Por Rosana Rivero Ricardo

El gallego vino a Cuba con la aspiración de “echar pa’lante” y fue a parar al “final del mundo”, como le dijo un fotógrafo de paso que captó su actitud de roble. Alegaba don Ángel que allí nunca había seca y aquello le recordaba a su Láncara natal. Por eso, decidió plantar su batey en Birán.

La vivienda principal se alzaba sobre horcones de caguairán y daba sombra de roble a todas las instalaciones que la rodeaban. El pequeño Fidel prefería la parte más habitada, donde se alargaba hasta la cocina.

El colegio en Santiago, la Universidad en La Habana, su compromiso con Cuba, lo distanciaron de la casona. Pero allí, en el centenario de su madre, el 23 de septiembre de 2003, expresó que “mientras más entrañable eran los sentimientos, más los guardaba”.

CCCCCon esta inspiración trabaja Luis Alexander Reyes Cuenca, artesano que planea reducir los más de 700 kilómetros que separan a Birán de La Habana. El artista labora en la reproducción de la casa natal del Comandante como regalo por su cumpleaños 90.

Es un artesano empírico. Hasta BBBBhace unos años se ganaba la vida en la carretera, mas decidió ponerle frenos al camión para darle “vía libre” a las musas. La senda escogida fue la marquetería, especie de rompecabezas con madera con el cual se forman patrones decorativos.

1.jpgSin embargo, a inicios de año, cuando comenzó a trabajar en la Plaza de la Marqueta, decidió probar su talento y realizó una pieza en madera a imagen y semejanza de su centro de trabajo.

“Después de hacer la Plaza de la Marqueta me dije que algún día haría la casa de Fidel y decidí no 2esperar mucho para regalársela en su cumpleaños. El secretario del Partido, Luis Torres Iríbar, apoyó la idea y facilitó mi traslado a Birán para hacer fotos y videos de la instalación”.

El 27 de mayo comenzó a trabajar, pero un suceso inesperado retrasó la obra:
“Al segundo día de haber comenzado a cortar la madera para 3la casita, me piqué parte del dedo anular con la sierra. Pensé que no podría hacerla, porque lleva mucho tiempo y necesitaba reposo. Pero doliéndome el dedo, reinicié el 20 de junio a hacer la maqueta en cartón.

“Trabajaba y descansaba un ratico, porque se me hinchaba el dedo. Empecé suave para irme recuperarme y dejé las cosas pesadas para después”.

4A pesar del contratiempo, ya casi la pieza está lista “con los más mínimos detalles para que salga bien”, aclara su autor.

“Usé unas maderas de ciento y pico de años, porque mientras más seca, menos recoge. También las seleccioné por su pigmento, para que la pieza tuviera los colores 5.jpgoriginales de la casa sin necesidad de usar pinturas. Por ejemplo, el corazón de lechero es amarillo bien quema’íto y lo usé para las paredes principales. El sámago de este mismo tronco lo cogí para las partes blancas, como las puertas, las ventas y las barandas de las escaleras. Solo el techo de zinc llevará pintura”.

6.jpgLa casa mide 21 centímetros de ancho, 39 de largo y 15 de alto. La brevedad de sus dimensiones requiere un esfuerzo extra del artista:
“No te puede fallar un corte, porque tiene tantas paredes que si fallas en una, fallas en todas las otras. Tienes por obligación que trabajar bien y hacerlo con mucha calma”.
Desde fuera, hay quien piensa que este trabajo ha sido un sacrificio. Desde dentro, Alexander siente que “para quien es, no ha sido tanto el esfuerzo, porque el sacrificio que ha hecho Fidel en la vida entera… ”

Las palabras quedan en puntos suspensivos. Tiemblan los labios y se olvida aquello de que “los hombres no lloran”. Cambiamos el tema, pues aún falta un detalle importante: cómo obtendrá la pieza Fidel.

“El secretario del Partido se la hará llegar y también quiero escribirle unas palabras al Comandante”, concluye el creador de este retrato en madera de la casa, para que allí se guarden los más entrañables sentimientos.