De la Sierra, al mar… al rio (+fotos)

sierra_mar_rio_grm_cuba_0056Desde el clima hasta los retrasos organizativos imprevistos pospusieron por ahora, solo por ahora, mi segunda cita con “Pepe” Martí en el punto más alto de Cuba. Igual otros reencuentros fueron importantes porque a las buenas nubes se les trae el alivio cuando más lo necesitan.

Este viaje es uno a lo Arnold Schwarzenegger con su “I’ll be back” (Volveré en español) dijola Tunie cuando el motor vetusto KRAZ bramaba para subir una de las tantas pendientes al regreso desde Santo Domingo hasta el Caney de las Mercedes. Y ella tiene razón porque las montañas tienen ese sabor de reto eterno que te hace querer regresar todos aunque te haya faltado el aire, te hayan dolido los pies,  sacando las lecciones para la vuelta futura.
Uno se queda con el sabor agradable de juntarse con gente que ya tiene en el corazón y de haber conocido a Rafael y Bernardo, al par de trabajadores de la Empresa de Flora y Fauna en la Altura de Joaquín, o a colectivos geniales como los de los campamentos Che Comandante, del Caney de las Mercedes y Las Coloradas, en Niquero, que nos atendieron con el mismo cariño con el cual reciben siempre a los pioneros exploradores.

También abrazo el recuerdo de los temerarios “chibichaneros” de las inclinadísimas vías de montaña o el de los niños de la escuela de Cabo Cruz y su paciencia infinita para esperarnos por la demora de un ómnibus roto para luego conmoverme con una canción y la sencillez infantil.
De cierta manera “Pepe” no me dejó solo, ora recordándome que los malos pensamientos hacen daño, ora evocando los minutos trágicos del 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, aunque fuera apenas en el instante de colocar una piedra allí donde él ascendió a la inmortalidad de los imprescindibles. (Por István Ojeda. Tomado del blog Cubaizquierda)

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