desaparecer, aunque puede quedar algún incrédulo ante el auge de lo digital, pero sí está claro que su presencia o participación dentro del mercado las publicaciones ha disminuido.

Simplemente ha pasado algo similar a lo ocurrido con otros medios y soportes a partir de la irrupción en masa de lo digital. Los nuevos medios y formas de consumo se apoderan de una parte importante del mercado pero no suplantan las anteriores. Así pasó con la radio cuando llegó la televisión. Así ha pasado con la proyección de cine en salas, primero con la TV y la aparición del VHS/DVD, y posteriormente con el “streamming” o visualización en línea. Así pasó también con el CD de música, los formatos digitales (MP3, WMV, AIFF) y su escucha en línea.

Lo nuevo aborda el mercado, impone nuevos patrones y hábitos de consumo y automáticamente el mercado reajusta sus cuotas de participación según los consumidores.

De aquí entonces que lo más importante para hacer prevalecer el hábito de lectura no es exactamente lograr una mayor presencia del libro impreso en papel, como tradicionalmente sucedía, sino lograr que las personas sigan necesitando de la lectura para encontrar la información que buscan, instruirse o entretenerse.

Hemos escuchado muchas veces decir que hoy se lee mucho menos, sobre la base de la disminución de la cantidad de materiales impresos (periódicos, revistas, libros). ¿Pero acaso no ha aumentado proporcionalmente mucho más el acceso a sitios de corte enciclopédico como WIKIPEDIA, a los periódicos y revistas en línea o a los espacios en la Web de corte científico o universitario (tipo docente)? ¿O es que en esos lugares no hay también textos que leer?

Es verdad que estamos en un mundo marcado por la influencia de lo audiovisual y lo digital, pero aún la forma más común de comunicación a través de medios sigue siendo la palabra, el texto.

Partiendo entonces de la premisa que “aún se sigue leyendo…..y más que antes” analicemos el tema del libro y sus proyecciones.

El Libro y sus funciones   
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Con la aparición de la imprenta moderna en 1450 y el desarrollo alcanzado en la producción de papel, el libro acelera su proceso de penetración en la sociedad, dejando de ser un producto exclusivo de las cultas minorías de la época.

Pero su rápido ascenso dentro de las clases bajas se produce a mediados del siglo XVIII cuando se superan las dificultades tecnológicas que le impedían convertirse en mercancía, pero sobre todo con la innovación comercial de las librearías ambulantes donde el librero cobraba una cantidad mensual por prestar libros que al ser devueltos le permitía al lector recibir otro a cambio. O sea que en parte su auge se debe a la forma en que logró su distribución en la sociedad.

El libro entonces se convierte en un avance que da distinción a los lectores como progresistas, en un siglo en que el progreso es una meta social ampliamente deseada y a la que pueden acceder por igual nobles y plebeyos.

Los libros permiten informar, educar, formar, conocer, aprender y también entretener. Permiten a quienes lo leen y utilizan ser más culto a la par que motivan y desarrollan su imaginación.

Según cada una de estas funciones aparecieron líneas completas de producción de libros orientados a propósitos específicos. Así tenemos los de carácter enciclopédico; los libros de texto y cuadernos prácticos orientados a los procesos de educación; los manuales y libros técnicos que sirven tanto para la instalación y supervisión de procesos como para la asistencia y formación de especialistas; los libros de carácter literario y de entretenimiento, entre otros.

Esta segmentación se agudizó en la época digital ya que las tecnologías de la información aportaron nuevas forma de hacer y acceder según el propósito del libro. De ahí que prácticamente desaparecieran las grandes enciclopedias por tomos en papel, convertidas en CD, DVD o accesibles a través del ciberespacio. Sin embargo sitios en la Web de carácter enciclopédico como Wikipedia son hoy consultados cientos de miles de veces más que sus equivalentes anteriores en papel, con lo cual se consiguió mayor nivel de lectura de estos textos y mayor acceso al conocimiento, al facilitar estas tecnologías, y con ello democratizar, el acceso a esta tipo de información. Eso sin contar el valor añadido de haber sido creado sus contenidos con el aporte del conocimiento colectivo y estar en permanente actualización y revisión.

Algo similar está ocurriendo con los libros dedicados a la enseñanza y la formación aunque no en la misma proporción. Este fenómeno depende de otros factores sociales y de desarrollo. Sin embargo en este caso y también como parte de democratización del acceso a la información y el conocimiento, conviven en perfecta armonía las tecnologías de la información, la información en formato digital, los materiales audiovisuales didácticos y los tradicionales libros impresos.

La necesidad de información

Libro digital 1No por casualidad se ha denominado a esta época la “Era de la Información” y la Sociedad ha tomado los calificativos de Sociedad de la Información y el Conocimiento.

La dependencia que existe entre cualquier proceso y el nivel de información y conocimiento sobre este, sus partes integrantes, el ambiente en que se desarrolla y el destino o finalidad del mismo es tan alta que ha pasado a ocupar un lugar entre las primeras prioridades.

Por tanto el acceso oportuno a la información se ha convertido también en una prioridad.

La forma más común de almacenar hoy la información sigue siendo mediante la palabra escrita que en estos momentos se guarda o en formato digital o impresa sobre papel. Como el papel ha demostrado ya su durabilidad en el tiempo y las formas de almacenamiento digital aún están por demostrarlo (además de su tendencia a cambiar soporte y formato en períodos relativamente cortos ante el desarrollo de las tecnologías), muchas de estas informaciones están hoy en soporte papel. Y no son textos muertos, por lo general son materiales que se consultan y leen frecuentemente.

¿Será entonces correcta la apreciación de que leemos menos cuando el nivel de acceso a la información se ha multiplicado y los volúmenes de información almacenados han crecido considerablemente año por año?

La Literatura como manifestación cultural y entretenimiento

Sin dudas dentro de este ámbito del libro es donde más se ha sentido la influencia de lo digital y los cambios en los hábitos de lectura.

Es difícil pensar que la mayoría de los jóvenes de hoy van a sentir la misma pasión que sintió la juventud de finales del siglo XIX y principios del XX por las grandes obras impresas al estilo de “La Guerra y la Paz” o “Los Miserables”.

Posiblemente valoren o se interesen más por una superproducción cinematográfica de las mismas. Pero eso no quiere decir que al menos una parte de ellos no llegue a leerlas en letra impresa. El problema es cómo lograrlo revirtiendo la tendencia actual hacia otro tipo de textos, más cortos y menos descriptivos.

Pienso que el punto de partida entonces debe ser otro: Lograr mantener el hábito e interés por la lectura de textos literarios.

No puede existir una sola estrategia para ello pero podemos dar una lista de ejemplos de acciones que sin dudas deben lograr generar y mantener el interés y provocar la lectura. Por ejemplo:

  • A partir de una buena selección de poesía, sacar al mercado a la par del libro, archivos de audio y video con la lectura de la misma, o incluso con análisis, comentarios y explicaciones sobre las mismas, su autor y la época. Es muy importante la selección acorde al público al que se dirige, pues lo demás también tiene que responder a los códigos estéticos y de comunicación de este público objetivo.
  • Junto con el libro en papel, sale la versión digital del mismo. Comprar la versión digital da facilidades para adquirir la versión en papel. Además se publican en Internet materiales audiovisuales con la promoción del libro, comentarios sobre este, lectura de momentos atractivos y hasta representación dramática de estos momentos a modo de clip.
  • Algunos textos literarios son afines a la creación de juegos (más o menos didácticos), desde trivias con combinaciones de preguntas y respuestas, hasta la utilización de modelos de juego existentes para aplicarlos al tema en cuestión (encontrar algo, enfrentamientos o luchas según algún pasaje de la obra, competencia entre dos bandos o equipos, etc.). La imaginación y creatividad en este sentido de quienes conciban estas ideas será la clave del éxito.
  • Trabajar el desarrollo de versiones de grandes obras (típicamente utilizado con el género de aventuras) dirigidas al público joven. Esto puede incluir la realización de versiones en formato de “comics” pensando en los más pequeños.
  • Revertir la actual tendencia de imprimir libros sin ilustraciones y siempre que se pueda incorporarlas. Las versiones digitales del libro pueden incluir ilustraciones animadas o incluso interactivas.
  • Convertir en “héroes” o “símbolos” a los protagonistas de obras literarias seleccionadas, tal y como hoy se hace con el cine o el video juego y a partir de ello, generar toda una serie de artículos complementarios. Para ello es importante haber creado primero un referente visual de la obra o los personajes.

Acciones como estas van encaminadas a incentivar el acercamiento a la lectura del público infantil o joven, bombardeados desde edades tempranas por la fuerza y pregnancia del audiovisual, lo inmersivo de los video juegos y el sensacionalismo de lo electrónico.

Aunque esto es una tarea fundamentalmente de aquellas personas, instituciones y entidades cuyo trabajo se focaliza en la promoción de la lectura, si a la misma no se suman editores, impresores, vendedores y en general toda la industria del libro, en asociación con el mundo de la música, el video, la multimedia, el software y la electrónica, será muy difícil lograr resultados palpables a mediano plazo. Obviamente lo comercial tendrá un peso fuerte en garantizar estas alianzas por lo que también debe pensarse en ello a la hora de generar el proyecto.

Nada de lo antes mencionado es nuevo. Casi todo ha sido utilizado y probado ya, pero desafortunadamente muchas veces se hace con obras de poco o menor valor literario. Pero el mecanismo funciona. ¿Por qué entonces no aplicarlo a aquello que nos enriquecerá culturalmente?

Todo esto implica un poco romper con tradiciones, formatos y maneras de hacer, pero hay que atemperarse a los modos de hacer en la actualidad si queremos defender los valores que realmente nos aportan en lo cultural, lo educativo y lo informacional para un mayor enriquecimiento espiritual evitando la actual tendencia de que lo digital, lo electrónico y moderno se asocie a lo banal, superficial y embrutecedor.

A modo de conclusión

Libro digital 3Pudiéramos seguir abordando temas y poniendo ejemplos pero no es el objetivo de este trabajo.

Su propósito es motivar a quienes lo lean a reflexionar sobre el tema del libro y la lectura. Si generó criterios a favor o en contra no es lo más importante. Como asevera el viejo refrán : “….lo que importa es que hablen”.

Y eso es realmente lo importante. Que entre todos pensemos la mejor manera de hacer prevalecer lo que la era del libro impreso nos permitió a todos para crecer, aumentar nuestro nivel cultural y llevar nuestros niveles de imaginación y creatividad a su máxima expresión.

Esta es una tarea sobre todos de las instituciones que tienen en su objeto social velar y potenciar por la lectura, pero tembién de la industria editorial, los escritores, poetas, guionistas y creadores en general. Tenemos que abrir nuestras mentes al mundo de hoy con una proyección hacia su futuro si de verdad queremos sacar provecho de toda la teconología que nos rodea y de la que viene en camino.