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Casarse con mujer inteligente, alarga la vida de los hombres

tomado del blog Al Dia

Lo que debe hacer un hombre que quiere vivir más es casarse con una mujer inteligente, afirma el Lawrence Whalley, profesor de salud mental de la Universidad de Aberdeen, en Escocia.

De acuerdo con el investigador, “no existe mejor amortiguador para la demencia que la inteligencia”, así que no dudes en decirle a tu pareja que eres la mejor candidata para compartir la vida juntos: bonita y lista ¿qué más podría pedir? 

Una investigación realizada por el citado especialista revela que la inteligencia de una mujer, es una característica que ayuda significativamente a elevar la esperanza de vida de su pareja, así como a evitar la senilidad.

Para llegar a tal conclusión, él estudió analizó la salud de dos pares de gemelos intenticos y finalmente determinó que el entorno tenía gran influencia en el desarrollo de sus capacidades intelectuales.

Los investigadores se dieron cuenta de que los hombres que se casaban con mujeres inteligentes vivían mas años, eran más felices y tenían menor riesgo de padecer enfermedades como Alzheimer o la demencia. 

Ello se debe a que las mujeres con esta característica estimulan constantemente la inteligencia de sus parejas de tal forma que tiene un efecto muy positivo en sus habilidades cognitivas. 

El estudio también dio cuenta de que los hombres casados con mujeres inteligentes tenían cerebros “débiles”, esto después de ser sometidos a pruebas de escaneo, sin embargo, no experimentaban síntomas de mala salud mental.

No obstante, como en todo existen desvetajas, pues otro estudio da cuenta de que las mujeres inteligentes son más celosas. ¡Ni modo, no se puede tener todo en la vida!

Lo que es un hecho es que las mujeres que están orgullosas de su inteligencia crecen preparadas para ser más responsables e independientes.

En tanto que los varones con esta particularidad tienen potencia para desarrollar relaciones más sanas con las mujeres y generar familias más sanas.

Un dato curioso es que las mujeres que crecieron sin papá son más fuertes e inteligentes. Así que la lo sabes, antes que bonita, busca una mujer que brille por sus habilidades cognitivas. 

VACUNAS

tomado del blog: La Bicicleta

 

Aunque es un orgullo para todos los cubanos que nuestros niños al nacer sean protegidos de forma gratuita contra trece enfermedades, no es justamente de esa solución médica que estaré escribiendo aquí, aun cuando el centro de esta crónica sean las vacunas.

Se trata de otras formas de inmunización, de vacunaciones contra dos o tres cosas que hacen tanto o más daño que la viruela, el tétanos o la influenza. Imaginemos que se inventan algunas vacunillas contra determinados males contagiosos que se andan propagando peligrosamente a nivel social.

Después del lógico anuncio y la organización de la campaña, primero se tendrían que vacunar los indolentes, esos a quienes lo mismo les da que el Titanic se vaya por un bache o que un salidero de agua en plena calle, gane más caudal que el Amazonas. Habrá que convocar algunos voluntarios para ordenar la cola y producir las dosis de reserva por si acaso se pone complicada la demanda.

Cuando se tenga listo el antígeno contra las ¨Malas Pulgas¨ (me refiero a las malas de verdad, las que transforman el carácter de los humanos) vendría muy bien un censo general en establecimientos públicos y privados, para que no se queden fuera ni los semblantes agrios, ni las caras torcidas, ni las malas contestas. Reconozco que la medicina puede que necesite de una segunda vuelta para determinados ¨pacientes¨, porque conozco gente que andan por encima de nueve en la escala de diez, en eso del maltrato.

Será de aplausos la vacuna contra el pesimismo y se precisará urgencia total para aplicarla en cuanto surgen los primeros síntomas, porque es una dolencia que tiende a complicarse cuando se combina con desaliento y conformismo, se vuelve crónica y entonces lo mejor sería poner en cuarentena indefinida a los irremediables.

Imagino el impacto con la inoculación del preparado contra el chisme, que además de preventivo tendrá que ser terapéutico para cortar en todas sus fases la pandemia. En este caso si habría que convocar a las fuerzas del orden interior para casos como Consuelito la ¨Bisagra¨(cuando no está en la puerta está en la ventana)  o Nicolás ¨De buena tinta¨ quienes presentarán fuerte resistencia al pinchazo, considerando que sus vidas pueden perder totalmente el sentido si se logra la definitiva extinción del chismorreo.

Pero el logro mayor será cuando se pueda vacunar a la gente contra el odio, las guerras y los egoísmos. Ese día,  después de muchos siglos, nos convirtamos en humanos de verdad.

Tomado del blog Cuba Icaní

De mi aporte a la amiga solo podíamos ver, como decía ella, la tela; es decir, los periódicos con que vistieron los trajes esplendorosos del desfile de modas. Y eso, una parte, ya que mi amiga juntó tantos que se iban más allá de los ejemplares de Escambray y Juventud Rebelde donados por mí. Ni brillo ni lentejuelas en los atuendos; solo titulares y textos impresos, y eso me recordó a José Martí: mucha tienda, poca alma.

Pero el desfile cerraba un espectáculo de lujo, así que sentí cierta satisfacción al ver a las muchachas exhibir los diseños, que iban de lo menos a lo más fresco y moderno. De atrevimiento en la puesta en escena había, si acaso, algún vestido corto. Ni siquiera en el diálogo humorístico entre Estelvina y Sandalio, tan bien encarnados por una pareja de alumnos que sacaron algunas carcajadas, se respiró el más mínimo aire de obscenidad.

Mientras me deleitaba con las actuaciones de los discípulos de Décimo 6 me decía que cosas como esta deberían hacerse a menudo en las escuelas. No era en el colegio donde transcurría la obra, sino en el cine Conrado Benítez de la ciudad de Sancti Spíritus, al que acudieron las familias y algún que otro conocido o vecino, más algunos profesores y la dirección del plantel. Pero las madres y los padres debieron esperar en el parque, porque hasta minutos antes de subir el telón las exigencias del profesor de Cultura Artística obligaron a los muchachos, en el mejor sentido de la palabra, a repetir el canto, el compás, la pronunciación, las ideas.

Una novia para David y sus hondas lecturas de mediados de los 80 se adueñaron de los minutos que siguieron a canciones cubanas de esas que marcan épocas. No todas fueron ejecutadas con idéntica precisión, pero puedo jurarlo: lo que vino después hizo olvidar cualquier desatino. Yerran, al fin y al cabo, solo quienes se atreven a arriesgarse. Ahora que lo miro, erré yo al comienzo al hablar de atrevimiento: atrevido fue todo cuanto se hizo la tarde del sábado 12 de mayo sobre las tablas de la citada sala de cine.

No importa que se quedaran a medio oír los breves diálogos de Ofelia y David (los alumnos que los interpretaron, digo), porque se recreó la atmósfera del filme y, sobre todo, se habló de respeto a lo diferente y en apariencias contrario a lo grupalmente aplaudido. Por momentos, aquel no era el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Eusebio Olivera, sino el pre donde transcurrían las vivencias de los protagonistas de la película.

Ni importa que nadie de los evaluados —porque no he dicho que se trataba justamente de un espectáculo al final del cual todos recibirían una calificación— se gradúe de Historia del Arte, porque allí se expusieron datos e imágenes referentes a María Teresa Vera, Elena Burque y el cuarteto Las D’Aida, Alicia Alonso, Sara González y otros exponentes de la cultura cubana, como parte de la cultura artística general.

Se evocaron en danzas y canciones, además, los valores de grandes hombres que conforman la acuarela histórica y cultural del archipiélago, cuya bandera ondeó en una coreografía. Nada de lo dicho, no obstante, supera el hecho mismo de que los adolescentes actuaran por mediación del canto, el baile y la palabra improvisada, mientras eran entrevistados por los conductores —ella, profesional; él, estudiante—, o de que expusieran su propia apreciación del hecho artístico por ellos representado.

Fue un suceso que trascendió lo puramente familiar para constituirse en una muestra de lo que puede lograrse con ganas y empeño. Porque, justo es decirlo, nadie puede llevarse el mérito del resultado final si no se suma su esfuerzo al de los estudiantes. Ni estos habrían logrado mucho sin la contribución de sus allegados.

Quizás sea la única vez. Así resumió el director del plantel el experimento que constituye la impartición de la asignatura en el Décimo Grado allí este curso, como parte del capítulo espirituano del tercer perfeccionamiento del sistema educativo cubano. Han sido tantos espectáculos como grupos del grado hay en el instituto; yo asistí solo a uno. Es muy probable que no se impartan más conocimientos así en Cuba, pero con toda certeza nadie de los participantes olvidará el examen sobre las tablas que tuvo la suerte de vencer.

Ella, la hija de mi amiga, estaba en riesgo de recibir una nota baja, a pesar de ser una alumna sobresaliente. Tímida al fin, aunque no la única con esa particularidad, ni cantaba ni comía frutas, decía su madre. Esa tarde le hallamos en Internet los encendidos versos de Sor Juana Inés de la Cruz y la niña se sintió tocada. No dijo nada, pero se llevó las estrofas y sé, porque me lo contaron, que se aprendió más de un título en que la mexicana retaba a “hombres necios” por condenar a la mujer de su tiempo.

Todos hicieron una buena ejecución; había muchos menos varones que hembras. Como varias otras, la hija de mi amiga lució su traje de papel y formó parte de la coreografía, casino incluido, que siguió al desfile de modas y a una conga bajo los acordes de Que suenen los tambores. Ella y sus amiguitas lucieron, en resumen —y se veían felices de hacerlo—, su noción sobre el arte que vale aquí (aunque no solo aquí) o sobre la cultura que sí es arte. No hubo allí, por cierto, ni una pizca de reguetón.

LOCOS FAMOSOS DE MI PUEBLO EN CUBA

Por Arnoldo Ferrer

Tomado del blog Caracol de Agua

En mi pueblo hay muchos locos, unos más buenos, otros más traviesos, pero son locos auténticos. La ciudad sin ellos es difícil imaginarla. Sus narrativas desconectadas de lo real, por momentos asoman destellos lúcidos y uno se detiene a escucharlas: “Yo soy papito, el mayoral del Central América”, “Yo con oraciones y la mano puesta sobre el daño, curé a Fidel Castro en su primera enfermedad”; “Yo imito a todos los animales, nadie sabe hacerlo como yo”. Otro dice fragmentos de pensamientos de Fidel,  en oratoria llameante, para luego volcar su descontento con los precios. “Mira que engañan al Comandante”. Uno tocado por el ébano más puro, hace señas cuando ve a un conocido y lo manda al cielo o pide una muda de ropa porque viste pobre y necesita elevar su dignidad.

Había uno que todos los días iba de Contramaestre a Jiguaní o de Contramaestre a Palma Soriano, bautizado con el “Caminante solitario”, todavía recordado en la memoria popular. De las mujeres una siempre andaba con un jolongo lleno de libros, su nombre, Juana; presumía lecturas, conocimientos profundos y tenía adicción a acumular obras de autores clásicos, marxistas o de recetas de cocina. Nadie como Juana para fechas, personajes o preguntas que ponían en aprieto al lugareño porque no tenía respuestas para complacerla. Si la oías hablar, el loco parecía uno, porque era sabia; pero cuando se desconectaba, vestía ralo y corría las calles vestida con una miseria proverbial. O aquel “guarapito”, así llaman en Cuba a viejos auxiliares de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), bautizado “Capitán Tirapeo”; con un block de notas encima,  leyendo delitos cometidos contra el erario público, que alguien, bien arriba, debía saber. Según “Tirapeo”, tenía forma de elevarlos y hacer justicia. En uno de eso giros intespetivos de los chiflados, interrogaba: “¿Por qué roban el agua Dios mío?, ¿Por qué roban los víveres de las tiendas? ¿Por qué fulano es tan ladrón y nadie quiere darse cuenta?”. En una ocasión, muy molesto me dijo: “todos esos ladrones (turbinas)  que tienen puesto en la red de acueducto de manera ilegal, Fidel y Raúl los van a conocer, ya los tengo anotados aquí, aquí, oye bien, aquí”.

O  Semiñó,  mulato que tocaba muy bien el violín; en ocasiones lo escuchábamos a dúo con Cañete, músico destacado del pueblo, esposo de Migdalia Garcés, padre de Pepe  Cañete y Rosa María. Felipa la loca, mulata que vivía frente al Policlínico, en la casa de la esquina, cerca del Poder Popular. Nos asustaba con sus griterías los domingos cuando estábamos en el Parque infantil.  Monga pinilla, conocida por empinar la botella hasta ponerse en candela. No puedo olvidar a Erasmo, siempre descalzo, en su caminar campechano, atrapando colillas y prendiendo el futuro,  o Juan, tan humano, protector de las mujeres, conocido por su manera de pregonar viajes en la terminal interprovincial.

Congo merece mención aquí.Todos los días en la misma tienda desde el amanecer, hasta la noche, un ritual que lo acompañó hasta la muerte. Lo recuerdo metido en unas botas desacordonadas y un sombrero de yarey enorme. Mención aquí merece Masó, criador de cerdos;  en su delirio seguía trabajando en el Central América a las órdenes de Fico Fernández. Olvido el nombre de una muchacha hermosa, graduada de historia, autora de cuentos terribles; o el del loquillo que está siempre frente a la Funeraria municipal, vestido de sombrero, esperando tiempos mejores; atrapado en un imaginario palero del que no despierta.  Quizás falten otros locos memorables de mi pueblo aquí, agradecería a los lectores de Caracol de agua, que compartan fotos y recuerdos en estas páginas; ayudará a no olvidarlos en la memoria generacional…

Periodismo de Barrio ya se hizo (y es hermoso)

Así nos recibieron en Pueblo Nuevo, Centro Habana

Blog: Polémica Digital.  de Elaine Díaz

Amigos y amigas…

Ustedes que están del otro lado del correo electrónico y han sumados sus direcciones voluntariamente para tener las primicias sobre Periodismo de Barrio, ustedes que ni siquiera se conocen entre sí pero no han dejado de creer, ustedes que probablemente se hayan vestido de blanco en 2009, durante aquellos días del concierto Paz sin Fronteras, cuando parecía imposible que Juanes y Olga Tañón se le unieran a los Van Van en La Habana y gritaron junto al maestro Formell aquel “ya se hizooooo, duélale a quien le duela”… Para ustedes es este primer correo electrónico de una nueva organización periodística sin fines de lucro enfocada en las historias de las comunidades afectadas por desastres naturales o aquellas que, por su localización, son vulnerables al impacto de fenómenos naturales como huracanes, inundaciones, sequías, fuegos, deslizamientos de tierra, u otros ocasionados por la incidencia del hombre.

Periodismo de Barrio, como Paz sin Fronteras, ya se hizo. No sin tropiezos. No sin malos ratos. Pero se hizo. Y el número cero, que saldrá el próximo domingo – debo decirles – es hermoso. El primero de agosto de este año, cinco jóvenes periodistas nos lanzamos a recorrer los principales municipios afectados por las inundaciones súbitas del pasado 29 de abril. Llegamos hasta Centro Habana, Cerro, La Habana Vieja y 10 de Octubre. Tocamos las puertas de las casas una y otra vez y nos recibió gente sencilla, de bien, gente que te da guayabas y agua fría y refresco de pipa gaseado. Recorrimos los barrios de la mano de los gobiernos locales, cogimos la ruta 26 en el Hospital Naval y nos sentamos a escuchar a quienes predicen el clima en Casablanca. Nos pasamos una tarde con el comando de Rescate y Salvamento que alejó tantas muertes ese día. E hicimos periodismo. Ese periodismo cuya vocación está profundamente vinculada con el servicio público.

Algunos nos negaron entrevistas. Otros desconfiaron de nuestras intenciones. Pero para todo ello estábamos preparados. La desconfianza nos hizo más fuertes. Nadie debe confiar en otro sin ver el resultado de su trabajo antes. Y eso es lo que queremos mostrarles el 18 de octubre. Nuestro primer número se basa en el acto de fe de aquellos que quisieron ser los primeros en arriesgarse, de esos que tenían tanto que decir que prefirieron hablar a permanecer callados.

Tiene cinco reportajes larguísimos, reposados, porque hacemos periodismo lento, y entrevistamos a las mismas personas una y otra vez, y verificamos cada dato, y contrastamos cada fuente y somos poca gente y tenemos pocos recursos. Periodismo de Barrio no se lee en un día. Guárdenlo en su navegador. Abran cada semana un reportaje, descubran junto a nosotros esa Cuba que no se ve en Facebook, ni en Twitter, una Cuba que no es noticia de último momento. Y no dejen de enviarnos su opinión. 

Tiene, también, un perfil de un delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular. De un hombre de bien. De un hombre con un bote rojo sin remos que entra a un barrio insalubre a salvar gente. Alguien que nos monta en su moto con sidecar y nos lleva a San Felipe y a quienes sus vecinos respetan. Tiene imágenes dolorosas, porque a seis meses de las lluvias, hay quienes siguen durmiendo en los esqueletos de sus colchones en el piso, e imágenes desde la esperanza, porque a seis meses de las lluvias hay barrios que han sabido gestionar soluciones. Tiene un editorial que dice quiénes somos, a dónde vamos, de dónde venimos.

Y no tiene ni un centavo que no sea del dinero que ahorré yo, Elaine Díaz, durante mi estancia como becaria en la Nieman Foundation for Journalism de la Universidad de Harvard. Hay quienes usan sus dineros para comprarse casas, o carros, o ropa, o zapatos, o comida. Hay quienes lo usan para viajar. Hay quienes compran sexo. Hay quienes compran ideologías. Y hay quienes se deshacen de él. Porque el dinero, seamos honestos, corrompe. Quien nada ha tenido, nada pierde. Yo tuve mucho, tuve a mi familia, y tuve Campo Florido, y tuve una finca que me salvó de pasar hambre en los ´90 – durante el periodo especial. Sé sembrar tomates y vender mamoncillos en la playa con la misma impertinencia con la que escribo.

Si mañana Periodismo de Barrio no pudiera seguir por causas ajenas a nuestra voluntad – como un cataclismo climático – si no hubiera un número uno que alumbrara ese número cero que saldrá el domingo, aún así habría valido la pena cada segundo de estos dos meses. Por Mónica, por Julio, por Geisy y por Tomás – que son los nombres que verán una y otra vez firmando los trabajos. Deben memorizarlos, porque no todos los días se encuentran periodistas con almas tan limpias y vocación tan clara. Pero, sobre todo, habría valido la pena por todos esos que nos miraron con los ojos bien abiertos porque nunca antes habían sido escuchados, por todos los que nos tendieron la mano, por todos los que creyeron y creen que hacer algo diferente en Cuba, hoy, no solo es posible, sino necesario…

“Cuando llueve todo sea moja, dice un refrán, pero aún más los pobres”, así comienza Lemebel una crónica sobre las inundaciones en Chile y así empieza Periodismo de Barrio.