La muerte de Minnie Miñoso deja deudas al béisbol de Cuba y la MLB

Minnie Miñoso saluda a José Dariel Abreu (#79). Foto: David Banks/ Getty Images)

Minnie Miñoso saluda a José Dariel Abreu (#79). Foto: David Banks/ Getty Images)

Tomado de UniversoBeisbol

La muerte del gran Orestes Miñoso, o Minnie Miñoso, como le llamaban en Grandes Ligas, ocurrió en la mañana de ayer domingo, 1º de marzo. Quiso el destino que una injusticia se reparara y que el precursor del juego Go-go Chicago! fuese exaltado al Salón de la Fama del Béisbol Cubano[i], aunque a Cooperstown aún le han negado la entrada, de manera injusta y discriminatoria.

Incluso el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio una declaración sentida y conmovedora, según USA Today:

El primer negro en jugar Grandes Ligas en Chicago, Minnie vino a Estados Unidos desde Cuba, aunque podía haber ganado más dinero en cualquier otro lugar. Ascendió a través de las Ligas Negras, y no hablaba mucho inglés al principio. Y al ayudar a integrar el béisbol en los años 50, fue blanco de ofensas raciales por parte de fanáticos y oponentes, a veces obligado a quedarse en moteles diferentes a los de sus compañeros de equipo.

Y termina diciendo:

Minnie puede haber sido ignorado por el Salón de la Fama del Béisbol durante su vida, pero para mí y para muchas generaciones de jóvenes negros y latinos, la historia de Minnie, americana por excelencia, comprende mucho más que lo que una placa podría hacerlo.

Michelle y yo enviamos nuestros pensamientos y oraciones a su familia y fans en Chicago, Cleveland y en todo el mundo.

Miñoso, primer pelotero negro latino de las Ligas Mayores, debutó con los Cleveland Indians el 19 de abril de 1949 como emergente en el séptimo inning de un juego contra los St. Louis Browns y fue transferido. A partir de ahí, comenzaría a hilvanar una carrera más que prolífica que incluye siete nombramientos al Juego de las Estrellas, con cuatro Guantes de Oro y liderando varios departamentos en varias ocasiones, incluyendo los hits (en 1960: 184), los dobles (en 1957: 36), los triples (en 1951: 14; en 1954: 18 y en 1956: 11), las bases robadas (en 1951: 31; en 1952: 22 y en 1953: 25), el total de bases (en 1954: 304), los pelotazos recibidos (en 1951: 16; en 1952: 14; en 1953: 17; en 1954: 16; en 1956: 23; en 1957: 21; en 1958: 15; en 1959: 17; en 1960: 13 y en 1961: 16), y los flies de sacrificio (en 1969: nueve y en 1961: 12).

Además, empujó más de 100 carreras en cuatro ocasiones (1953, 54, 57 y 60) y disparó más de 20 cuadrangulares en otras tantas (1956, 58, 59 y 60), al tiempo que compiló para .300 en otras ocho ocasiones (1951, 53, 54, 56-60), con promedio de por vida de .298, producto de 1963 imparables en 6579 turnos oficiales al bate, con 336 dobles, 83 triples y 186 cuadrangulares, anotando 1136 carreras y fletando 1023 con 205 bases robadas.

Podría haber bateado más de .300 de por vida, de no haber sido por el truco publicitario incitado por Bill Veeck, que provocó que Minnie compareciera ocho veces con 51 años (un solo imparable) en el puesto del designado y otras dos veces en 1980, con 55 años, en las que se fue en blanco. Lo curioso es que a pesar de exhibir promedio de .100 en esos diez turnos, se tomó apenas dos ponches. Su última comparecencia, como emergente por Chet Lemon contra los Angelinos, Miñoso roleteó de tercera a primera.

Miñoso presenta un total de 189 puntos de bateo en estadísticas de tinta gris[ii], que lo ubican en el número 50 de todas las Mayores, por lo que su legado ante muchas generaciones será imperecedero, pero más que nada, ante los ojos de muchos, su exclusión de Cooperstown no ha podido ser más injusta.

Más que nada, según comentarios de twitter, Miñoso era una excelente persona que quiso la suerte que fuese pelotero.

[i] Ha habido una especie de boicot en contra del Salón de la Fama del Béisbol Cubano, entre los que están en contra desde fuera de Cuba y las autoridades que dentro de Cuba se empecinan en excluir a los peloteros que no viven en el país, pretendiendo incluso renombrarlo por algo como “Salón de las Glorias que Viven en Cuba”

[ii] Cantidad de veces que ha terminado entre los diez primeros en ciertos departamentos ofensivos, que otorga cuatro puntos por jonrones, empujadas, o promedio de bateo; tres por anotadas, hits o slugging; dos por juegos completos, boletos por cada nueve entradas y hits por cada nueve entradas; y uno por juegos, veces al bate o triples

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