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Acta del jurado del XI Certamen Internacional de Poesía Fantástica miNatura 2019 Carmen Rosa Signes Urrea 8 junio, 2019

Por: Carmen Rosa Signes Urrea

tomado del blog Claustrofobias

Reunidos los votos del Jurado del X1 Certamen Internacional de Poesía Fantástica miNatura 2019, formado por:

  1. Licenciada Barbara Euridice Blas Romero  (Narradora y poeta, México)
  2. Manel Aljama (Narrador, España)
  3. Carmen Rosa Signes U. (Narradora, España)
  4. Ricardo Acevedo Esplugas (Poeta y narrador, Cuba)

Tras la lectura de los 85 poemas presentados, que provenientes de diferentes nacionalidades, a saber:

  • 1 Alemán
  • 15 Argentinos
  • 5 Chilenos
  • 8 Colombianos
  • 5 Cubanos
  • 2 Ecuatorianos
  • 1 Salvadoreño
  • 21 Españoles
  • 1 Estadounidense
  • 2 Italianos
  • 1 Italo-Argentino
  • 1 Marroquí
  • 9 Mexicanos
  • 1 Nicaragüenses
  • 3 Peruanos
  • 2 Boricuas (Puertorriqueños)
  • 1 Rumano
  • 1 Ucraniano
  • 2 Uruguayos
  • 3 Venezolanos

Un año más, el jurado señala la dificultad que ha supuesto la selección del grupo representativo del que salió el poema ganador en esta edición del certamen. Felicitamos a todos los participantes por el interés prestado y naturalmente les invitamos a que sigan presentándose a nuestras convocatorias.

En breve verá la luz el dossier especial de la Revista Digital miNatura dedicado al XI Certamen Internacional de Poesía Fantástica miNatura 2019 (Revista Digital miNatura 168) en la que serán publicados tanto el poema ganador como los finalistas, un número especial que contará con la colaboración de un excelente ilustrador. Tanto el ganador de este certamen como los finalistas recibirán por correo electrónico, a la dirección que nos han facilitado, diploma acreditativo de su participación en el concurso.

El jurado del XI Certamen Internacional de Poesía Fantástica miNatura 2019 proclama como ganador del certamen el poema:

ENTRE SOLES Seudónimo: Herman Autora: María Cristina Martínez Herrera (Cuba)

En palabras de Ricardo Acevedo Esplugas: Stanislaw Lem nos habla de… “Un dios cuyo martirio no significa redención, que no pretende salvar a nadie, ni está al servicio de nada, sino que simplemente está”. Entre soles no nos habla de un mundo  genocida, sino una filosofía que integra las matemáticas y otras ciencias en sus consideraciones sobre la naturaleza del hombre, la teoría de la evolución, la existencia de vida y el carácter infinito y, a la vez limitado, del conocimiento: “Vuestro conocimiento puede ser infinito, aunque tan solo humano. De ello se deduce que los conocimientos adquiridos igualarían a todos los tipos de Inteligencia únicamente en un mundo que durara infinitamente, porque solo en uno de estas características las paralelas pueden encontrarse en el infinito”, afirma María Cristina Martínez Herrera. Solaris (o Entre soles) también es consciente de sus limitaciones: no pretende disponer de una sabiduría total, sino únicamente de una perspectiva más amplia. Es un poema envolvente que atrapa al lector consiguiendo hacer fácil lo difícil. Un viaje al complicado mundo de Lem, haciendo que su obra más representativa esté al alcance de todos.

Así mismo el Jurado decide hacer mención de la calidad de los siguientes poemas finalistas (orden alfabético según apellido del autor/a):

  • LA VOZ DEL VACÍO Seudónimo: Gorbovski Autor: Carlos A. Duarte Cano (Cuba)
  • MÁS FUERTE QUE EL MIEDO Seudónimo: Richarddi Autor: Juan Pablo Goñi Capurro (Argentina)
  • MELANCOLÍA DE PERSÉFONE Seudónimo Los Fantasmas de Korad Autor. Milho Montenegro (Cuba)
  • PALABRAS DESDE EL VÓRTICE Seudónimo: Belerofonte Autor: José Olmedo López-Amor (España)
  • FANTASMAS Seudónimo: Fedra Autora: Susana Angélica Orden (Argentina)
  • VIAJEROS DEL TIEMPO. LA VIDA ES UN BUCLE MORTAL Seudónimo: George Simurg Autor: Pedro Pujante (España)
  • METAMORFOSIS Seudónimo: Rubén Tournier Autor: Alvaro Fernando Solar Utrera (Alemania)
  • AJENO Seudónimo: Yoh Omega Autor: Dante Vázquez Maldonado (México)

Nuestro más sincero agradecimiento por la buena acogida que sigue teniendo el certamen que viene a confirmar el interés que la poesía fantástica tiene entre los poetas contemporáneos y que queda evidenciada por la calidad de las obras presentadas. Os esperamos el año próximo en la edición número 12 de este certamen.

Gracias a todos.

Ricardo Acevedo Esplugas
Carmen Rosa Signes Urrea
Directores de la Revista Digital miNatura
San Juan de Moró a 19 de mayo de 2019

Criando soles con residuos de luna. Por José Luis Fariñas

Tomado del blog: La Pupila Insomne

Entre sales, jazminez y barrancales

Fueron muchas las pocas aguas
y los dolores aprendices, príncipes del adiós,
en las abiertas noches viejas de jazmín y barrancal
por donde nos íbamos respirando la sal fresca
entre los pinos quemados de la iniciación
en la fobia a las íntimas lejanías.
Solos en un manantial de desembocaduras
vadeábamos la mar eterna,
criando soles con residuos de luna
en los rincones tan enormes
de días tan rápidos como flechas tártaras.

Entregan el premio de poesía Wichy Nogueras 2018

Tomado del blog: Calustrofobias

El 16 de noviembre celebrando el aniversario 499 de la fundación de La Habana y 74 del nacimiento de Luis Rogelio Nogueras fue entregado en el Centro Cultural Dulce María Loynaz el Premio Literario que lleva el nombre de este importante poeta.

Convocado en el género de poesía se presentaron una veintena de cuadernos que fueron evaluados por los poetas Edel Morales, Leyla Leyva y Yanelis Encinosa quienes determinaron otorgar menciones a los libros Contra el insomnio, de Maykel Paneque, y a Estaciones de la memoria, de Irasema Cruz Bolaños.

Por la calidad de las obras presentadas acordaron conferir una Primera mención al libro: Fracturas, de Milho Montenegro.

El premio fue concedido al libro: La recitante, de la poeta pinareña Ismaray Pozo Quiñones. Según el jurado su libro se distingue por un poderoso discurso poético de largo aliento y madurez, que revela una escritura de atmósfera, densidad intelectual y profundidad ontológica.

Jorge Labañino: Una mirada

Mi entrevistado nació en Baracoa. Hoy vive en Baire, tierra de mambises. Asegura que por la mítica del lugar y la fuerza de atracción del sitio donde se produjo la primera carga al machete estaba convocado a vivir en Baire antes de su nacimiento. Jorge Labañino Legrá (Puro) comenzó a escribir en Angola, durante los años (1988-1990). Escribía los libros que no podía leer allí, pero a la hora del regreso no tuvo en cuenta cargarlos. Si bien es cierto que no conserva ninguno de sus primeros textos, no nos cabe dudas que estos fueran el inicio de su exitosa carrera en las letras.

Puro es graduado de Educación Musical en el pedagógico Frank País García de Santiago de Cuba y pertenece al grupo literario Café Bonaparte; cuenta con varios libros publicados como Oración del que traicionan, Rumor de Higuera, y luego de once años en silencio nos regala Un cadáver ideal, poemario con el que ganó en el año 2017 el premio José Manuel Poveda de poesía, que convoca la Editorial Oriente.

¿Cómo se vinculan en tu obra la poesía y Dios?

Somos imagen y semejanza de Dios. En algún momento de nuestra historia extraviamos este privilegio, deformamos lo que en nosotros prometía ser pulposo. Nada me hace más apto para el verso que estar en contacto directo con la sensibilidad de Dios. Aunque su nombre no esté en cada texto mío, su mirada palpita allí, actúa en el dolor que expreso frente al desastre que siempre estamos protagonizando frente al mundo que nos fue dado. Mi obra se extiende en una constante disputa contra el lado oscuro de la racionalidad, Dios habló y se hizo la luz, el hombre pensó y lo sumergió todo en las tinieblas. Evado las zonas idílicas de lo humano. Siento que el poeta, como el profeta bíblico debe denunciar tanto las miserias de la plebe, como de los cortesanos.

 Muchos coinciden en que tu poesía ha transitado de una poesía hermética a una poesía cercana al habla popular?¿Qué hay de realidad en eso?

 Todo ha dependido de la perspectiva que me ha dominado en el momento en que estoy escribiendo. Con mi primer libro, Oración del que Traicionan, me sumergí a explorar las posibilidades creativas de la palabra. El poeta Reynaldo García Blanco, mentor mío por aquellos días, bromeaba diciendo que me encontraba en una etapa en que las palabras huían de mí pero yo las casaba con un fusil de repetición metafórica. Me propuse llevar la metáfora a su máxima potencia, de ahí la hermeticidad de aquellos primeros versos. Con Rumor de Higuera me posicioné conscientemente en otro estado mental, las palabras llegaban mansitas hasta mí, pero entonces lo que me preocupaba era descubrir hasta donde la poesía también capacitaba para el entendimiento. Se trataba de dar luz, de espantar las de Hermes, de ir restándole protagonismo al artefacto metafórico. Disfruté mucho escribiéndolo, me sentí como un sabio dejando una herencia. Un cadáver ideal, es ya un libro con un declarado interés por adentrarse en las ruinas sociales. Se fue armando despacio, con la paciencia de quien pretende extraer sumo de la piedra. El puente con el lector esta más despejado porque el impacto importante ahora llega por la vía de los contenidos, no por el artificio de la forma. Mantengo con Lezama la fe de que el poema puede inaugurar un acontecer histórico, Un Cadáver… equivale a ruido de machete desenvainado, todos tienen que oírlo clarito aunque nadie haya escuchado el toque de a degüello.

Eres de Baracoa ¿Por qué decidiste hacer una familia en Baire, tierra de mambises?

 Cosas del azar, de los dominios de Dios. Llegue a Baire como estudiante de cuarto año del Instituto Superior Pedagógico Frank País de Santiago de Cuba. Realizaba mi práctica docente en una de las escuelas para becarios que aquí se llamaron Bungo. Allí, entre un azuquín mal oliente, la madrugada y una conversación sobre mitos y leyendas griegas, terminé en el fondo de una cátedra acostado con la que ahora es mi esposa. Luego se produjo la seducción del lugar, la primera carga al machete al mando de Máximo Gómez, Florencio Salcedo tiritando de fiebre y recibiendo aquel mensaje, poético por más señas, que decía, “Ya reventó la hora”, es decir, la hora del alzamiento, Saturnino Lora arengando a las tropas insurrectas y a la población reunida en la plaza del pueblo, Jesús Rabí haciendo leyenda. Baire es un sitio de leyendas, con su mística. No elegí hacer mi familia aquí, en este pueblo existe suficiente fuerza de atracción como para haberme convocado desde antes de mi nacimiento.

Casi todo tu tiempo creativo has estado cerca del poeta Eduard Encina ¿Existen puntos de coincidencia entre las poéticas que cada uno desarrolla?

Nos retroalimentamos mutuamente, pero nuestro fuerte es la discrepancia. Discutimos constantemente sobre nuestra obra, nuestras lecturas, sobre política cultural. Nada ha sido más fértil que nunca coincidir en nuestros puntos de vistas. Es un ejercicio fértil que impulsa obsesivamente a la búsqueda de nuevos datos, nuevos argumentos. A quien pase la vista sobre nuestros textos le saltará enseguida la disparidad. Eduard es un poeta bien armado, yo un músico frustrado que junta palabra a palabra para que se articule alguna cosa.

Escritores fundamentales de la poesía contemporánea han ganado el Premio Oriente ¿Esto es síntoma de que tu obra ha llegado a un momento de consagración.

De momento es síntoma de que mi obra pudiera entrar dentro de un circuito de promoción, de que estará al alcance de lectores fuertes y otros no tan fuertes, de que entrará en un espacio donde constantemente se está jerarquizando lo que se publica. Lo importante de momento es quitarme esta inmensa piedra de Sísifo que durante once años estuve cargando mientras trabajaba en el libro. Si no hubiese obtenido el Premio Oriente con Un Cadáver Ideal, ¿Cuántos años más estaría puliendo este pesado y descarnado Cadáver?

Puro asegura ser un músico frustrado y que junta palabras para articular alguna cosa, pero al decir del poeta Eduard Encina: Su obra, a mi entender, se constituye en un elemento referencial de la poesía escrita en Santiago de Cuba hoy… su poesía explora zonas de la realidad contemporánea, a veces, con tono filosófico, otras veces cercano al habla común… su obra ha conquistado la aceptación de la crítica y el público lector.

*Esta entrevista fue realizada antes del deceso de Eduard Encina, por eso nos referimos al poeta en presente.

Cómo explicárselo

Esta tarde se me quebró la voz mientras leía mi texto “Según pasan los años” en voz alta.

Manzano, como lo llamamos todos los que lo queremos y admiramos, me había invitado a almorzar y a asistir a su “Peña del hurón azul”, que conduce junto a Reyna Cruz, su esposa.

Se me había olvidado que era hoy. Había ido, no tan temprano, cerca de la Plaza Roja (por la calzada de 10 de octubre) a ver si me aguardaba algo en el segundo piso de la tienda “El Asia”.

Máximo, el librero, me había dicho que todos los sábados había una especie de feria, de mercado de las pulgas, donde sacaban muchas cosas. Cuando llegué a la parada del rutero en Monte, ceca del Parque de la Fraternidad, me llevé la sorpresa de ser el primero en marcar. Me bajé en la Plaza Roja y, ¡milagro, milagro!, la librería “Alejandro de Humboldt” estaba abierta. Compré dos libros de En lo más implacable de la noche, la antología de Idea Vilariño publicada por Casa de las Américas. En “El Asia” no había nada esperándome.

Como ya sabía el camino emprendí el regreso por la Calzada de 10 de octubre, rumbo a Centro Habana, con el firme propósito de llegar a pie. Sabiendo el camino no podía ser tan largo. O bueno… por lo menos para mí. Cuando llegué a la Esquina de Teja, antes de doblar para buscar Monte, sonó mi celular: era Roberto Manzano. Quería saber si iba a ir a su casa a almorzar.

-Era hoy… no sé, Manzano, por qué pensaba que era el próximo fin de semana. Estoy en la Esquina de Teja. Lo que me demore en llegar…

Como estaba seguro del recorrido peatonal más no del guagüero decidí esperar un rutero o una máquina que me bajara a La Habana para, después de pasar por Concordia, dejar mi morral (la mochila) y reemprender el camino de regreso. La vuelta del bobo, sí. Como corresponde.

Una mano me tocó el brazo y me llamó. Era Zuleica Romay. Nos dimos un fuerte abrazo, sudorosos y emocionados. No alcanzamos a conversar mucho porque, ¡milagro, milagro!, ya venía el rutero. Semi vacío.

Dejé mi mochila (mi morral), tomé un poco del yogur que hace Michel, cogí el único ejemplar que tengo acá de Un librero y emprendí el camino de regreso al Parque de la Fraternidad, a la parada del rutero. Marqué el último en una cola zigzagueante y amplia. De repente, sin anuncio, apareció un P 8 vacío. Corrí a él e hice el viaje, hasta la parada de La Palma, sentado, con la ventana abierta y el viento corriendo por mi cara.

Apenas me bajé de la guagua una máquina, a la que le faltaba un pasajero, me estaba esperando para llegar a la Curva de Párraga. Ya todos habían almorzado cuando llegué. Manzano, como lo llamamos todos los que lo admiramos y queremos, abrió su abrazo inmenso apenas me vio. Hacía seis meses no nos encontrábamos. La última vez fue el 17 de febrero.

-Llegué tarde, lo siento…

-No te preocupes… lo importante es que viniste… Y, al ser el último, eres el más afortunado: puedes comer más.

-Eso era en otros tiempos, Manzano… -le respondí sonriéndole al que fui alguna vez: lento pero aplastante como la pata del elefante.

Conversamos un rato. Nos actualizamos y emprendimos todos el camino al “Hurón Azul”, la casa de campo de Carlos Enríquez donde, desde hace un año, funciona la peña que coordinan su esposa Reyna y él.

Si la palabra “apóstol”, en Cuba, no tuviera ya dueño, sería la indicada para nombrar a Roberto Manzano. Apóstol de la poesía. Y como lo conozco (y todos los que lo conocemos) sé que, aunque esta palabra no tuviera dueño, él la rechazaría.

Estar con Manzano, escucharlo, es encontrarse con un ser humano de una bondad y sabiduría infinitas, un poeta en el sentido amplio y profundo de la palabra, un creador, un artesano, un amador de las palabras y del estudio. Un permanente y constante descubridor para quien la vida debe vivirse de acuerdo con la vocación y con una fidelidad absoluta a la verdad. Creo, y no me sonrojo al decirlo, que es el hombre más noble que he conocido. El poeta más amable que existe.

Uno de los invitados a la peña de hoy era el poeta Jorge García Prieto, quien nos leyó algunos de sus poemas y décimas entrañables. Y nos habló (como debe ser en toda peña de poesía) de un poeta que admiraba: Eduardo Mejides Díaz, autor de un solo libro, una delgadísima plaquette publicada por Ediciones Extramuros en 1986, La rendija de la calle, escrito ante la insistencia de un amigo y acompañado por una botella de ron. Poeta del que no se sabe su paradero. Está perdido. O como dijo Jorge: “Desaparecido”.

No me resistí a fotografiar todos sus poemas con mi cámara invencible. Había algo que me tocaba en lo más hondo: aquello que me hablaba directamente sobre lo que no hay que olvidar jamás y “recordar para recordar”. Como un deber. Como un pacto. Porque si no se hace esas vidas, esos momentos, esos tiempos se perderán irremediablemente. Son poemas que me hablan a los ojos. Que me dibujan lo irrepetible.

Este fue uno de los que leyó Jorge:

Elegía

A Francisco, a quien no puede decirse en un poema; a esos, a los que dijeron ¡coño!, se nos ha ido “Mortadella”.

tu traje de béisbol está canoso
francisco martínez “mortadella”
las pelotas andan de luto
y el jonrón que nunca diste te recuerda
francisco te perdiste por el cáncer
y te buscaron iglesias
misas
oraciones
y hasta el brujo
más brujo
de los brujos
y ni los hospitales más audaces te encontraron
y hoy que has permorido a ciencia cierta
me pregunto
quien nos menichea
el placer está muy pálido
a decir verdad
aquí todo está muy pálido
tu casa
la bodega
el camión de leche que vendiste
el bombillo de la esquina
pobrecitos todos
si los vieras
ahora que te hemos deshallado eternamente
cómo explicarle a tu guante
a tu gorra
a tus espais
a esas cosas tremendas que mimabas
cómo explicarle que jamás se efectuará un torneo
“MORTADELLA IN MEMORIAM”
cómo explicárselo
francisco
cómo.

Tal vez fue el tono de los poemas de “Chaca” que Jorge leyó… tal vez el saber que era la primera vez que iba a leer algunos textos de mi libro ante cubanas y cubanos que no conocía o que frente a mí estuvieran Manzano y Reyna o quién sabe qué fue… lo único cierto fue que cuando leí “Según pasan los años” y volví a pronunciar los nombres de Gilber y Rolando, no pude evitar que mi voz se quebrara un segundo y tuviera que decir “lo siento” y Manzano, como lo llamamos todos los que lo que lo admiramos y queremos, me sonriera y me dijera:

-Tranquilo. No importa.

Y yo terminara de leer y por un momento, tan sólo un momento, esos dos libreros volvieran a existir en mis palabras y comenzaran a habitar en la memoria de todos los que, a pesar del calor y la lejanía, nos habíamos reunido en la “Peña del hurón azul” para compartir por un rato la poesía y la amistad.

Y un vaso de té con ron, un buchito de café y un pedacito de cake porque hoy la peña cumple un año y no podemos dejar de celebrar y “armarnos de amigos, porque los amigos son los amigos y si nos entran a trompones se reparten entre todos”.

Y de recordar sin explicárselo.