Jorge Labañino: Una mirada

Mi entrevistado nació en Baracoa. Hoy vive en Baire, tierra de mambises. Asegura que por la mítica del lugar y la fuerza de atracción del sitio donde se produjo la primera carga al machete estaba convocado a vivir en Baire antes de su nacimiento. Jorge Labañino Legrá (Puro) comenzó a escribir en Angola, durante los años (1988-1990). Escribía los libros que no podía leer allí, pero a la hora del regreso no tuvo en cuenta cargarlos. Si bien es cierto que no conserva ninguno de sus primeros textos, no nos cabe dudas que estos fueran el inicio de su exitosa carrera en las letras.

Puro es graduado de Educación Musical en el pedagógico Frank País García de Santiago de Cuba y pertenece al grupo literario Café Bonaparte; cuenta con varios libros publicados como Oración del que traicionan, Rumor de Higuera, y luego de once años en silencio nos regala Un cadáver ideal, poemario con el que ganó en el año 2017 el premio José Manuel Poveda de poesía, que convoca la Editorial Oriente.

¿Cómo se vinculan en tu obra la poesía y Dios?

Somos imagen y semejanza de Dios. En algún momento de nuestra historia extraviamos este privilegio, deformamos lo que en nosotros prometía ser pulposo. Nada me hace más apto para el verso que estar en contacto directo con la sensibilidad de Dios. Aunque su nombre no esté en cada texto mío, su mirada palpita allí, actúa en el dolor que expreso frente al desastre que siempre estamos protagonizando frente al mundo que nos fue dado. Mi obra se extiende en una constante disputa contra el lado oscuro de la racionalidad, Dios habló y se hizo la luz, el hombre pensó y lo sumergió todo en las tinieblas. Evado las zonas idílicas de lo humano. Siento que el poeta, como el profeta bíblico debe denunciar tanto las miserias de la plebe, como de los cortesanos.

 Muchos coinciden en que tu poesía ha transitado de una poesía hermética a una poesía cercana al habla popular?¿Qué hay de realidad en eso?

 Todo ha dependido de la perspectiva que me ha dominado en el momento en que estoy escribiendo. Con mi primer libro, Oración del que Traicionan, me sumergí a explorar las posibilidades creativas de la palabra. El poeta Reynaldo García Blanco, mentor mío por aquellos días, bromeaba diciendo que me encontraba en una etapa en que las palabras huían de mí pero yo las casaba con un fusil de repetición metafórica. Me propuse llevar la metáfora a su máxima potencia, de ahí la hermeticidad de aquellos primeros versos. Con Rumor de Higuera me posicioné conscientemente en otro estado mental, las palabras llegaban mansitas hasta mí, pero entonces lo que me preocupaba era descubrir hasta donde la poesía también capacitaba para el entendimiento. Se trataba de dar luz, de espantar las de Hermes, de ir restándole protagonismo al artefacto metafórico. Disfruté mucho escribiéndolo, me sentí como un sabio dejando una herencia. Un cadáver ideal, es ya un libro con un declarado interés por adentrarse en las ruinas sociales. Se fue armando despacio, con la paciencia de quien pretende extraer sumo de la piedra. El puente con el lector esta más despejado porque el impacto importante ahora llega por la vía de los contenidos, no por el artificio de la forma. Mantengo con Lezama la fe de que el poema puede inaugurar un acontecer histórico, Un Cadáver… equivale a ruido de machete desenvainado, todos tienen que oírlo clarito aunque nadie haya escuchado el toque de a degüello.

Eres de Baracoa ¿Por qué decidiste hacer una familia en Baire, tierra de mambises?

 Cosas del azar, de los dominios de Dios. Llegue a Baire como estudiante de cuarto año del Instituto Superior Pedagógico Frank País de Santiago de Cuba. Realizaba mi práctica docente en una de las escuelas para becarios que aquí se llamaron Bungo. Allí, entre un azuquín mal oliente, la madrugada y una conversación sobre mitos y leyendas griegas, terminé en el fondo de una cátedra acostado con la que ahora es mi esposa. Luego se produjo la seducción del lugar, la primera carga al machete al mando de Máximo Gómez, Florencio Salcedo tiritando de fiebre y recibiendo aquel mensaje, poético por más señas, que decía, “Ya reventó la hora”, es decir, la hora del alzamiento, Saturnino Lora arengando a las tropas insurrectas y a la población reunida en la plaza del pueblo, Jesús Rabí haciendo leyenda. Baire es un sitio de leyendas, con su mística. No elegí hacer mi familia aquí, en este pueblo existe suficiente fuerza de atracción como para haberme convocado desde antes de mi nacimiento.

Casi todo tu tiempo creativo has estado cerca del poeta Eduard Encina ¿Existen puntos de coincidencia entre las poéticas que cada uno desarrolla?

Nos retroalimentamos mutuamente, pero nuestro fuerte es la discrepancia. Discutimos constantemente sobre nuestra obra, nuestras lecturas, sobre política cultural. Nada ha sido más fértil que nunca coincidir en nuestros puntos de vistas. Es un ejercicio fértil que impulsa obsesivamente a la búsqueda de nuevos datos, nuevos argumentos. A quien pase la vista sobre nuestros textos le saltará enseguida la disparidad. Eduard es un poeta bien armado, yo un músico frustrado que junta palabra a palabra para que se articule alguna cosa.

Escritores fundamentales de la poesía contemporánea han ganado el Premio Oriente ¿Esto es síntoma de que tu obra ha llegado a un momento de consagración.

De momento es síntoma de que mi obra pudiera entrar dentro de un circuito de promoción, de que estará al alcance de lectores fuertes y otros no tan fuertes, de que entrará en un espacio donde constantemente se está jerarquizando lo que se publica. Lo importante de momento es quitarme esta inmensa piedra de Sísifo que durante once años estuve cargando mientras trabajaba en el libro. Si no hubiese obtenido el Premio Oriente con Un Cadáver Ideal, ¿Cuántos años más estaría puliendo este pesado y descarnado Cadáver?

Puro asegura ser un músico frustrado y que junta palabras para articular alguna cosa, pero al decir del poeta Eduard Encina: Su obra, a mi entender, se constituye en un elemento referencial de la poesía escrita en Santiago de Cuba hoy… su poesía explora zonas de la realidad contemporánea, a veces, con tono filosófico, otras veces cercano al habla común… su obra ha conquistado la aceptación de la crítica y el público lector.

*Esta entrevista fue realizada antes del deceso de Eduard Encina, por eso nos referimos al poeta en presente.

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