Hoy día no hace falta adquirir un videojuego, solo te sientas frente al ordenador o la tele y estarás asistiendo a un verdadero y para nada virtual espectáculo. Impresiona ver cómo los análisis se centran en la eficacia de una parte u otra de los misiles empleados en tierra que tal pareciera no es habitada por seres humanos.

Antes de comenzar el juego podreis encontrar las advertencias de cada jugador a su contrario de la efectividad e inteligencia, sí, porque ya los artefactos son inteligentes y capaces de evadir las defensas del adversario y dar en los blancos, claro, sin los consabidos daños colaterales que también dan puntuación, aunque otros pierdan vidas.

En algún momento amanece, pero más temprano, no por la luz radiante del astro rey, sino por el fulgor y surco que desdibujan en el cielo los zarpazos de la muerte y el impacto indiscutible de quienes la evitan.

Luego, al final del juego, si es que este juego tiene final, se orquesta la discordia: di en los blancos vs te intercepté la mayoría. Y en la diáspora aparecen los titulares:

“Rusia asegura que la defensa antiaérea siria interceptó 71 de 103 misiles lanzados por EEUU y sus aliados”. “Ninguno de los misiles occidentales alcanzaron las zonas cubiertas por las defensas aéreas de Rusia alrededor de la base de Tartús y de Hmeimim”

El presidente de EE.UU. ha desmentido los datos de los militares rusos sobre el derribo por parte de la defensa antiaérea siria de los misiles lanzados por EE.UU., Reino Unido y Francia la semana pasada.Trump: “Siria no derribó ningún misil lanzado por EE.UU.” “Con más de 100 misiles lanzados, no derribaron ninguno”.

Siria la verdad

Y así continúan los jugadores, unos desde Twitter anunciando la salida de misiles y considerando “misión cumplida”, algunos veedores de los reunidos en el sur, en alineación apoyan lo que en esencia no quisieran para sí  -inexplicable-, sin importar las vidas inocentes y los daños que cobra la barbarie; y otros, en el verdadero teatro de operaciones, salvando la paz, la vida, mientras un niño mira al cielo y responde a su amiguito que le acompaña: Pedí que fuera una estrella fugaz.

Pide un deseo