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La última trepada del CU-455, la del salto al infinito

tomado del blog Fanal Cubano

Héctor R. Castillo Toledo

El 5 de octubre de 1976 un DC-8 de la aerolínea Cubana de Aviación taxea sobre la losa del aeropuerto de Timehri, en Guyana. Es un avión; para el argot cotidiano de la aeronáutica se trata del CU-455, dos letras y tres números apenas, un vuelo que pronto entrará en la historia, una trágica historia…

Son las 10:57 de la mañana del día siguiente cuando la aeronave enfila su nariz al aeródromo de Piarco, en Puerto España. Según la hoja de vuelo llevan 27 minutos de retraso, demora provocada por la espera a integrantes de una delegación oficial de la República Popular Democrática de Corea.

La escala técnica en Trinidad y Tobago es breve. Allí suben al avión, organizados pero con inusitado y contagioso bullicio, los 24 muchachos de nuestro equipo juvenil de esgrima. Vienen de regreso desde Caracas, de donde llegaron en un vuelo de la Pan American con los pechos henchidos por la gloria de todas las medallas áureas puestas en disputa durante el Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte.

Se me antoja que entre los chistes cruzados de un asiento a otro, hace las delicias de la muchachada aquel que iguala al vetusto DC-8 con el tren lechero por la cantidad de paradas que realiza la aeronave en su trayecto hacia La Habana. Puede que alguno empleara la broma mientras el pájaro de metal sale rumbo a Barbados, su próximo destino… el último, pero eso sólo lo sabe el Diablo encarnado por cuatro forajidos.

Hay tanto futuro, tantas ansias de vivir y deseos de reencontrarse con los suyos, que permanecen ajenos al meticuloso examen de las autoridades aduaneras, práctica que aplican desde un reciente y frustrado atentado a un avión de Cubana en Kingston, Jamaica. Entre las normativas figura no aceptar carga, correo, ni bultos sin acompañante; chequear el equipaje de mano y revisar si algún pasajero porta armas. La revisión no va más allá, el equipamiento utilizado por los custodios no está preparado para la detección de sustancias explosivas.

Media hora más tarde el bromista arremete de nuevo con que si un pitirre les hace señas paran a recogerlo, tal como hace el expreso entre Cienfuegos y la capital cuando las vacas le mueven la cola. Apenas han transcurrido 32 minutos desde el despegue en Puerto España y ya toman pista en el aeropuerto de Seawell, Barbados, y alguien recuerda que aún deben hacer escala en Kingston.

Varios pasajeros abandonan el vuelo; entre quienes dan por concluido su viaje se hallan Freddy Lugo y José Vázquez García (nombre falso con el que Hernán Ricardo Lozano adquirió su boleto), los sicarios empleados por los autores intelectuales del salvaje acto. Detrás de su estela con olor a azufre y odio ha quedado la carga mortífera, bien disimulada…, pero ya en conteo regresivo.

No ha transcurrido siquiera una hora cuando los motores ensordecen de nuevo con su rugido y el tubo metálico con alas devora metro a metro la pista que parece una cinta sinfín en alocada carrera. Alerones arriba. La rueda delantera se despega del hormigón y comienza la trepada, la última, la del salto al infinito…
Desde la torre los controladores de vuelo ven el punto alado alejarse en la distancia. Apenas se distingue. Prosigue el habitual ajetreo en la sala de control de tráfico aéreo cuando la rutina es rota por un clamor en los audífonos…

    – ¡Seawell! ¡Seawell!… ¡CU-455!
    – CU-455… Seawell
    – ¡Tenemos una explosión y estamos descendiendo inmediatamente!
    – ¡Tenemos fuego a bordo!
    – ¡Cierren la puerta! ¡Cierren la puerta!
    – ¡Nos estamos quemando intensamente!
    – ¡Eso es peor! ¡Pégate al agua Felo, pégate al agua!
    – Cubana, este es Criwest 650. ¿Les podemos ayudar en algo?
    – Cubana, este es Criwest 650. ¿Les podemos ayudar en algo?
    – Cubana, este es Criwest 650. ¿Les podemos ayudar en algo?

Por respuesta sólo se escucha la estática en el éter. Silencio, nada más. Sabrá Dios adonde habrá volado el último pensamiento de aquellos 73 inocentes a quienes sentenció el odio irracional.

Pronto corrió la noticia, trasladada de persona a persona con urgencia, pesar y rabia, era concisa y devastadora: “Se cayó un avión cubano en el mar por un sabotaje. No hay sobrevivientes…”.
La evidencia posterior implicó a los ejecutores: Lugo y Ricardo fueron detenidos. Días después eran puestos presos los autores intelectuales del atentado en pleno vuelo: Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, quienes tiempo más tarde (18 de agosto de 1985), y luego de dos intentos fallidos, consiguieron “escapar” del penal de San Juan de los Morros con el contubernio de las autoridades venezolanas de entonces.

Como es usual en estos casos, ambos buscaron la protección del amo yanqui. A Bosch le extendió un indulto el presidente George Bush padre y murió sin remordimientos de conciencia viviendo en Miami, asiento de la mafia anticubana. El otro tuvo tiempo aún para nuevos servicios a la CIA y prestarse a sucias componendas en Centroamérica contra los movimientos de izquierda y en particular contra la Revolución Sandinista.

Luego pareció esfumarse, pero seguía latente su empecinamiento por hacer daño a Cuba. Y volvió a pagar de trasmano con dinero yanqui a nuevos mercenarios para poner bombas en instalaciones turísticas en La Habana, una de las cuales le cortó la vida al joven italiano Fabio Di Celmo.

Años después, en 2000, un operativo conjunto entre la inteligencia cubana y autoridades panameñas permitió abortar un nuevo acto brutal de Posada Carriles, quien con el concurso de otros connotados terroristas de origen cubano fraguaba un atentado con explosivos al líder de la Revolución, presente en la nación istmeña para la Cumbre Iberoamericana.

El objetivo, tal como lo describieron, era volar el Paraninfo de la Universidad de Panamá durante un acto de Solidaridad con Cuba al que asistiría Fidel, organizado por los estudiantes. Macabro plan en la nación que se aprestaba a ser sede de una cumbre que justamente enfilaría sus debates bajo el siguiente orden: Infancia y adolescencia, un nuevo proyecto para un nuevo siglo.

Poco antes de culminar su mandato, la presidenta Mireya Moscoso, “generosamente” retribuida por la mafia cubanoamericana asentada en Florida, concedió el indulto al terrorista y sus compinches de idéntica laya.

Transcurrieron 42 años desde el abominable crimen y las autoridades de los Estados Unidos nunca atendieron el negro historial criminal de Luis Posada Carriles, autor intelectual confeso del atentado junto a Orlando Bosch Ávila, indultado a finales de los ’80 por el entonces presidente George H. W. Bush, el hombre que estaba al frente de la CIA en el momento del sabotaje al vuelo CU-455, la agencia que apenas un día después de la voladura, al igual que el FBI, dijo tener desde antes conocimiento pleno del plan de atentado y los autores materiales e intelectuales del criminal suceso.

A pesar de ello, ambos crápulas se radicaron en Miami, la sentina de la contrarrevolución, donde morirían apacibles y sin remordimientos de conciencia, pero peor aun, sin purgar ante la justicia por sus probados crímenes. Bosch falleció el 27 de abril de 2011. Siete años más tarde, el 23 de mayo de este 2018 lo haría también aquel que nunca se escondió para proclamar su inconclusa cruzada contra el proyecto socialista cubano. Como escribió una amiga en Twitter desde España, ambos deben estarse “quemando lentito en las brasas del Infierno”.

El útil honor que me hacen los amigos de Posada Carriles. Por Iroel Sánchez

tomado del blog La Pupila Insomne

Imagen tomada del blog “La Santa Mambisa”

Hace poco más de tres años el periodista cubano residente en Miami Edmundo García escribió sobre “una organización titulada The Foundation for Human Rights in Cuba (Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, FDHC)”:

“¿De dónde saca esta Fundación los recursos para otorgar las “becas” y desarrollar otros proyectos contra la revolución cubana? Pues los obtiene de la USAID, una agencia del gobierno de los Estados Unidos. En la propia página oficial de la USAID (http://www.usaid.gov/where-we-work/latin-american-and-caribbean/cuba/our-work) se reconoce que entregó a su “partner” la Foundation for Human Rights in Cuba 3.4 millones de dólares para gastar entre septiembre del 2011 y septiembre de este 2014.

“Todo Miami sabe que esta Fundación para los Derechos Humanos en Cuba depende políticamente de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), una organización vinculada desde sus inicios con terroristas de la extrema derecha cubanoamericana como Luis Posada Carriles, quien en su libro “Los caminos del guerrero” agradece a su creador Jorge Mas Canosa la ayuda económica para sus fechorías. Entre otras cosas.

“Pero además de esto, en la propia dirección de la Fundación Nacional Cubano Americana hay personas como Pepe Hernández, quien ofreció recursos y armas para que se atentara contra la vida de un jefe de estado, en este caso del entonces Presidente de Cuba Fidel Castro.

“En un artículo publicado por el actual Presidente de la Junta Directiva de la Fundación Nacional Cubano Americana Jorge Mas Santos en El Nuevo Herald el lunes 8 de abril del 2013, este reconoce que dicha Fundación para los Derechos Humanos en Cuba fue “fundada por mi padre (Jorge Mas Canosa) junto a Clara y Mario del Valle, y otros, en 1992”.

“Revelando su total control sobre esta organización, Jorge Mas Santos determina su política y estrategia en el artículo señalando que “En la FDHC continuaremos proveyendo un sustancial apoyo financiero, material y tecnológico” para un cambio de régimen en la isla.”

Pues estos amigos del terrorismo y de su mayor emblema Luis Posada Carriles,  han anunciado mi nombre en una lista de enemigos públicos y de inmediato han recibido el eco de la bien pagada maquinaria de guerra sicológica anticubana, leáse CiberCuba, Diario de Cuba, etc. Uuuy, qué miedo me dan con su lista negra ¿Será para su fracasado deseo “de tres días para matar” cuando caiga la Revolución? Honor que me hacen de tenerme entre sus blancos quienes han fracasado en su odio a sueldo contra tantos buenos hijos de Cuba, empezando por Fidel y Raúl.

Pero, ¿por qué ahora esta amenaza, tendrá algo que ver con el hecho de que varios comentaristas han denunciado recientemente en este blog un misterioso evento de la FDHC en México con el fin de escribir una Constitución para Cuba pagado por la CIAelebérrima National Enddownment for Democracy, donde se afirma participaron miembros del “laboratorio de ideas” Cuba Posible?¿Dónde están los argumentos, las razones, las ideas, cuando solo se usan insultos y mentiras?

La publicación “Diario de Cuba”, pagada por la National Endownment for Democracy haciéndose eco de insultos del director de Cuba Posible contra el autor de este post.

¿Será que una vez más, al estilo del Dr Jekill y Mr. Hyde, la violencia física, y la verbal operan pagadas por el mismo el mismo bolsillo hacia los mismos objetivos?¿Qué diferencia hay entre estas mentiras y las palabras que hace un año me dedicara el Director de Cuba Posible, amplificadas por los mismos libelos, o por quien pretende dar lecciones de ética periodística y se hace eco de esa guerra sucia violando su estatus de corresponsal extranjero en nuestro país?

Tomado del Twitter de Fernando Ravsberg, corresponsal del diario español Público en Cuba

¿Es esta la libertad de expresión que pretenden imponernos en Cuba?

En Boca de Samá hay suficientes razones para repudiar el terrorismo de #EEUU contra #Cuba. #TenemosMemoria

Resultado de imagen para ataque a Boca de SamáPor Arnaldo Vargas Castro.

Quien visita por primera vez la comunidad costera de Boca de Samá (municipio de Banes, a unos 70 kilómetros de esta ciudad de Holguín), interactúa con sus sencillos y alegres habitantes, mientras disfruta la paz y agradable brisa marina , está muy lejos de imaginar que 46 años atrás (12 de octubre de 1971) terroristas entrenados y patrocinados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, irrumpieron en el lugar, dejando un saldo de dos muertos y tres lesionados, incluyendo una niña.

Esa historia ha sido contada muchas veces por sobrevivientes del ataque, como Carlos (Chino) Escalante Gómez, quien recibió varios impactos de balas en su cuerpo y se desempeñaba como jefe del puesto fronterizo, que se divisa en una elevación rocosa al nordeste del caserío; Nancy Pavón, que era apenas una niña soñadora, como su hermanita Aracelis, cuando la metralla le cercenó un pie, impidiéndole calzar zapatos de por vida; y el también lesionado obrero agrícola Jesús Igarza Osorio.

Escalante, pegado siempre al litoral, donde mantiene su humilde hogar y la costumbre de mirar hacia el anchuroso mar, no puede evitar que se le nublen los ojos cuando recuerda la muerte de los valiosos jóvenes, Lidio Rivaflecha Galán, oficial del Ministerio del Interior (Minint); y el miliciano Ramón Siam Portelles, en el enfrentamiento a los invasores, quienes, dando muestra de su cobardía, se retiraron a toda prisa hacia la lancha que los devolvería al barco estadounidense que esperaba distante en alta mar y de donde dispararon con armas de mayor poder hacia el caserío.

Una vez en su guarida miamense, los terroristas contaron la imaginaria hazaña de haber aniquilado “a un grupo de combatientes comunistas del puesto fronterizo en un pueblo llamado Boca de Samá”.

Todos los años, en esta fecha, los vecinos de Boca de Samá recuerdan aquel suceso y se aferran más a la idea de no permitir jamás que vengan terroristas del Norte a perturbar la calma en que viven, trabajan, estudian, reciben servicios médicos y comparten sus memorias con amigos de diferentes países que los visitan e incluso, allí se han celebrado diversos talleres contra el terrorismo de Estado, organizados por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).

Los visitantes se impresionan con la belleza del lugar, la higiene, el ordenamiento de las viviendas, los pequeños acudiendo a su escuelita primaria, el acceso a los servicios médicos, comerciales y gastronómicos, las actividades que realizan en un círculo social y cómo se conserva y promueve la historia del lugar desde un pequeño museo.

Recuerdo el día en que tuve la oportunidad de encontrarme en Boca de Samá con Griselda y Yudith, respetivas hijas de Rivaflecha Galán y Sian Portelles. Ellas me hablaron del orgullo de su cubana, de cómo las alimenta el recuerdo de sus padres, porque supieron exponer sus vidas en cumplimiento del deber patrio. “Ellos hicieron lo mismo que haríamos nosotros hoy si llegase a ocurrir otro ataque mercenario por aquí”, concluyó Yudith.

Para eternizar en la memoria de aquel triste suceso “…y que jamás se vuelva a repetir”, como aseveró Chino Escalante, a la entrada de Boca de Samá se levantó un monumento contra el terrorismo, que es visitado por todo el que llega a ese apartado lugar de la geografía holguinera, cuyo nombre se deriva de la ensenada que da acceso al caserío y cuyas primeras menciones se relacionan con las exportaciones de banano que hacía desde allí, la compañía estadounidense United Fruit Company, denominada después como United Fruit Sugar Company.

Han pasado los años, pero se mantiene viva la memoria, porque el gobierno de estados Unidos actual no concibe posibles cambios en las relaciones entre ambos países. Los asesores del presidente muestran a una Cuba que amenaza al imperio, pero jamás mencionan la invasión mercenaria por Playa Girón y las 681 acciones terroristas cometidas contra este noble pueblo con la irreparable pérdida de tres mil 478 mujeres, hombres y niños, así como más de dos mil discapacitados.

Por todas esas razones, en Cuba resulta imposible olvidar

Tomado de Visión desde Cuba

Los ojos de Giustino y el regreso de Fabio Di Celmo

por Gabriel Torres Rodriguez

tomado del Blog GbayCuba
Los ojos de Giustino Di Celmo encerraban un abismo triste, profundo, negro. Quizás la tristeza los cegó para siempre, aunque nunca hubieran perdido la capacidad de escudriñarlo todo. Conversar con él siempre resultó una lección de humildad. Este redactor tuvo ese honor en varias ocasiones de su etapa universitaria. El anciano italiano en muy pocas oportunidades faltó a la cita futbolera que convoca desde hace más de una década la Universidad de Matanzas en honor a su hijo.
La Copa de Futbol Sala Fabio Di Celmo ya es, por tradición, un canto atlético a la paz, la solidaridad y la amistad entre las naciones y tuvo como su máximo patrocinador y más ferviente seguidor, desde su segunda edición, al viejo Giustino. ¿Por qué?
Fabio fue un amante empedernido del balompié. Comenzó las prácticas a la edad de siete años y casi todos sus pasatiempos infantiles estuvieron relacionados con ese deporte. Su pasión lo hizo debutar con el equipo Asociación Calcio, de la ciudad de Génova, y pese a tener sobradas condiciones, nunca quizo convertirse en profesional.
De acuerdo con su padre, a él le gustaba el fútbol para disfrutarlo, para divertirse y no para sentirse presionado por las exigencias que requiere un equipo profesional.
Este primero de septiembre, marcó dos años de la partida física de Giustino, mientras que el lunes último se cumplieron 20 del asesinato de Fabio en el hotel Copacabana, víctima del terrorismo contra Cuba.
El único partido de fútbol que jugó el joven en nuestro suelo fue en el municipio habanero del Cotorro, el 17 de diciembre de 1996. Su sueño de traer a los integrantes del Sciarborasca, su equipo, a jugar a la mayor de las Antillas quedaría trunco a causa de la campaña de terror organizada y financiada por la CIA contra los hoteles de La Habana en 1997.
Los esbirros contratados por Luis Posada Carriles troncharían los 32 años del joven Fabio y le arrancarían de cuajo el hijo menor a Giustino, quien por ese triste suceso decidió no irse nunca de Cuba y morir aquí.
Sobre su muerte, Posada Carriles diría en 1998 al The New York Times que esta había sido un caso imprevisto, de esos que se llaman “daños colaterales”, “ese italiano estaba sentado en el lugar equivocado en el momento equivocado”, mientras que para concluir espetaba que tenía la conciencia tranquila, “duermo como un bebé”.
Luego de dos décadas de esos viles sucesos, el más connotado terrorista del hemisferio occidental, vive tranquilo e impune en la ciudad de Miami, al cuidado de los monstruos que lo crearon.
Por su parte, el afligido padre, quien fuera veterano de la Segunda Guerra Mundial y luchador antifascista, desafiando a las amenazas que se cernían contra Cuba, brindó ayuda en la obtención de mercancías deficitarias para el pueblo cubano y dedicó los últimos años de su vida a la denuncia de los actos terroristas contra nuestro país desde las más diversas tribunas; no cesó de abogar por la solidaridad internacional con la Isla y por el levantamiento del bloqueo genocida impuesto por el gobierno de Estados Unidos.
En una de esas pequeñas pláticas que entablamos en la Universidad, muy cerca de la cancha y del bullicio juvenil, me comentó que “Fabio amaba mucho este deporte. Esa siempre será mi motivación. La motivación de un padre que perdió a su hijo joven y sólo quiere hacerlo feliz. Creo que haciendo esto, lo estoy haciendo feliz. Sé, que entre estos muchachos y muchachas que se preparan para jugar al fútbol, está Fabio”.

El Pastor que inventó la teología de la subversión [+ video]

Tomado de Cambios en Cuba
Por M.H. Lagarde


Uno de los nuevos mercenarios turistas acaba de inventar, en la Florida, la teología de la subversión. El nombre del nuevo predicador es Mario Félix Lleonart Barroso, y su templo las televisoras de Miami. Allí en la iglesia del canal 41 es donde Mario Felix, quien además funge en Cuba como Pastor de la Iglesia Bautista Occidental de Taguayabón, expande su nueva doctrina.

No hay que ser, por cierto, muy ducho para entender en qué consiste la fe que predica ante las cámaras el iluminado Mario Félix. Según él, Cristo fue el primer rebelde, por lo que está justificado que, amparado en su condición pastoral, pueda evangelizar el anexionismo.

Según la nueva fe de Mario Felix es una virtud ponerse al servicio de las organizaciones terroristas de Miami que presumen de cubanas mientras eligen a representantes ante el Congreso de los Estados Unidos para hacer lobby a favor del bloqueo homicida que subyuga al pueblo que dicen representar. En fin, que su teología de la subversión justifica, en la rebeldía de Cristo, la alianza con sumisos grupos al servicio de Roma.

Por supuesto, el iluminado Mario Félix no cayó del cielo y su nueva doctrina no surgió de la nada.

Si el lector fuerza un poco la memoria lo recordará como el pastor que conminó a sus feligreses, entre ellos niños, a aprender a conocer la nueva teoría de vender el alma por un puñado de dólares a través de un “curso” de redes sociales organizado por la bloguera mercenaria Yoani Sánchez en la iglesia de Taguayabón.

El lector lo recordará también como el difamador de la policía a la que acusó, en las páginas de El Nuevo Herald, de haber asesinado a Juan Wilfredo Soto García y si usted ha tenido la suerte de ser testigo del milagro de escuchar, alguna vez, la emisora Radio Martí, puede que haya oído sus rezos contrarrevolucionarios.

Antes de inventar la teología de la subversión, el pastorcito debió recibir la orientación divina del plan Bush por que también es uno de los blogueros que conforma la nómina de Voces Cubanas, otro de los inventos de la mercenaria Yoani y cuenta entre sus amigos a personajes como el huelguista Guillermo Fariñas o al productor de películas de persecución, horror y violencia, Antonio Rodiles, marionetas, todos, de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.