Category: Cultura

Hierro, de Argos Teatro

tomado del blog Segunda Cita

Acabamos de llegar de ver Hierro, de Argos Teatro. 
Dice Carlos Celdrán, creador y director de la obra, que es un acercamiento a “momentos de su vida [de Martí] comprendidos entre los años 1885 y 1892”, tiempo que transcurre en los Estados Unidos. Fue cuando el Apóstol estaba en su más febril etapa como organizador de “la guerra necesaria”. Pero Hierro sobre todo muestra las guerras privadas que padece el hombre, como su salud maltrecha, una posible paternidad extramatrimonial, la ríspida relación con otro patriota, su desafortunado matrimonio.
Hierro es una apasionante versión, nada improbable, de José Julián Martí Pérez, el humano. Acercamiento que, en el cine, ha tenido la feliz concurrencia –liberadora de pautas– de Fernando Pérez.
Cada escena, cada diálogo, aunque es una hipótesis, nos hace pensar que Martí y los que le rodearon, si no fueron exactamente así, pudieron parecerse bastante. ¿O es que estamos condenados a recrearlos a nuestra imagen y semejanza?
Uno de los hechos más documentados es el enfrentamiento con el patriota Collazo. Ahí están las cartas, de parte y parte. Otro, quizá un poco menos conocido, fue el intento de envenenamiento que sufrió Martí, lo que le agregó no pocas complicaciones a su salud, ya precaria desde la prisión adolescente. Su relación con María Mantilla es proverbial; se ve en las fotos, en los mensajes, en las dedicatorias.
Pero de todos estos avatares uno que me tocó especialmente, por inesperado en intensidad, fue la relación con su esposa, Carmen Zayas Bazán. Cuántas veces el simplismo no calificó a esta señora apenas como una burguesa que no comprendió la grandeza de su marido. Pues uno de los personajes más estremecedores de Hierro es justamente la mujer que se casó con nuestro Héroe Nacional.
Las actuaciones, la puesta en escena, la obra: nada tiene desperdicio. Hay un momento en una habitación en que todos discuten y se pelean, y Martí de pronto dice (y cito de memoria): “Sólo somos cuatro en esta habitación. ¿Qué pasará cuando seamos más?”
Fuimos la familia y todos salimos como alumbrados, dando gracias. Orgullosos, contentos de que en Cuba también haya un arte así, nada simplificador, que se atreve con los torbellinos de esta aventura que llamamos vida. 
Felicidades al colectivo de Argos. Mucha salud al arte valiente, que honra y que se honra. Mucha salud.

La Casa Tomada y el Callejón también

tomado del blog: Cine Cubano, La Pupila Insomne

Oct 31

Publicado por Juan Antonio García Borrero

El próximo martes 5 de noviembre estaremos recibiendo en El Callejón de los Milagros de Camagüey a los talleristas de la tercera edición del Taller Casa Tomada, organizado por Casa de las Américas.

Es la primera vez que este Taller va más allá de la institución, y para el Callejón de los Milagros es un verdadero honor figurar como el Proyecto a visitarse durante la estancia en Camagüey.

A los organizadores, nuestro agradecimiento por la oportunidad que nos brindan de mostrarles a los talleristas el Paseo Temático del Cine, la infraestructura creada, así como las diversas estrategias trazadas con el fin de contribuir a la informatización de la gestión cultural en el territorio.

Compartimos la nota de prensa escrita por Karla Castillo Moret, así como el Programa del Taller.

Arribará el Taller Casa Tomada a su tercera edición

Por Karla Castillo Moret

Creado el Martes, 29 Octubre 2019 15:34 | | Fotos: La ventana

La Habana, 29 oct (ACN) El III Taller Casa Tomada tendrá lugar del 4 al 9 de noviembre, con un inusual programa de actividades que contempla por primera vez un recorrido por varias provincias cubanas.

Con el título Tierra y territorio del pensamiento y la creación joven en las Américas, este tercer taller tiene una ruta trazada de ocho ciudades en seis provincias: La Habana, Villa Clara, Camagüey, Holguín, Guantánamo y Santiago de Cuba, informó hoy en conferencia de prensa la coordinadora general del evento, Camila Valdés.

El objetivo es transitar por Cuba y pensar en la tierra no solo como espacio geográfico, sino para pensar en una dimensión de territorio, estaremos recorriendo huellas de un imaginario de nación, argumentó.

Según trascendió en la cita, es la primera vez que el taller se traslada fuera de la institución, y durante el recorrido serán visitados tres lugares de valor histórico como el Memorial Ernesto Che Guevara, en Santa Clara; Playitas de Cajobabo, en Guantánamo; y el cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

Lorena Sánchez, editora de la Revista Casa, comentó acerca de las experiencias literarias que propone este evento, entre ellas los dos talleres de escritura colectiva para jóvenes que realizará SOM Editorial Colectiva, una asociación civil sin fines de lucro fundada en México y especializada en la promoción de la escritura colectiva.

De acuerdo con Sánchez, esta editorial ha publicado diversos libros en los que han participado más de 700 jóvenes narrando su contexto, y se espera que de esta experiencia en Cuba también se realice uno.

Las artes visuales tendrán espacio en esta edición, con una fuerte presencia, confirmó Cristina Figueroa, miembro del comité organizador.

Participarán como artistas invitados Esvin Alarcón Lam (Guatemala), Laurent Hernández (Colombia), Estela López Solís (México), Rafael Villares (Cuba), y el proyecto colectivo Islagrafía (Cuba).

El taller contará con el apoyo de instituciones como la Asociación Hermanos Saíz, la Fundación Rosa Luxemburgo y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, así como la Muestra Joven del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, que colaborará con la proyección de materiales.

III Taller Casa Tomada

POR ALICIA

tomado del blog: El Ciervo Herido

OMAR GONZÁLEZ

Nadie como ella hizo del gesto y el vuelo la insuperable parábola de la belleza; nadie puso tan alto el intenso drama de Giselle. Alicia en este y otros mundos para siempre. La celebro en el recuerdo, la vivo y lloro en este instante. Hay un abismo en la danza. Cuba contigo.

No por sabido deja de ser muy justo recordar que Alicia Alonso figura entre quienes fundaron la Red en Defensa de la Humanidad en 2003 y que su firma y su colaboración no faltaron nunca en los documentos más importantes emitidos por este movimiento en su historia.

La recordamos no sólo adhiriéndose a las convocatorias y denuncias ante cualquier injusticia, sino aportando ideas y exigiendo que no faltara nunca su firma en los pronunciamientos que se emitían. Pedro Simón, su compañero de muchos años, puede dar fe de ello. Alicia fue una de las artistas cubanas más genuinamente leales a la Patria y a la Revolución que he conocido. Bailó para los campesinos,  obreros, soldados, niños y niñas y no vaciló en vestirse de miliciana cuando las circunstancias lo exigieron.

Fidel la admiraba muchísimo (esto era recíproco) y no ocultaba en nada su respeto por ella ni su preocupación porque sus criterios fueran escuchados y atendidos en el Ministerio de Cultura, donde el compañero Matías Maragoto actuaba como enlace permanente con ella, y en otras dependencias del Gobierno y del Estado. Raúl, Almeida, Diaz-Canel y otros compañeros la arropaban con especial sensibilidad y afecto. Era venerada porque lo merecía, no porque lo procuraba.

Fue una criatura divina, excepcional, irrepetible, adorada por su pueblo y el mundo en la dimensión humana de los dioses. Será eterna y será para siempre nuestra.

Las nuevas superficies del cine cubano

Tomado del blog: Cine Cubano, la Pupila Insomne

Publicado por Juan Antonio García Borrero

“Santa y Andrés” (2016), de Carlos Lechuga

Me ha encantado lo que acaba de revelar Carlos Lechuga en su conversatorio con Michel Hernández, a propósito de la que será su tercera película: “Vicenta B. es la historia de una mujer que está aprendiendo a conocerse”.

No, no abundan en nuestro cine personajes que se impongan el imperativo socrático del auto-reconocimiento. Por lo general encuentro personajes muy seguros de sí mismos, que en su relación con el medio dejan a un lado la oportunidad de compartir incertidumbres, para en todo caso imponer verdades propias, y responsabilizar siempre a “los otros” de su suerte.

Desde luego, esto es un reflejo de lo que sería el modo hegemónico de comportarnos en lo público, donde la construcción de un adversario carente de nombres propios o matices, funciona a la perfección en las batallas colectivas, esas donde es más fácil satanizar a un enemigo difuso que pormenorizar en el análisis del orden de las cosas que nos atañe.

Otro de los buenos momentos que tiene la entrevista es esa donde Lechuga habla sobre su censurado filme Santa y Andrés, y dice: “Creo que el paso del tiempo le dará al filme el lugar y la importancia que se merece. A lo mejor de aquí a diez años ya nadie se va a acordar de ella, o la propia obra dejará de emocionar. No sé. Lo que me llevó a filmar un guion como ese, fue que mi olfato de guionista me dijo que tenía una buena historia entre manos”.

Cuando en su momento escribí sobre el filme traté de resaltar lo que de algún modo me sigue pareciendo más estimulante: su capacidad para demostrarnos que el abrazo que se regalan Santa y Andrés al final (tan parecido a aquel en el que se funden Diego y David en Fresa y chocolate) siempre tendrá más fijador que el odio de quienes se empeñan en anular a su contrario. No sé si los censores habrán captado ya que esa no era una película sobre los represores de la historia, sino sobre dos personajes que al inicio no conciben ver nada común en sus respectivos horizontes, y terminan abrazados por razones cívicas: de algún modo, Santa también es otra mujer que estaba aprendiendo a conocerse.

Lo otro interesante de la entrevista es el punto de vista de Lechuga sobre el llamado “cine independiente cubano”. Dice:

Cuando se habla de cine independiente nos referimos a todas aquellas películas que, de una manera u otra, se realizan al margen de los circuitos de producción habituales. Al principio esta denominación se refería a las películas norteamericanas que rechazaban el modo de producción de Hollywood. Pero luego esto se amplió y ya se puede hablar de un cine independiente argentino, rumano, cubano…”.

Debo confesar que como investigador del cine cubano cada vez me siento menos estimulado a seguir apelando a ese tipo de cartografía interesada en establecer perímetros. Creo que es hora de comenzar a pensar el audiovisual realizados por cubanos de un modo diferente, teniendo en cuenta la perspectiva nacional, pero también el carácter transnacional que desde un principio tuvo esta práctica cultural: pensemos en ese francés de apellido Veyre que llegó desde México con la tecnología de los Lumiere en las maletas para filmar un simulacro de incendio a pedido de una española, mientras casi al mismo tiempo la gente de Edison preparaba la intervención bélica de Estados Unidos en Cuba construyendo combates de mentiras en habitaciones remotas…

Cuando uno comienza a pensar la Historia del cine cubano desde la perspectiva transnacional, lo del cine independiente se complica aún más, en tanto se multiplican de modo imprevisto sus superficies. Pondré un ejemplo de películas cubanas independientes que hasta ahora no han sido pensadas como parte de esa narrativa que en el fondo sigue reciclando, aunque desde lo negativo, el mapa icaicentrista: hablo de las películas realizadas por los cubanos exiliados que en los setenta formaron parte del Centro Cultural Cubano de Nueva York, e hicieron cintas como Guaguasí (1978), de Jorge Ulla, El super (1979), de León Ichaso y Orlando Jiménez Leal, Los gusanos (1980), de Camilo Vila, o Amigos (1985), de Iván Acosta.

No estoy hablando ahora de la posible calidad estética de esos filmes, o el marcado contenido anticomunista de las mismas, sino de las historias de vida que tendrían que rastrearse detrás de esas tramas que pudiéramos apreciar durante una hora y media en pantalla, y donde vamos a encontrar cubanos que finalmente hicieron sus películas con casi todo en su contra: la cultura del país que los acogió, el mercado indiferente a estos asuntos demasiado domésticos, el espíritu de una época que identificaba la calidad cinematográfica del cine cubano solo con lo que producía el ICAIC.

Ahora parece fácil (es solo un decir) armar una película al margen del Estado cubano, apelando a todas esas herramientas que van brindando los nuevos tiempos, y que incluye la multiplicación de festivales y espacios donde el cine independiente puede encontrar maneras de (re)producirse y proyectarse, pero trato de imaginar algo así en aquellos tiempos, y más allá de los resultados artísticos o el contenido ideológico, se me antoja un verdadero milagro que esas películas terminaran existiendo.

Por eso es que me gusta pensar en el cine independiente (sea el cubano o el noruego), más como una cuestión de actitud ante la vida que en términos políticos o económicos, aunque obviamente, también esos vectores tienen que ser tomados en cuenta. Por eso creo que puede existir mucha independencia en alguien que, dentro de la industria, se propone romper con los modelos clásicos de representación: serán los menos, pero por eso mismo les llaman independientes.

Escribo esto sabiendo que no es lo mismo hacer una película independiente que escribir, como ahora pretendo hacerlo yo en el blog, de forma independiente. El bloguero tiene la ventaja de escribir lo que entienda, porque para eso es un espacio personal; el cineasta puede rodearse de personas que, como él, quiera construirse un mundo propio, pero si aspira a que el público vea sus películas necesita los permisos de los Estados.

Ni las películas independientes ni lo que escriban un grupo de blogueros en Internet van a cambiar de por sí la realidad. Pero sirve para que los involucrados en estas acciones cambien en lo personal, y aprendan a concederle un mayor valor a la independencia.

A mí siempre me gusta recordar el deslumbramiento que provocó en mí este consejo de Nietzsche, con Zaratustra como vocero: “¡No debes dejar que te den un derecho que tú eres capaz de conquistar!”.

A partir de aquella lectura, decidí empezar a vivir de modo independiente con mi blog. Y espero seguir así, hasta que la muerte nos separe.

Juan Antonio García Borrero

La casa de papel: de la ficción a la realidad

tomado del blog: Al Día

Parece que La Casa de Papel ha pasado de la ficción a la realidad, y sus métodos han servido de inspiración para el atraco perfecto en Brasil. A plena luz del día, sin ningún tiro y con un secuestro la noche anterior. Así ha sido el golpe valorado en 30 millones de euros en un aeropuerto del país sudamericano.

El robo apenas duró dos minutos y, como resultado, obtuvieron 720 kilos de oro con un valor de alrededor de 30 millones de euros. La inquietante noticia ha sucedido en el Aeropuerto Internacional Sao Paulo-Guarulhos, en una terminal de carga del mismo. 

Como en la ficción de Netflix, los ladrones se vistieron como la Policía Federal y se montaron en coches como los utilizados por la policía para poder pasar desapercibidos. En los recién estrenados episodios de la ficción, la banda se quita los monos rojos para disfrazarse de militares y poder, así, entrar en el Banco de España. Además, como en la serie, el robo ha sido a plena luz del día. El golpe ha sido documentado en el vídeo que puedes ver a continuación: (si cuentas con conexión a internet)

A pesar de que las similitudes son indudables, también hay diferencias entre el robo ficticio y el real, pues el de La Casa de Papel dura varios días y este ha durado tan sólo unos minutos. A pesar de que muchas personas observaron lo sucedido, tan sólo ha habido una víctima y no estuvo presente, un supervisor que fue secuestrado la noche anterior. El secuestrado fue un supervisor de logística del mismo aeropuerto y, al retenerle la noche anterior, también secuestraron a la familia. 

Esto fue de gran importancia en los hechos porque, de no haber conseguido la información sobre el cuándo y el cómo, no habrían podido llevar a cabo lo que ya se conoce como el robo mejor ejecutado de la historia. Los ladrones huyeron con los vehículos utilizados que sustituyeron, después, por una furgoneta blanca y una ambulancia; aún no han sido localizados pero el gobierno asegura que están trabajando en ello.Puedes ver el método en el que se basaron en la tercera temporada de La Casa de Papel en Netflix.