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El libro y el hábito de lectura

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¿Leemos o no?

No creo que aún alguien piense que el libro impreso sobre papel va a desaparecer, aunque puede quedar algún incrédulo ante el auge de lo digital, pero sí está claro que su presencia o participación dentro del mercado las publicaciones ha disminuido.

Simplemente ha pasado algo similar a lo ocurrido con otros medios y soportes a partir de la irrupción en masa de lo digital. Los nuevos medios y formas de consumo se apoderan de una parte importante del mercado pero no suplantan las anteriores. Así pasó con la radio cuando llegó la televisión. Así ha pasado con la proyección de cine en salas, primero con la TV y la aparición del VHS/DVD, y posteriormente con el “streamming” o visualización en línea. Así pasó también con el CD de música, los formatos digitales (MP3, WMV, AIFF) y su escucha en línea.

Lo nuevo aborda el mercado, impone nuevos patrones y hábitos de consumo y automáticamente el mercado reajusta sus cuotas de participación según los consumidores.

De aquí entonces que lo más importante para hacer prevalecer el hábito de lectura no es exactamente lograr una mayor presencia del libro impreso en papel, como tradicionalmente sucedía, sino lograr que las personas sigan necesitando de la lectura para encontrar la información que buscan, instruirse o entretenerse.

Hemos escuchado muchas veces decir que hoy se lee mucho menos, sobre la base de la disminución de la cantidad de materiales impresos (periódicos, revistas, libros). ¿Pero acaso no ha aumentado proporcionalmente mucho más el acceso a sitios de corte enciclopédico como WIKIPEDIA, a los periódicos y revistas en línea o a los espacios en la Web de corte científico o universitario (tipo docente)? ¿O es que en esos lugares no hay también textos que leer?

Es verdad que estamos en un mundo marcado por la influencia de lo audiovisual y lo digital, pero aún la forma más común de comunicación a través de medios sigue siendo la palabra, el texto.

Partiendo entonces de la premisa que “aún se sigue leyendo…..y más que antes” analicemos el tema del libro y sus proyecciones.

El Libro y sus funciones   
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Con la aparición de la imprenta moderna en 1450 y el desarrollo alcanzado en la producción de papel, el libro acelera su proceso de penetración en la sociedad, dejando de ser un producto exclusivo de las cultas minorías de la época.

Pero su rápido ascenso dentro de las clases bajas se produce a mediados del siglo XVIII cuando se superan las dificultades tecnológicas que le impedían convertirse en mercancía, pero sobre todo con la innovación comercial de las librearías ambulantes donde el librero cobraba una cantidad mensual por prestar libros que al ser devueltos le permitía al lector recibir otro a cambio. O sea que en parte su auge se debe a la forma en que logró su distribución en la sociedad.

El libro entonces se convierte en un avance que da distinción a los lectores como progresistas, en un siglo en que el progreso es una meta social ampliamente deseada y a la que pueden acceder por igual nobles y plebeyos.

Los libros permiten informar, educar, formar, conocer, aprender y también entretener. Permiten a quienes lo leen y utilizan ser más culto a la par que motivan y desarrollan su imaginación.

Según cada una de estas funciones aparecieron líneas completas de producción de libros orientados a propósitos específicos. Así tenemos los de carácter enciclopédico; los libros de texto y cuadernos prácticos orientados a los procesos de educación; los manuales y libros técnicos que sirven tanto para la instalación y supervisión de procesos como para la asistencia y formación de especialistas; los libros de carácter literario y de entretenimiento, entre otros.

Esta segmentación se agudizó en la época digital ya que las tecnologías de la información aportaron nuevas forma de hacer y acceder según el propósito del libro. De ahí que prácticamente desaparecieran las grandes enciclopedias por tomos en papel, convertidas en CD, DVD o accesibles a través del ciberespacio. Sin embargo sitios en la Web de carácter enciclopédico como Wikipedia son hoy consultados cientos de miles de veces más que sus equivalentes anteriores en papel, con lo cual se consiguió mayor nivel de lectura de estos textos y mayor acceso al conocimiento, al facilitar estas tecnologías, y con ello democratizar, el acceso a esta tipo de información. Eso sin contar el valor añadido de haber sido creado sus contenidos con el aporte del conocimiento colectivo y estar en permanente actualización y revisión.

Algo similar está ocurriendo con los libros dedicados a la enseñanza y la formación aunque no en la misma proporción. Este fenómeno depende de otros factores sociales y de desarrollo. Sin embargo en este caso y también como parte de democratización del acceso a la información y el conocimiento, conviven en perfecta armonía las tecnologías de la información, la información en formato digital, los materiales audiovisuales didácticos y los tradicionales libros impresos.

La necesidad de información

Libro digital 1No por casualidad se ha denominado a esta época la “Era de la Información” y la Sociedad ha tomado los calificativos de Sociedad de la Información y el Conocimiento.

La dependencia que existe entre cualquier proceso y el nivel de información y conocimiento sobre este, sus partes integrantes, el ambiente en que se desarrolla y el destino o finalidad del mismo es tan alta que ha pasado a ocupar un lugar entre las primeras prioridades.

Por tanto el acceso oportuno a la información se ha convertido también en una prioridad.

La forma más común de almacenar hoy la información sigue siendo mediante la palabra escrita que en estos momentos se guarda o en formato digital o impresa sobre papel. Como el papel ha demostrado ya su durabilidad en el tiempo y las formas de almacenamiento digital aún están por demostrarlo (además de su tendencia a cambiar soporte y formato en períodos relativamente cortos ante el desarrollo de las tecnologías), muchas de estas informaciones están hoy en soporte papel. Y no son textos muertos, por lo general son materiales que se consultan y leen frecuentemente.

¿Será entonces correcta la apreciación de que leemos menos cuando el nivel de acceso a la información se ha multiplicado y los volúmenes de información almacenados han crecido considerablemente año por año?

La Literatura como manifestación cultural y entretenimiento

Sin dudas dentro de este ámbito del libro es donde más se ha sentido la influencia de lo digital y los cambios en los hábitos de lectura.

Es difícil pensar que la mayoría de los jóvenes de hoy van a sentir la misma pasión que sintió la juventud de finales del siglo XIX y principios del XX por las grandes obras impresas al estilo de “La Guerra y la Paz” o “Los Miserables”.

Posiblemente valoren o se interesen más por una superproducción cinematográfica de las mismas. Pero eso no quiere decir que al menos una parte de ellos no llegue a leerlas en letra impresa. El problema es cómo lograrlo revirtiendo la tendencia actual hacia otro tipo de textos, más cortos y menos descriptivos.

Pienso que el punto de partida entonces debe ser otro: Lograr mantener el hábito e interés por la lectura de textos literarios.

No puede existir una sola estrategia para ello pero podemos dar una lista de ejemplos de acciones que sin dudas deben lograr generar y mantener el interés y provocar la lectura. Por ejemplo:

  • A partir de una buena selección de poesía, sacar al mercado a la par del libro, archivos de audio y video con la lectura de la misma, o incluso con análisis, comentarios y explicaciones sobre las mismas, su autor y la época. Es muy importante la selección acorde al público al que se dirige, pues lo demás también tiene que responder a los códigos estéticos y de comunicación de este público objetivo.
  • Junto con el libro en papel, sale la versión digital del mismo. Comprar la versión digital da facilidades para adquirir la versión en papel. Además se publican en Internet materiales audiovisuales con la promoción del libro, comentarios sobre este, lectura de momentos atractivos y hasta representación dramática de estos momentos a modo de clip.
  • Algunos textos literarios son afines a la creación de juegos (más o menos didácticos), desde trivias con combinaciones de preguntas y respuestas, hasta la utilización de modelos de juego existentes para aplicarlos al tema en cuestión (encontrar algo, enfrentamientos o luchas según algún pasaje de la obra, competencia entre dos bandos o equipos, etc.). La imaginación y creatividad en este sentido de quienes conciban estas ideas será la clave del éxito.
  • Trabajar el desarrollo de versiones de grandes obras (típicamente utilizado con el género de aventuras) dirigidas al público joven. Esto puede incluir la realización de versiones en formato de “comics” pensando en los más pequeños.
  • Revertir la actual tendencia de imprimir libros sin ilustraciones y siempre que se pueda incorporarlas. Las versiones digitales del libro pueden incluir ilustraciones animadas o incluso interactivas.
  • Convertir en “héroes” o “símbolos” a los protagonistas de obras literarias seleccionadas, tal y como hoy se hace con el cine o el video juego y a partir de ello, generar toda una serie de artículos complementarios. Para ello es importante haber creado primero un referente visual de la obra o los personajes.

Acciones como estas van encaminadas a incentivar el acercamiento a la lectura del público infantil o joven, bombardeados desde edades tempranas por la fuerza y pregnancia del audiovisual, lo inmersivo de los video juegos y el sensacionalismo de lo electrónico.

Aunque esto es una tarea fundamentalmente de aquellas personas, instituciones y entidades cuyo trabajo se focaliza en la promoción de la lectura, si a la misma no se suman editores, impresores, vendedores y en general toda la industria del libro, en asociación con el mundo de la música, el video, la multimedia, el software y la electrónica, será muy difícil lograr resultados palpables a mediano plazo. Obviamente lo comercial tendrá un peso fuerte en garantizar estas alianzas por lo que también debe pensarse en ello a la hora de generar el proyecto.

Nada de lo antes mencionado es nuevo. Casi todo ha sido utilizado y probado ya, pero desafortunadamente muchas veces se hace con obras de poco o menor valor literario. Pero el mecanismo funciona. ¿Por qué entonces no aplicarlo a aquello que nos enriquecerá culturalmente?

Todo esto implica un poco romper con tradiciones, formatos y maneras de hacer, pero hay que atemperarse a los modos de hacer en la actualidad si queremos defender los valores que realmente nos aportan en lo cultural, lo educativo y lo informacional para un mayor enriquecimiento espiritual evitando la actual tendencia de que lo digital, lo electrónico y moderno se asocie a lo banal, superficial y embrutecedor.

A modo de conclusión

Libro digital 3Pudiéramos seguir abordando temas y poniendo ejemplos pero no es el objetivo de este trabajo.

Su propósito es motivar a quienes lo lean a reflexionar sobre el tema del libro y la lectura. Si generó criterios a favor o en contra no es lo más importante. Como asevera el viejo refrán : “….lo que importa es que hablen”.

Y eso es realmente lo importante. Que entre todos pensemos la mejor manera de hacer prevalecer lo que la era del libro impreso nos permitió a todos para crecer, aumentar nuestro nivel cultural y llevar nuestros niveles de imaginación y creatividad a su máxima expresión.

Esta es una tarea sobre todos de las instituciones que tienen en su objeto social velar y potenciar por la lectura, pero tembién de la industria editorial, los escritores, poetas, guionistas y creadores en general. Tenemos que abrir nuestras mentes al mundo de hoy con una proyección hacia su futuro si de verdad queremos sacar provecho de toda la teconología que nos rodea y de la que viene en camino.

Intercambio de mensajes entre los escritores Frédérick Lavoie y Eliades Acosta Matos

tomado del blog La Isla desconocida

El escritor canadiense Frédérick Lavoie estuvo en la pasada Feria del Libro de La Habana. Allí anunció la preparación de un libro sobre Cuba que ya tiene título: Antes del después: viaje a Cuba con George Orwell. Su rutina de trabajo consiste en visitar países que el Gobierno estadounidense quiere derrocar o que ya ha logrado derrocar, para escribir largos reportajes que respalden esa pretensión. Intercambia correos con algunos escritores cubanos, pero a menudo encuentra respuestas inesperadas. He recibido este intercambio de mensajes y me parece útil su difusión. Se respeta la peculiar ortografía del señor Lavoie.

El miércoles, 4 de octubre de 2017 7:55:55 a. m.
Estimado señor Acosta,

Gracias por su respuesta rapida en el Twitter. Al inicio, debo decir que yo no escribo muy bien en español, pero entiendo todo. Disculpame para los errores.
Como dije en su mensaje, yo soy un escritor canadiense ahora escribiendo un libro sobre la Cuba de hoy.
Me intereso particularmente la istoria de la publicacion, de la recepcion y de la disponibilidad del libro 1984 de George Orwell en Cuba entre 1961 y hoy.
Como sabe probablemente, el proximo año, la editorial Art y Literatura ha publicado una nueva edicion del libro con una nueva traduccion cubana.
En el enero de 1961, una otra editorial que se llamaba Librerías Unidas y que existe solo de 1959 y 1961, tambien publicaba 1984 (y tambien Rebelion en la Granja). Tres meses despues, en abril de 1961, el gobierno cubano cerró la editorial. Su dueño, Adolfo Cacheiro, que tambien fue el dueño de la librería El Gato de papel en la calle Obispo, fue arrestado el día de la invasion de playa Giron, porque ayudaba a los contrarevolucionarios. Se fue del país en mayo del mismo año.
En esto tiempo, como lo sabe seguramente, la director de la Biblioteca Nacional fue Maria Teresa Freyre de Andrade. Su sobrina, Margarita Cano, que trabajaba con su tia entre 1959 y 1962, me dijó que a un momento en la Biblioteca fue implementado una sistema de permissiones especiales para consultar algunos libros. Desde este momento, los libros como los de Orwell, de Koestler y de otros autores fuen disponibles solo con una permission especial. Margarita ne se recuerda cuando exactamente fue implementada esta sistema, pero parece que fue un poco antes o despues del discurso Los Palabres a los intelectuales de Fidel Castro pronunciado en la misma biblioteca. ¿Sabe usted alguno sobre la istoria de esta sistema de permissiones especiales? Y tambien, sobre la istoria precisamente de los permissiones especiales para consultar 1984? ¿Quien podria consultar este libro cuando usted estaba el director de la biblioteca? Lo que yo sé por seguro es que en febrero y en setiembre del proximo año, cuando fue a la Biblioteca Nacional, no tenía problema para consultar 1984 o otros libros publicados por Librerias Unidas, excepto uno: cuando pedi el libro El Cero y el Infinito, de Arthur Koestler, me dijo que solo los « investigadores » pueden consultarlo. No podia con mi carné de «profesional». ¿Sabe porque especificamente la consultacion de ese titulo requiere un status especial?
Si usted tiene cualquier informacion sobre lo que me intereso – Librerias Unidas, el functionamento de la Biblioteca Nacional, 1984 y otros – por favor, transmitalo. Estaré muy agradecido.
Una vez más, disculpa por la pobreza de mi español y gracias por su ayuda.

Frédérick Lavoie

miércoles, 4 de octubre de 2017 1:10:15 p. m.
Estimado Sr. Lavoie

He recibido su mensaje y paso a responderle:

1)  He leído sus opiniones y puntos de vista sobre Cuba, la Revolución y su política cultural, a raíz de su participación en la Feria del Libro de La Habana, y me permito decirle, con absoluta honestidad, que me ubico en una posición diametralmente opuesta a la suya. Reconozco su derecho a defender sus criterios, como mismo me reconozco el derecho a ejercer los míos.

2) Puedo intuir que sus investigaciones intentan fundamentar sus criterios, y en este sentido, como nos hallamos en posiciones encontradas, los míos lo dejarán insatisfechos. Créame que lo siento, pero siendo usted, como afirma, un convencido defensor de libertades y derechos, espero que en su libro refleje los que le enviaré, con el mismo respeto y fidelidad conque los formule.

3) No me deja claro quién o quiénes patrocinan su investigación, que siempre son costosas, ni qué destino pretende dar al texto acabado. Me gustaría algún comentario al respecto.

4) Como usted bien conoce, fui director de la Biblioteca Nacional desde 1997 al 2007, por lo que solo puedo opinar o dar información sobre el mismo. De los períodos anterior y posterior a este, deberá dirigirse a otras personas.

5) La obra de Orwell, Koestler, Stephen Spender, y otros autores “antitotalitarios”, según el eufemismo utilizado y popularizado por la comunidad de inteligencia norteamericana y occidental, fueron puntas de lanza en la guerra cultural contra el socialismo y las revoluciones, en el marco de la Guerra Fría. Muchas otras corrieron igual suerte, pero en el caso de estos tres autores concretos, ellos no solo se brindaron sino que participaron jubilosamente en esta confrontación, a sabiendas de qué intereses representaban y a qué precio. El primero no fue solo un apóstol de libertades y un antiestalinista convencido (yo lo soy), sino también un delator de sus compañeros a los que tachó de comunistas, entre ellos Chaplin. Usted debe conocer las listas y los comentarios que adicionó a las mismas, destinadas a los servicios de inteligencia británicos, lo cual lo convierte en la negación de lo que decía defender. Creo que coincidamos en que las ideas se deben defender con ideas, y a la luz del sol, y no mediante arteras delaciones. En el caso de Koestler y Spender, sus nexos con la CIA alrededor de la convocatoria al Congreso por la Libertad de Europa, son de sobra conocidos. No había en ellos ingenuidad alguna y si la defensa, por medios muy discutibles y nada intelectuales, de las posturas de los Estados Unidos (quien pagaba) contra el socialismo y las revoluciones. Puedo respetarlos por sus obras, en lo propiamente literario, como me ocurre con Vargas Llosas, y rechazarlos por su acciones. Es lo que hago. Desde este punto de vista, no reverencio, como al Santo Grial, ninguna de las obras que legaron, y francamente, no creo que hubiesen disfrutado de tanta propaganda y publicidad de haber militado en el otro lado, o ser simplemente, creadores literarios y no guerreros culturales.

6) En mi período como director de la Biblioteca Nacional, fiel a las concepciones que siempre he sustentado y sustento, intenté dar las mayores facilidades para el acceso de 1984 de Orwell, como a otras obras y autores que no circulaban en Cuba, incluyendo el fomento de la colección de cubanos en el exterior. No me asustan ni los libros, ni los escritores, ni las ideas. Creo en el debate y en el pensamiento critico. En los textos de la época que le remitiré, escritos míos y entrevistas diversas, podrá apreciar las dificultades prácticas que enfrentamos en ello, y también las soluciones halladas, entre ellas, la creación a escala nacional de los “Clubes Minerva”, donde se podía  encontrar esta obra de Orwell, la cual podía ser tomada en préstamo. mucho antes de que tuviese una edición cubana.

7) Todas las bibliotecas del mundo, absolutamente todas, e incluyo la de la Universidad del Sur de la Florida con cuya directora tuve ocasión de conversar varias veces, tiene políticas restrictivas de acceso a ciertos segmentos de sus colecciones, por razones diversas, que podamos compartir o no, pero existen. Por ejemplo, los libros editados en Cuba, debían ser protegidos en un recinto cerrado en Miami, porque eran suceptibles de ser robados o destruidos. Organizaciones como American Libraries Asociation e IFLA, tienen comités especiales para conocer denuncias por censura de libros, y créame, se asombraría de que cuentos infantiles como “La Caperucita Roja” estén prohibidos en ciertas bibliotecas de la “tierra de los libres”, como reza el himno norteamericano. Le asombra que Cuba, país asediado, atacado y en la mira permanente de la potencia más poderosa de la tierra, que ha usado contra ella desde armas biológicas hasta la guerra cultural, haya instaurado , en los momentos más álgidos de la confrontación, ciertas restricciones en la circulación de productos culturales, que siempre son ideológicos? Exactamente lo mismo explica, con añadido grado de salvajismo incivil e ignorancia, que en Miami se hayan destruido discos de música cubana, obras de arte plástica y libros de autores revolucionarios.

8) Fue bajo mi dirección que la Biblioteca Nacional implantó el sistema de categorización de usuarios, como lo tienen todas las bibliotecas nacionales del mundo, y muchas otras, con muchas más restricciones en los accesos a ciertas colecciones, que la nuestra. Lejos de las campañas de infundios de los patrocinadores del bluff que fueron las llamadas “bibliotecas independientes” (ver entrevistas al respecto), ese sistema permitió atender y ampliar el acceso a las demandas más especializadas de acceso. Aprecio que usted puede dar fe de ello.

9) Le estoy remitiendo por WeTransfer varias entrevistas , artículos y ensayos que pueden ilustrar mejor la época de la cual hablamos y mi posición al respecto, que sigue siendo la misma. Hay mucho de campaña gastada en todos estos temas. Hay mucho de guerra cultural trasnochada y cansona. Mucho de manipulación e hipocresía. Puedo ponerle muchos ejemplos de la cultura mundial actual que demuestran que las guerras culturales continúan, muchos años después de desaparecer la URSS y el campo socialista . A esas manipulaciones hoy s ele llaman posverdad y datos alternativos de la realidad, contranarrativa, o dominio del espectro total: es lo mismo, promovido por los de siempre.

Espero le sean de provecho estas ideas al vuelo, saludos cordiales y éxito en su labor:

Eliades Acosta Matos

Comentario sobre el libro: BARACOA… LA DE SIEMPRE

Tomado del Blog: Senda Interior

Es el título de una maravillosa antología poética compilada por las
poetas baracoenses Liana López Terrero y Sandra Rubio Oliveros, y es un atractivo homenaje a los poetas de la Ciudad Primada de ayer y de hoy.
El texto está pleno de poemas exquisitos que captan la vitalidad y la
energía creativa de esos bardos que desplegaron todo su amor en los
textos que hoy disfrutamos y que llegan directo a nuestros corazones.
Todos los protagonistas de esta antología han mantenido vivo el arte
que los une a su historia con verdadera excelencia.
La obra está ilustrada con el esplendor de diseños que aportan líricas
descripciones y que tienen el mérito de haber sido realizados por
artistas plásticos del propio terruño que los representan con genuina
creatividad.
Meritorio es destacar el trabajo realizado por las compiladoras como
una verdadera obra de artesanía o mejor dicho de orfebrería literaria.
Es un texto que proporciona sentido de identidad y pertenencia, porque
los poemas publicados además de belleza demuestran dignidad y
reverencia por la vida y una profunda espiritualidad de las
generaciones de ayer y de hoy.
Esta edición es una verdadera joya, un regalo que recibimos de
Ediciones Nuevo Mundo para no olvidar “…a los que añoran y enaltecen a
La Primera en el Tiempo”