VACUNAS

tomado del blog: La Bicicleta

 

Aunque es un orgullo para todos los cubanos que nuestros niños al nacer sean protegidos de forma gratuita contra trece enfermedades, no es justamente de esa solución médica que estaré escribiendo aquí, aun cuando el centro de esta crónica sean las vacunas.

Se trata de otras formas de inmunización, de vacunaciones contra dos o tres cosas que hacen tanto o más daño que la viruela, el tétanos o la influenza. Imaginemos que se inventan algunas vacunillas contra determinados males contagiosos que se andan propagando peligrosamente a nivel social.

Después del lógico anuncio y la organización de la campaña, primero se tendrían que vacunar los indolentes, esos a quienes lo mismo les da que el Titanic se vaya por un bache o que un salidero de agua en plena calle, gane más caudal que el Amazonas. Habrá que convocar algunos voluntarios para ordenar la cola y producir las dosis de reserva por si acaso se pone complicada la demanda.

Cuando se tenga listo el antígeno contra las ¨Malas Pulgas¨ (me refiero a las malas de verdad, las que transforman el carácter de los humanos) vendría muy bien un censo general en establecimientos públicos y privados, para que no se queden fuera ni los semblantes agrios, ni las caras torcidas, ni las malas contestas. Reconozco que la medicina puede que necesite de una segunda vuelta para determinados ¨pacientes¨, porque conozco gente que andan por encima de nueve en la escala de diez, en eso del maltrato.

Será de aplausos la vacuna contra el pesimismo y se precisará urgencia total para aplicarla en cuanto surgen los primeros síntomas, porque es una dolencia que tiende a complicarse cuando se combina con desaliento y conformismo, se vuelve crónica y entonces lo mejor sería poner en cuarentena indefinida a los irremediables.

Imagino el impacto con la inoculación del preparado contra el chisme, que además de preventivo tendrá que ser terapéutico para cortar en todas sus fases la pandemia. En este caso si habría que convocar a las fuerzas del orden interior para casos como Consuelito la ¨Bisagra¨(cuando no está en la puerta está en la ventana)  o Nicolás ¨De buena tinta¨ quienes presentarán fuerte resistencia al pinchazo, considerando que sus vidas pueden perder totalmente el sentido si se logra la definitiva extinción del chismorreo.

Pero el logro mayor será cuando se pueda vacunar a la gente contra el odio, las guerras y los egoísmos. Ese día,  después de muchos siglos, nos convirtamos en humanos de verdad.

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