Directores ¿Necesariamente tienen que haber sido atletas?

Tomado del Blog Martín Dihigo
Por el amigo de la peña:
Duniesk R.Vargas

La palabra Director está definida  en el diccionario manual de la lengua española como la persona que dirige y dirigir es la acción de enderezar, guiar en un rumbo, gobernar, encaminar, pero la acción de dirigir en materia de beisbol, está llena de otras aristas, que no son recogidas, ni tan siquiera, por esa prestigiosa fuente de consulta.

La palabra director adecuada al mundo del beisbol y en especial al de esta tierra linda en forma de caimán dormido, con su inseparable isla de la juventud, está llena de tantas cosas, de tantas vicisitudes, de tantas necesidades de perfeccionamiento y  aprendizaje, que un libro sería insuficiente, para hacerle honor a esa palabra.

Ser director de un equipo de beisbol, de cualquier categoría en la Cuba de hoy, es complicado; porque en primer lugar no está sujeto a un biotipo pre-establecido, no está sujeto a una regla fija e inamovible, por eso las tendencias que  habitan en las mentes de los encargados de definir a quien le toca dirigir y a quién no, determinado equipo, terminan desembocando muchas veces en un soberbio y trasnochado error, pueden existir aciertos,  pero son los menos, muchísimos menos….

En los últimos años la tendencia  o la ¨regla¨ (como la llamaron en una conversación personal que sostuvieron telefónicamente el amigo Daimir y el entrañable Sené)  ha sido la de poner a dirigir a peloteros que fueron estrellas en nuestro beisbol nacional, como una garantía de que su conocimiento acerca del juego diario y del beisbol en sí, les garantizaría un éxito rotundo como Mánager en nuestro beisbol, por el olfato y el instinto que tienen cuando de jugar beisbol  se refiere, lo que en teoría, aparentemente,  sería correcto, ya que parecería lo más idóneo, pero como toda imperfección, precisamente se quedaría en eso… en parecería…  por eso la vida es mucho más rica, abarcadora y terriblemente mucho más severa de lo que aparenta. Un atleta de una calidad innegable, con un rico caudal deportivo, con una historia envidiable en el mundo del deporte, no es siempre la mejor opción, por lo menos…  no…  mientras no esté preparado para asumir el reto.

 

Víctor Mesa, director de Industriales. ¿El más polémico de los directores cubanos en SN y equipos Cuba, que aun no gana una SN?

 

El arte de dirigir en el beisbol,  cuando lo comparamos con  desarrollar una gran carrera deportiva, con dar grandes batazos, con lanzar innumerables juegos con calidad, nos parecería a todos algo relativamente fácil, pues bien…  ¡CRASO ERROR! Es el que cometeríamos todos si pensáramos así…

Dirigir es mucho más difícil, requiere tiempo, determinación, paciencia, capacidad de prever  lo que va a acontecer, vista panorámica para que no se escapen los detalles, esos detalles que te indican fugazmente el estado físico o espiritual de un atleta y por tanto hacia donde hay que dirigir el trabajo, hacia donde hay que enfocar los esfuerzos, para garantizar un rendimiento pleno de este atleta, esa misma vista panorámica que le permitiría estar al tanto de las deficiencias del contrario para poder aprovecharlas, para poder explotarlas a favor del equipo que dirige. El director tiene que tener la capacidad de saber escuchar, para poder asimilar lo que no conoce, lo que no sabe, tiene que partir de ese principio, tiene que saberse  hasta la saciedad las características personales de cada uno de los atletas que dirige, para precisamente poder dirigirlos. Tiene que actualizarse constantemente para no depender solamente del instinto, para poder combinar ese mismo instinto con las cosas nuevas que aprenda, tiene que saber que puede cambiar, para conocer y poder tener el valor para convivir con lo que de inmediato no puede cambiar,  para valorar la mejor forma en que convive con ello, tiene que ser lo suficientemente sabio para poder identificar las diferencias entre cada una de esas realidades. Un Director de equipo tiene que constituirse en un elemento rector que debe velar por las potencialidades de los atletas, rodeándose de un grupo de trabajo que le permita revisar esa potencialidad, más la  que existe en todo el área que representa el equipo que va a dirigir, para poder darle seguimiento, para verificar su disciplina en el juego, conocer virtudes, defectos, necesidades, e incluso voy más, (aunque esto último a quién le corresponde es a las poderosas comisiones de beisbol de cada territorio y al personal que tienen o deben tener para esto),  ese mismo  equipo de trabajo debe disgregarse por todo el territorio, apreciando, escauteando, buscando talentos, que no se han acercado a las instituciones formales del sistema deportivo, del beisbol en sí, ese mismo equipo de trabajo debería ser motivado a moverse por las bases de los áreas deportivas, que nutren a los equipos rivales, para conocer desde la base,  las debilidades de los contrarios, tanto de los pitchers como de los bateadores, tanto de los mánager, como de los entrenadores.

 

Ariel Pestano director del sub-23 de Villa Clara y del equipo Cuba de la categoría ¿Estaba preparado ya para dirigir?

 

Un buen director de equipo no puede ser esquemático, no puede basar sus decisiones en la tozudez, tiene que ser dinámico, arriesgado pero cuerdo a la vez, no debe opacar a sus atletas, como tampoco debe dejarse opacar por ellos. Un director de equipo para ser efectivo tiene que irse de las fronteras que encierra esa palabra, tiene que llegar más lejos, tiene que convertirse en la familia más allegada de ese atleta, tiene que llegar a ser severo sin dejar de ser  comprensivo, tiene que llegar a ser comprensivo sin dejar de ser severo, que aunque parece lo mismo, realmente no lo es. Tiene que despojarse de los miedos que implican el no quererse buscarse problemas, tiene que asumir los obstáculos como lo que son, una oportunidad de superarse en el día a día. Tiene que ser capaz de incentivar la unión por encima de las individualidades, para que un equipo funcione precisamente como un equipo. Existen otras razones que harían interminable esta reseña, pero las que he mostrado hasta ahora, pudieran servir de base, para demostrar, que la tendencia actual de emplear a atletas de renombre para dirigir equipos provinciales y nacionales, solo por el hecho de su extraordinaria carrera deportiva, como método de aparente estímulo, pudiera estar cayendo en un error de conceptualización y esquematismo, que lejos de ayudar a nuestro beisbol, termina afectándolo estruendosamente…

 

Rey Vicente Anglada exdirector de Industriales ¿Sera la excepción de que se puede ser estrella como jugador y como director?

 

 

Tampoco es ir hacia la otra orilla, esa de no dejar que los atletas de renombre dirijan, no,  esa no es la solución y mucho menos la esencia…  La esencia del fenómeno está dada, en que tienen  que dirigir los que estén más capacitados, los que estén más preparados, los que demuestren más vocación e interés, sin que necesariamente tengan que haber sido atletas con una rica trayectoria deportiva.

 

 

Antonio Pacheco, exdirector de Santiago, desde su debut como manager llevo a Santiago al título ¿suerte o combinación de sus estrategias y los grandes jugadores bajo su mando?

 

Pedro Luis Lazo director de Pinar del Rio ¿Le habrá quedado grande la misión encomendada por las autoridades de la provincia para esta 57 SN?

Deja una respuesta