Archive for: noviembre 28th, 2018

La pista –de calentamiento- está prácticamente lista

tomado del blog DeporCuba

Por: Lilian Cid Escalona

En las instalaciones del Estadio Panamericano se alista, en primer lugar, la pista de calentamiento. La llamada “pistilla”, aledaña a la instalación principal, ha recibido los beneficios de una reconstrucción general que incluyó la elaboración de carrileras de saltos, la construcción de un sistema de drenaje y, por supuesto, la colocación de una nueva pista, a saber, ideal para la realización de los entrenamientos.

Alberto Juantorena, Presidente de la Federación Cubana de Atletismo (FCA) confirmó a Deporcuba que los trabajos se encuentran en fase de terminación, pendientes solo, de la “señalización de las carrileras y otras medidas”.

“El material que se ha utilizado se denomina fullfour (FULL-PU), es de fabricación china y se coloca casi de forma manual. Es muy adecuado para los entrenamientos debido su flexibilidad. La superficie que se logra no es dura, lo que garantiza la salud del atleta” – dijo el doble campeón olímpico-.

 

Las superficies de poliuretano (PU) son muy cotizada en la actualidad debido sus probadas cualidades. Entre sus ventajas se mencionan, principalmente, que es resistente y de alta durabilidad, con una elasticidad que aumenta la energía.

Juantorena consideró que esta obra es un regalo para el atletismo cubano, que llega para honrar la memoria del Comandante en Jefe Fidel Castro, el atleta mayor, principal impulsor del deporte cubano y artífice de los logros del deporte revolucionario. Y aprovechó el contexto para recordar que Fidel, al recibir a los olímpicos cubanos de Montreal 1976 en el Aeropuerto José Martí de La Habana, habló de su experiencia como corredor allá por 1946, cuando participó y ganó una competencia de 800 metros en el Estadio Universitario.

En este contacto telefónico con el también Vicepresidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) conocimos que las labores en la zona de calentamiento deben culminar la semana siguiente, aunque habrá que esperar un mes para comenzar su explotación.

El atletismo cubano ha tenido que buscar estrategias para solventar la ausencia de un sitio para entrenarse en La Habana. Los trabajos de reconstrucción en el Estadio Panamericano comenzaron en el último trimestre de 2017 y desde entonces las actividades fundamentales se han trasladado al Estadio Pedro Marrero y se han complementado en el extranjero, con la realización de estancias preparatorias en México, República Dominicana y Europa.

La obra se ejecuta con la participación del Ministerio de la Construcción (MICONS) y del INDER. También ha sido decisivo el aporte de trabajadores de la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (ESFAAR) Giraldo Córdova Cardín, sin los cuales – consideró Juantorena – el avance de estos trabajos no habría sido posible.

Pendiente queda la instalación principal, donde se debe situar una pista de la reconocida marca Mondo que desde hace algunos meses se encuentra en la isla y cuya colocación debe iniciarse próximamente, después que concluya esta primera parte.

El hombre que siempre acompañará a Marx

Tomado del Blog La Isla Desconocida

Enrique Ubieta Gómez 
Un hombre muy nombrado y no tan conocido, cumple años hoy. Su silueta aparece junto a la de Carlos Marx en banderas e insignias comunistas. De larga y espesa barba, saber enciclopédico, aspecto burgués (las fábricas de su padre, que regenteó, no solo le proporcionaron el sustento a la familia de Marx, además del propio, sino que le permitieron conocer a fondo al proletariado) y alma inquieta, Federico Engels (1820-1895) fue amigo, colaborador  y mecenas del gigante de Tréveris. La prensa burguesa intenta deshuesarlo y lo presenta como un «gentleman comunista», de amores herejes y vida mundana, muy diferente a la de su amigo.
Sin duda, el personaje es novelesco, y su conducta podría calificarse hoy de contracultural, pero en ella no puede ignorarse el hecho más relevante: Engels fue sobre todo un conocedor de la miseria que el capitalismo engendra, un estudioso de la sociedad de su tiempo y un revolucionario inclaudicable.
Desde su magistral y temprano estudio sobre la clase obrera de Inglaterra, la redacción a cuatro manos con Marx del Manifiesto Comunista, hasta el trabajo final de completamiento y edición de El Capital, ya fallecido su autor, los aportes de Engels no terminan en los textos que escribió o ayudó a escribir, porque su experiencia de vida, sus conocimientos y su sagacidad política, influyeron en Marx. Algunos de sus contemporáneos intentaron agregar su nombre a la doctrina marxista, pero él eludió la trampa: «Marx era un genio; los demás, a lo sumo, hombres de talento. Sin él la teoría no sería hoy, ni con mucho, lo que es. Por eso ostenta legítimamente su nombre».
¿Por qué lo recordamos los revolucionarios cubanos? La historia del colonialismo se entrelaza a la del capitalismo; eso que eufemísticamente llaman Modernidad, alude al proceso de formación y consolidación del nuevo sistema económico y social. Las guerras independentistas en las Américas recogen el legado de la Revolución francesa, pero José Martí comprendió desde muy temprano la contradicción implícita en ese legado. En 1871, el mismo año en que se produce el horrendo crimen contra los estudiantes de Medicina en La Habana, sentenció: «Pidieron ayer, piden hoy, la libertad más amplia para ellos, y hoy mismo aplauden la guerra incondicional para sofocar la petición de libertad de los demás». La lucha contra el colonialismo y contra el neocolonialismo, conducirían al anticapitalismo y al antimperialismo. No puede entenderse el mundo que debe ser transformado sin el conocimiento de la obra de esos dos colosos.
Cuando los marxistas doctrinales, ajenos a los graves problemas que enfrenta la humanidad, renunciaron al legado de Marx, Engels y Lenin, y se avergonzaron de haber sido sus discípulos, acaso porque la práctica que había engendrado la teoría parecía naufragar, y los ideólogos del imperialismo declaraban el fin de la Historia (y el triunfo del capitalismo), olvidaban el más elemental de sus preceptos: se es revolucionario no porque nos convenció una teoría, sino porque nos duele la injusticia, la explotación de unos seres humanos y de unos pueblos por otros, la pobreza extendida que sostiene la riqueza, el lujo y el despilfarro del 1 % de la humanidad.
Los avergonzados habían olvidado la relación primigenia y esencial del marxismo con la práctica liberadora. El marxismo es un instrumento científico, y solo la práctica puede ajustar sus desenfoques y errores de interpretación o de aplicación. En una frase de hondo sentido martiano y a la vez marxista y leninista, aclaraba Fidel en 1988: «haber interpretado de manera creadora y original el marxismo-leninismo, el no habernos dejado arrastrar por dogmas, fue lo que nos llevó a la victoria, fue lo que nos trajo hasta aquí». Y estar aquí, nos obliga también a no olvidar lo que fuimos y lo que somos.

Quizás también le interese:

“La descendencia escondida de Céspedes en Contramaestre”

tomado del blog Caracol de Agua

Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com

El 22 de enero de 1874 Carlos Manuel de Céspedes tiene la primera vista del río “Contramaestre”, en un lugar llamado “Lajial”; allí baña su cuerpo por vez primera en las frías aguas. Luego continúa camino a San Lorenzo, adonde llega el 23 de enero de 1874 a las 8:30 de la mañana. En aquel lugar encuentra su último amor en una de las pocetas del Contramaestre: Francisca Rodríguez Gómez (Panchita), una muchacha de 15 años.

De la relación de Panchita con Céspedes nació un hijo, Manuel Francisco; que no pudo llevar en vida el apellido del padre; pero era llamado cariñosamente por sus cercanos, Manuel de Céspedes. En realidad fue registrado con los apellidos de la madre en Santiago de Cuba. Con la mayoría de edad se mudó a Palma Soriano, hasta allí llegó su hermano Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, años después y lo ayudó para que estableciera un pequeño comercio; incluso quiso iniciar un proceso legal para que adoptara el apellido de su padre, pero Manuel no quiso hacerlo por razones muy personales vinculadas al honor de su madre. Por esa razón, toda la descendencia que tiene Manuel lleva el apellido Rodríguez, cuando en verdad, por razones de sangre, debería ser “Céspedes”.

Manuel contrajo matrimonio con Ana María Estrada y tuvo seis hijos; el primero de los cuales lo llamó, Amado Oscar, en memoria del hermano fusilado en 1870. Manuel Francisco Rodríguez Gómez murió el 15 de octubre de 1921 en Palma Soriano. Un dato valioso, hasta ahora desconocido por nuestra historia, es que dos de sus retoños, José Manuel y María Carmela Rodríguez Estrada, se establecieron en el reparto San Luis (hoy Rodolfo Rodríguez ), a principios de la década del 50, del siglo XX.

José Manuel se casó en matrimonio con Artemia Benítez Ramírez. Tuvo siete hijos; Ilsis María, Milagros, Carmen, Nilda, José Manuel, Aurelio, y uno de ellos, bautizado Rodolfo, nacido el 15 de abril de 1938; sí, el del reparto que lleva su nombre;  el miembro de la célula de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en Contramaestre; el responsable de la Bandera del 26 colocada sobre el techo de la tienda “La Libertad” el 20 de mayo de 1957; el rebelde la Columna número 3 del Tercer Frente Oriental, dirigido por Juan Almeida; el lector infatigable que siempre tenía en su mochila un libro de José Martí.

Por esos azares del destino, Rodolfo Rodríguez nunca supo la verdad sobre el padre de su abuelo; lo cierto es que al caer en combate el 23 de noviembre de 1958 en el poblado del Cristo, perteneciente a Santiago, defendía orgulloso el apellido de su bisabuela Panchita. Si su abuelo Manuel hubiera legalizado aquella descendencia escondida, hablaríamos hoy de Rodolfo de Céspedes y Benítez;  y  sus hermanos no serían unos desconocidos para el pueblo de Cuba.

Quizás también le interese: