Elián González en Sochi: “He sido víctima de los horrores del imperialismo

tomado del blog La Pupila Insomne

El joven cubano Elián González -que fuera el centro de una intensa lucha del pueblo de Cuba para que pudiera retornar junto a su padre desde Miami donde lo obligaron a permanecer siendo un niño en contra de la voluntad de este- intervino este miércoles 18 de octubre ante el Tribunal “Yo acuso al imperialismo” en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Sochi, Rusia.El Triunfo de la Revolución Cubana hizo añicos las pretensiones norteamericanas de adueñarse de Cuba, y desde aquel histórico y heroico 1ero de enero de 1959, en que la Patria conquistó su libertad después de casi 100 años de lucha, la política de hostilidad de los Estados Unidos se agudiza, máxime cuando el gobierno Revolucionario comienza a dar cumplimiento al Programa del Moncada y declara en 1961 el carácter socialista de la Revolución.

Elián González interviene ante el Tribunal “Yo acuso al imperialismo” en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Sochi

El inicio de la guerra económica, el genocida bloqueo económico comercial y financiero y la existencia de una variedad de acciones políticas, militares, económicas, biológicas, diplomáticas, propagandísticas, de espionaje, la ejecución de actos terroristas y de sabotaje, la organización y apoyo logístico a bandas armadas y grupos mercenarios clandestinos, el aliento a la deserción y emigración y los intentos de liquidar físicamente a los líderes del proceso revolucionario cubano, caracterizan la nueva oleada hostil hacia el pueblo de Cuba.

¿Por qué se dirigen contra el pueblo cubano tantas y variadas agresiones, que laceran la fibra profunda de nuestra nación? ¿Acaso es lícito agredir a un país sin que medie provocación alguna? ¿Merece Cuba la suerte de tener que llorar las vidas truncadas de tantos de sus mejores hijos o de tener que superar los obstáculos que sobre nosotros pesan para poder desarrollarnos? ¿Tiene alguien la prerrogativa de decidir cuál pueblo puede progresar y cuál no? ¿Tiene alguien derecho a subvertir el orden constitucional que este país se ha dado a sí mismo, en uso de una soberanía ganada al precio de los mayores sacrificios?

Todo esto ha ocurrido porque Cuba se decidió, hace mucho tiempo, a ser verdadera y enteramente libre. ¡Nuestro crimen ha sido la independencia! La lucha por la independencia, desde el 68 hasta nuestros días. ¡Nuestro crimen ha sido la soberanía! La soberanía que se conquistó, de verdad, en enero del 59. ¡Nuestro crimen ha sido el socialismo! La osadía de construir una sociedad sin explotados. ¡Nuestro crimen ha sido la utopía! La utopía de un país de los humildes, con los humildes y para los humildes. ¡Nuestro crimen ha sido ser herejes, demasiado cerca de la Inquisición, haber sobrevivido a la hoguera, y estar respirando todavía!

El tema del bloqueo y la guerra económica del gobierno de Estados Unidos contra Cuba desde hace casi 60 años constituye el mayor freno para el desarrollo del país. No solo se transgreden los derechos humanos del pueblo cubano, sino el de todas las naciones del mundo al relacionarse con la Isla sin temor a ser castigados. El daño económico ocasionado por esta política genocida asciende a 753 688 millones de dólares. Desde que comenzó a aplicarse ha provocado perjuicios cuantificables por más de 125 873 millones de dólares. El bloqueo se recrudeció con la Ley Torricelli en 1992 y la ley Helms Burton en 1996. La resolución de la Asamblea General de la ONU adoptada en octubre de 2016, por vigésimo cuarta ocasión consecutiva, obtuvo una contundente victoria con una votación de 191 estados miembros a favor  y 2 votos de abstención: Estados Unidos e Israel, lo que demuestra el apoyo abrumador de la comunidad internacional contra el bloqueo.

La Base Naval en Guantánamo es una consecuencia del ilegal Convenio para las Estaciones Carboneras y Navales, firmado en 1903 entre el Gobierno de Estados Unidos y el gobierno impuesto a Cuba por la potencia neocolonial, en circunstancias en que nuestro pueblo no podía ejercer su soberanía. Al triunfo de la Revolución Cubana, la Base Naval en Guantánamo se convirtió en foco permanente de amenaza, provocación y violación de la soberanía de la República, dentro del contexto de la política que Estados Unidos comenzó a aplicar contra Cuba, con su secuencia de agresiones, crímenes y sabotajes. La base naval estadounidense en Guantánamo fue impuesta a Cuba por medios coactivos y su presencia actual es ilegal y una amenaza constante a la seguridad nacional de Cuba. Viola e irrespeta el principio de soberanía territorial al permanecer por la fuerza sin el consentimiento del pueblo y gobierno cubano.

Que, entre los hechos más significativos de las páginas de la historia de la Revolución Cubana, por su connotación militar, patriótica y política, figura la invasión mercenaria por Playa Girón, organizada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos por indicaciones recibidas del Presidente Eisenhower en fecha tan temprana como el 17 de marzo de 1960. A pesar de que la invasión de Girón significó una gran derrota tanto en el terreno político como en el militar para el Gobierno de Estados Unidos, el hecho bélico dejó un elevado saldo de víctimas y un sinnúmero de familias cubanas enlutadas o dolorosamente afectadas, pues 176 personas perecieron y más de 300 resultaron heridas por las armas enemigas —entre ellas vecinos de la zona que fueron ametrallados por la aviación mercenaria—, de las cuales 50 quedaron incapacitadas para el desempeño de sus obligaciones. 

El terrorismo ha sido un instrumento permanente de la política exterior de Estados Unidos contra Cuba. Desde los inicios de la Revolución, los grupos contrarrevolucionarios financiados y entrenados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana, concibieron y realizaron numerosos actos terroristas que han costado valiosas vidas y cuantiosos recursos a Cuba. Asimismo planearon diversas acciones para eliminar físicamente al Comandante en Jefe Fidel Castro y a otros dirigentes de la Revolución. El más monstruoso y repugnante acto terrorista cometido contra Cuba en ese período tuvo lugar el 6 de octubre de 1976: el estallido en pleno vuelo de un avión civil de las líneas aéreas cubanas donde perecieron las 73 personas a bordo, incluidos los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima que acababan de obtener todas las medallas de oro en un campeonato centroamericano. Se han producido en todos estos años más de 700 actos de terrorismo contra Cuba, 56 de ellos a partir de 1990, organizados y financiados desde territorio norteamericano, con un saldo de 3478 muertos y 2099 incapacitados. 

La política migratoria de Estados Unidos ha constituido uno de los más importantes instrumentos de la actividad estadounidense hacia la Isla con el objetivo de desestabilizar la sociedad cubana, desacreditar su modelo político y sentar las bases para la creación de movimientos contrarrevolucionarios. En 1966 el gobierno norteamericano aprobó la Ley de Ajuste Cubano con el fin de estimular a los cubanos a abandonar el país de forma ilegal poniendo en peligro sus vidas bajo la ilusión del sueño americano. Aunque se puso fin en enero de 2017 a la política de pies secos- pies mojados la Ley de Ajuste Cubano no ha sido derogada, pues esa decisión pasa por el Congreso de Estados Unidos.

Que, durante todos estos años de Revolución, las acciones agresivas del Gobierno de Estados Unidos han afectado de manera significativa la salud de nuestro pueblo. Esta política criminal ha estado encaminada a entorpecer y obstaculizar los impresionantes logros que la política social cubana ha conquistado. Para ello se ha empleado, entre otras vías, la agresión biológica, que ha cobrado valiosas vidas humanas, incluidos niños y mujeres embarazadas. Una de esas formas criminales fue la comprobada introducción en Cuba en 1981 del virus del dengue hemorrágico causante de la muerte de 158 personas, entre ellas 101 niños. Las agresiones biológicas no han sido solo contra la vida humana, se han sufrido además, daños causados por la fiebre porcina, la roya de la caña, el moho azul del tabaco, la roya del café y la bronquitis infecciosa de las aves de corral, causando en consecuencia, severos daños a la economía nacional.

Uno de los mecanismos que ha utilizado la política norteamericana para derrocar la Revolución Cubana ha sido precisamente el apoyo, estímulo y potenciación de la actividad contrarrevolucionaria de los grupúsculos mercenarios en el interior de la Isla; dirigido por los grupos terroristas y opositores que en Estados Unidos actúan impúdicamente contra la nación cubana. La labor de los Cinco Héroes dentro de los Estados Unidos se debió fundamentalmente a la necesidad de combatir y neutralizar estas acciones y planes terroristas, lo que fundamenta su injusta encarcelación. La subversión continúa siendo un componente esencial de política d Estados Unidos contra Cuba. Desde el año fiscal 1996, fecha en que se creó oficialmente el programa Cuba de la Agencia de estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID, hasta el año fiscal 2015, el gobierno de Estados Unidos destinó unos 284 millones de dólares para fines subversivos. En 2016 se asignaron 20 millones de dólares para este propósito.

En la política de subversión participan de forma coherente numerosas agencias federales, entidades privadas, ONGs, universidades, institutos, cuyos proyectos contra Cuba son financiados por el presupuesto del gobierno. Entre los destinatarios de estos financiamientos destacan representantes de la contrarrevolución y ONGs como Freedom House, Development Associates, Inc., Implementers TBD y Creative Associates. También se destinan millones para el desarrollo de programas de comunicación, “grupos independientes” y ONGs en nuestro país, con énfasis en el reclutamiento de negros y mujeres, así como para promover “iniciativas económicas individuales, reduciendo la dependencia del Estado”.

Entre las nuevas modalidades del trabajo de influencia y subversión se encuentran: el ofrecimiento de becas financiadas por el gobierno de EE.UU. a jóvenes cubanos; el empleo más intensivo de las nuevas tecnologías de las comunicaciones para el envío de información contrarrevolucionaria a través de Internet y la mensajería celular; el empleo de “contratistas” para ejecutar labores subversivas en el país; la promoción de una “nueva contrarrevolución”, con actores alternativos a los tradicionales, como son los blogueros o “ciberdisidentes”; la promoción de campañas y eventos alrededor del uso de Internet en Cuba, financiados por el Gobierno de EE.UU. en su territorio y terceros países; y un mayor énfasis en las labores de influencia hacia organizaciones de la sociedad civil.

El enemigo ha insistido siempre en que la juventud constituye el principal factor de cambio para lograr sus planes de destruir a la Revolución cubana. Apuesta a que una vez desaparecida, por causas naturales, la generación histórica que lideró la Revolución hacia su triunfo, los jóvenes no sean capaces de sostener las conquistas alcanzadas y cedan espacio para el retorno a Cuba del capitalismo más voraz y destructivo. Precisamente por esta razón sobre la juventud cubana se dirigen hoy los más variados métodos de subversión e influencia, priorizando para ello el empleo de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones y el inmenso potencial mediático y comunicacional del imperialismo.

Bien sean productos de esfuerzos dirigidos o indirectos, nuestros muchachos se enfrentan a diario a un volumen abrumador de nociones contrarias a los valores del socialismo; ajenas a la prédica revolucionaria. Somos testigos de la circulación de “chatarra audiovisual” y materiales ajenos a la cultura y costumbres nacionales, los cuales llegan al país por las más disimiles vías, y además otros paquetes no tan difundidos y más abiertamente nocivos, que tienen su génesis en las dependencias de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba, responsable de las mal llamadas radio y TV Martí, con fondos del gobierno de Estados Unidos. 

Es útil para el imperialismo la juventud descontenta, no comprometida, orientada a la banalidad, no movilizada en función de las tareas del país, ajena a las realidades de Cuba y la humanidad y supuestamente desideologizada, que es una de las formas más peligrosas de ideología.

Los hechos narrados son sólo una muestra de todas las agresiones perpetradas, organizadas, financiadas y dirigidas por Estados Unidos contra el pueblo y el gobierno cubanos. Numerosas son las víctimas de los ataques terroristas, de la guerra económica, biológica, de las mentiras y falacias imperiales. La idea de destruir a Cuba ha sido una obsesión que lleva casi 60 años desde que triunfamos en 1959. Ella ha conducido y conduce todavía la política de Estados Unidos por los más sucios y denigrantes caminos; lleno de desaciertos, mentiras, errores y fracasos.

No caben dudas de la contradicción existente entre lo que el gobierno de los Estados Unidos proclama al mundo y sus verdaderos intereses y pretensiones. Actúa con doble moral y doble rasero, violando el Derecho Internacional, atentando contra la vida de millones de seres humanos. Su política exterior ha quedado desmoralizada ante la opinión pública internacional por lo inescrupulosa y genocida que ha sido. Ahí están las pruebas, latentes como el primero de los ataques, condenatorias de tan pérfida política. 

Como joven de este tiempo, que he sido víctima de los horrores del imperialismo, pido a este tribunal que se haga justicia, que es una noción universal y debe ser la aspiración suprema de toda sociedad. Por los héroes y mártires de mi heroica Patria, que con su sacrificio hicieron de Cuba un lugar sagrado. Por los caídos, los silenciados, los que no tienen ya voz porque se las arrancaron, por las miles de vidas truncadas, incompletas, irremediablemente dañadas, y por las víctimas del terrorismo y del bloqueo contra Cuba; de sus familiares que son también víctimas del crimen y de que no se haya hecho justicia todavía.

Por los explotados, los desposeídos, los marginados, los que son números y no personas con derechos en otras latitudes, también víctimas del imperialismo. Por nuestros hermanos bolivarianos, que sufren hoy los embates de las políticas injerencistas. Por las personas de buena voluntad y de nuestros amigos en todo el mundo. Por el heroico pueblo de Cuba, que ha preferido desaparecer antes que ponerse de rodillas y traicionar la gloria que se ha vivido:

¡Pido a este tribunal condenar al imperialismo yanqui por todos los daños humanos y económicos ocasionados a mi pueblo! ¡Cualquier otro fallo sería injusto! ¡Que los condene la historia, que a nosotros ya nos absolvió!

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