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TESTIMONIOS SOBRE LUIS GIRALDO CASANOVA “El señor pelotero”II

Tomado del Bolg: Martin Dihigo el Mejor

TESTIMONIOS SOBRE LUIS GIRALDO CASANOVA “El señor pelotero”II

Por el Integrante del club Vegueros de Pinar del Río de la MD Efren Amaya Padrino

 

 

Tomado del libro “El señor pelotero” de Juan A Martínez de Osaba.

Testimonio de Félix Pino ex lanzador zurdo de los equipos Forestales, Pinar del Río y Cuba sobre Luis Giraldo Casanova y Castillo el 15 de mayo de 1997

 

A este zurdo (Félix Pino) de una tremenda recta y curva pronunciada, se le comenzó a sentir cuando se echó encima aquel equipo de la Serie Especial de 1975 que dirigió y ganó Jorge Fuentes, y donde estaba Casanova. Desde allá vienen juntos y son 2 grandes amigos.

Recuerdo perfectamente que cuando el equipo pinareño ganaba casi todos los juegos, con quienes más perdía era con Industriales. A mi modo de ver era un problema psicológico, como le sucede al equipo cubano de voleibol masculino con Italia, y al de Italia con Holanda, son cosas del deporte.

Pues bien Félix Pino era en aquella época un verdadero verdugo para los Capiró, Marquetti, Medina y compañía, y soy del criterio que estaba dado por su tremendo valor en el montículo. Integró el equipo Cuba desde 1977 hasta 1982, y está entre los 5 grandes del pitcheo pinareño de finales de los 70 y principios de los 80.

Lo hice esperar un buen rato, hasta terminar mi conversación con Maximiliano Gutiérrez.

Me atendió muy bien, lo dejé hablar libre sobre Casanova.

 

“Yo soy del Central Harlem en Bahía Honda, conocía al “Capirro” del barrio cuando muchachos, era igualito que ahora, como tú lo ves, muy comunicativo, compartidor, fueras o no alguien, muy alegre, jugaba básquet, no pelota.

Desde que comenzó siempre anduvimos juntos; en la preselección también, y cuando hacíamos el equipo Cuba, dormíamos en el mismo cuarto.

Como pelotero todo lo hacía bien. Hay una anécdota: No le gustaba cuando jugábamos en contra (Pino con Forestales, él con Vegueros) que yo le tirara curva, y una vez jugando en Viñales me dijo que no se la tirara. Le dije que con gente en base si se la iba a tirar, pero que con las bases vacías, que él hiciera el swing hacia abajo, porque no quería jonrón. A la primera vez al bate, me dio tremendo batazo, y me dijo que la vio tan linda que no se pudo resistir y la botó.

 

 

Yo siempre pitcheaba tratando que me batearan por él y por Urquiola, porque además de ser magníficos fildeadores, eran muy inteligentes jugando a la defensa.

Hablar de alguien así, de un hermano tan grande, es muy difícil. Para mí ha sido el mejor pelotero que he visto, no he visto nunca otro como él, todo lo hacia bien.

Para resumirlo, tendría que decir algo tan grande, para estar a su nivel, que sinceramente no tengo palabras para expresarlo”.

 

PD Aclaro que tengo magníficas relaciones con ambos, en ocasiones cuando llamo a uno o al otro, y les hago la invitación para compartir, y cuando les propongo recogerlos, el que sea de los dos, me pregunta, ya llamaste a “fulano”, o sea que soy testigo de la gran hermandad que une a estas 2 glorias deportivas (ambos fueron testigos de mi primera boda en 1992), aquí también rindo homenaje a Félix Pino quien muy pronto el 22 de noviembre cumplirá también año, y al cual le hare también una entrevista próximo a su onomástico.

 

Respetuosamente.

Efrén Amaya Padrino

De cómo me hice Leñadora: la culpa es de mis padres

tomado del blog Bitacora de Glenda

La culpa de todo la tienen mis padres. Boza chiflaba en el balcón con cada hit o carrera. Yo no solo imitaba la posición de sus labios, sino que con el tiempo aprendí a hacerlo. Luego mi madre me acompañó a cada juego de fin de semana, cuando regresaba de la universidad. Allí, sobre el banco de primera, nos colábamos en la peña del CIMEX, saludábamos a Joan Carlos en primera y también a los rivales.

Allí conocí a Los Gurriel, y mami “luchó” pelotas firmadas por los equipos de Santiago de Cuba, Sancti Spíritus, Guantánamo, Camagüey y Las Tunas. Mami tiene carisma para lograr lo que se propone, no hay dudas.

La culpa de todo la tienen mis padres. Por darme el dinero para aquel pulóver y gorras de Las Tunas que todavía conservo, cuando era fácil conseguir una chamarra con el equipo de tu preferencia.

Si lo soltaba desde mi casa, aquel pulóver iba solo al estadio. Allí, con mi muela de estudiante de periodismo, conocí a Pedroso, Osmani Urrutia, Hermidelio y mi amigo Henry. Jamás los traicioné, ni cuando nos gritaban “Palestinos” en el Cándido González de Camagüey.

Éramos dos o tres muchachitas y como 20 varones. Éramos el apoyo de los Leñadores en aquella temporada cuando clasificaron a play off por primera vez. El equipo salía fuera del dogout de primera antes del juego y nos daban merienda. Agradecimiento por el apoyo, o tal vez nos vieron cara de hambre, jeje.

Más de una vez Los Leñadores me dieron dolores de cabeza. Más de una vez estuve al borde del infarto, y los odié y maldecí, como hace uno con la gente que quiere bien, cuando nos hacen mal. Y más de una vez recibí improperios, insultos y burlas porque nunca he escondido que soy tunera, 100% Leñadora.

Acaban de ganar la semifinal con Industriales y yo acabo de quedarme sin saldo en el teléfono. Al no estar en el estadio, con mi gente tenía que compartir la alegría. He maldecido, he dicho malas palabras, he aplaudido y gritado en mi casa. En mi barrio deben odiarme o admirarme. Lo que sí sé es que a esta altura, ya todos en Santa Clara saben de dónde soy. Poco importa, nunca lo he escondido. Soy tunera y leñadora. La culpa de todo la tienen mis padres

El Béisbol Cubano y cómo romper un cero-hit

Tomado del blog Universo Beisbol

Erlys Casanova lanzó tremendo partido. (Foto: Reynaldo Cruz/ UB)

Si lanzar un cero-hit-cero-carrera es totalmente difícil, romper uno en las postrimerías resulta ser algo que requiere sangre fría, enfoque, ética y un poco de suerte — igual que lanzarlo, si me preguntan. Por ello, lo que aconteció en el quinto juego de la semifinal entre Industriales y Las Tunas fue sin dudas puro drama que terminó diferente a como lo hubiesen puesto en un guion de Hollywood.

Durante ocho entradas, Erlys Casanova pareció en total control de la situación: retirando bateador tras bateador, con uno o dos momentos de susto, pero induciendo rolatas, como ha sido siempre su estilo, con algo de ayuda de su defensa. Paseó y superó en pitcheo por completo a su oponente Yariel Rodríguez, quien fue muy sólido hasta que dejó el partido con un corredor en base en el octavo inning, entonces un wild pitch de dos bases — ayudado por un lapso mental del receptor Yosvani Alarcón — y un error de Yunior Paumier abrieron el marcador 4–0.

Industriales anotó primero. (Foto: Reynaldo Cruz/ UB)

Entonces, llegó el noveno inning y el primer hombre era Paumier (quien anteriormente había logrado entrar en circulación por medio de un boleto). La multitud en el Estadio Latinoamericano estaba a la expectativa, esperando el doble-cero, incluso los que no apoyaban a Industriales. El refuerzo holguinero — irónicamente, tenía que ser un refuerzo del equipo cuyo estadio local nunca ha visto un partido de este tipo — conectó el primer lanzamiento hacia la banda opuesta y la bola cayó claramente en el lado bueno de la línea de cal, suficiente para un doble y el fin de la magia.

Apoyo hacia los azules. (Foto: Reynaldo Cruz/ UB)

¿Cómo proceder entonces? Víctor Mesa, conocido por sus malabares y sus constantes cambios de lanzador, habría ido definitivamente al bullpen, pero decidió no hacerlo: esa parte de su staff de pitcheo había sido cualquier cosa menos confiable en los últimos partidos, y la ventaja de cuatro carreras podía desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos. Por ello, en contra de sus propias estrategias y el buen juicio de cualquiera, dejó al abridor en el partido.

Alexei Ramírez filma a su amigo con un celular. (Foto: Reynaldo Cruz/ UB)

Casanova, bajo la orgullosa mirada de su padre Luis Giraldo Casanova, y su ex compañero de equipo y ligamayorista Alexei Ramírez desde las gradas, procedió a terminar el partido, no sin permitir otro doble y dos carreras antes de tener que conformarse con una victoria completa 4–2 luego de llevar el doble cero hasta el noveno inning.

Ahora, reflexionando sobre el momento, hay muchos factores aparte de la suerte que tienen que ver con el hecho de que no haya podido lograr la inmortalidad beisbolera al lanzar el primer juego sin hits ni carreras en la historia de la postemporada cubana. Piensen en ello: Alien Mora de Ciego de Ávila, Noelvis Entenza de Cinfuegos y Freddy Asiel Álvarez de Villa Clara son predecesores de los eventos que tuvieron lugar en el juego cinco. El caso más triste es el del avileño, quien se quedó a un strike del juego perfecto antes de que el guantanamero Leonelkis Escalante rompiera el hechizo al enviar una “sábana” a los jardines, sin dudas. Dejar sin hits a la oposición en un juego de postemporada es tan difícil, que incluso luego de más de un siglo de play off en las Ligas Mayores ha habido solamente dos juegos sin hits más allá de la temporada regular: el juego perfecto de Don Larsen en la Serie Mundial de 1956 ante los Dodgers y el cero-hit del recién fallecido Roy Halladay en la Serie Divisional de la Liga Nacional en 2010 sobre los Cincinnati Reds. Doc Halladay había lanzado un juego perfecto en la temporada regular, que tuvo la marca de varios juegos sin hits, y el “juego imperfecto” lanzado por Armando Galarraga.

El doble de Paumier también fue claro, y aunque merece crédito, debemos decir que la tensión del bateador es menor, a menos que sea una situación de dos outs en el noveno. El segunda base tenía poco que perder, pues todos sus compañeros habían sido humillados una y otra vez, y ser otro que se fuera sin hits en el partido no tiene ese impacto en la psiquis del jugador. Pero para el lanzador, cuando pasa el tiempo y camina el reloj, cada bateador se torna más difícil, y lanzarle mal a uno se convierte cada vez menos en una posibilidad. Ya sin juego perfecto, y con ventaja de cuatro faltando tres outs, tal vez NO abrir con strike habría sido una buena apuesta. Pero el orgullo de un lanzador que sabe que está a punto de lograr algo que nadie más ha hecho le impide deshacerse de un bateador de contacto cuya disciplina en el plato ya le había permitido ganarse un boleto.

Yunior Paumier se para en segunda luego de romper la magia con un doble. (Foto: Reynaldo Cruz/ UB)

Ese momento fue tal vez el mejor del juego. De la misma manera que los bateadores de Las Tunas se negaron a buscar el sencillo en toque de bola luego del quinto inning, incluso tratándose de un juego de postemporada, Casanova no iba a esconderse detrás de algunos envíos fuera de la zona de strike para evitar a un bateador que podía romperle el no-hit. En vez de ello, decidió lanzarle pese a saber que podía batear… y Paumier cumplió su parte, al conectar fuerte y lograr un doble cuya legitimidad nadie podía cuestionar, al estilo de Joe Mauer — alguien que ha roto más de un no-hit-no-run en las postrimerías del partido.

Podríamos preguntarnos… ¿cuál habría sido el caso si los Industriales de Víctor Mesa hubiesen sido los que estaban en el lado opuesto del cero-hit? ¿Habría VM32 permitido que sus bateadores siguieran haciendo swing fuerte?

Game Scores de Erlys Casanova:
Normal:
79
Si lo hubiesen sacado luego del hit y la Carrera no hubiese anotado: 86
Si lo hubiesen sacado luego del hit y la Carrera hubiese anotado: 82

Salón de la Fama del Béisbol Cubano: ¿Hora de traerlo de vuelta?

Tomado del blog Universo Beisbol

El Salón de la Fama del Béisbol Cubano, algo que parecía olvidado, fue mencionado por el presidente de la Federación Cubana de Béisbol durante el Décimo Período de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Es interesante apuntar que este tema fuese traído a la luz, teniendo en cuenta que fue la maquinaria del béisbol de Cuba — con su prejuicio y autoritarismo — la responsable de que fuese parado luego de la segunda exaltación.

El Salón de la Fama del Béisbol Cubano renació en un ambiente fracturado: durante las primeras reuniones, el entonces comisionado Heriberto Suárez expresó con elocuencia que algunos de los nombres en la boleta debían revisarse, y esto era obviamente por la presencia de algunos desertores, principalmente Antonio Pacheco, uno de los más importantes nombres y uno de los más grandes peloteros que jugaron en las Series Nacionales.

Ismael Sené, historiador del béisbol y miembro de SABR, emitiendo su voto durante la primera selección, celebrada el 8 de noviembre de 2014. (Foto: Reynaldo Cruz/ Archivo de UB)

Como jugador, Pacheco se ganó toda la aclamación posible: fue campeón internacional en cada categoría, desde las ligas infantiles hasta el nivel olímpico. En el primer nivel, logró la gloria nacional no solo con Santiago de Cuba en las Series Nacionales, sino también en las Series Selectivas con Serranos y Orientales. Entonces se retiró, se hizo manager de Santiago de Cuba y fue también campeón nacional. Llevó al equipo Cuba a una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008; y pese al hecho de que muchos criticaron sus decisiones en el juego decisivo, la escuadra cubana no ha vuelto a tener un mejor final en torneos mundiales con equipos profesionales, y se ha igualado solamente dos veces (las Copas Mundiales de la IBAF de 2009 y 2011) desde entonces.

Omar Linares (derecha) habla luego de que se anunciara que es parte de la primera clase del Salón de la Fama desde 1960. A su lado, Ian Padrón, uno de los principales promotores del proyecto, escucha. (Foto: Reynaldo Cruz/ Archivo de UB)

Pero no entró en el Salón de la Fama del Béisbol Cubano en la primera votación, la cual para apurar las cosas y exaltar a cuantos fuese posible — evitando además caer en la tendencia de exaltaciones masivas — , recibió a cinco peloteros de antes de la Revolución Cubana y a otros tantos de las Series Nacionales. ¿Los nombres? Orestes Miñoso, Esteban Bellán, Conrado Marrero, Amado Maestri y Camilo Pascual, de antes de 1959; y Omar Linares, Luis Giraldo Casanova, Braudilio Vinent, Orestes Kindelán y Antonio Muñoz, de las Series Nacionales. Muchos no votaron por Pacheco (aunque sí hizo el corte final) no porque era desertor. En mi caso personal, emití mi voto favoreciendo principalmente a peloteros de las primeras Series Nacionales, que tuvieron un enorme impacto en el béisbol en aquel tiempo, pero que terminaron olvidados porque no había habido Salón de la Fama desde 1960, y otros jugadores sí tuvieron carreras más largas. Particularmente, enfaticé en Manuel Alarcón, que se retiró a los 27 años siendo el dueño de los récords de Series Nacionales para victorias, ponches, juegos completos, y que además había ganado el título nacional prácticamente solo en 1967.

Hay que decir que el tono de Heriberto Suárez fue amenazador, incluso dando a entender que luego de años sin Salón de la Fama, podrían hacerlo desaparecer antes de su nacimiento, porque, por supuesto, ellos tenían el poder. Y tal vez, ese fue el primer pecado capital: la maquinaria cubana de béisbol no debería tener poder ALGUNO sobre quién entra al Salón y quién no. Ellos han cometido errores garrafales con el paso de los años, y los ejecutivos y/o comisionados están sujetos a ser exaltados también, lo cual nos dice que no deberían tener influencia de ningún tipo en los resultados de las votaciones. El Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown trabaja de conjunto con Major League Baseball, pero no bajo sus órdenes, como me expresara el Presidente Jeff Idelson en una entrevista, y este debería ser el caso en Cuba.

Sin embargo, Vélez cometió un error mientras hablaba al Parlamento, citado por Oscar Sánchez Serra en Granma, declarando que el Salón de la Fama:

… fue otro de los temas introducidos al debate y al respecto, Vélez explicó que ya se ha exaltado a cinco peloteros de antes del triunfo de la Revolución y otros tantos después de 1959. Pero lo cierto es que hoy está detenido; y es algo por lo que debemos luchar, así como por un Museo Nacional de esta pasión de todos los cubanos. Es el mejor homenaje a los ídolos, a lo héroes que aplaudimos o criticamos todos los días y también a los propios aficionados.

Entonces, ¿por qué ELLOS lo pararon en primer lugar?

Primero, otros tres peloteros fueron exaltados: Luis Tiant Jr. y Willie Miranda de antes de 1959 y Pedro Luis Lazo de después de 1959. Pacheco no hizo el grado esta vez tampoco, y fue solamente debido al rechazo de las autoridades beisboleras, lo cual provocó que muchos de los votantes (quienes están convencidos de que tuvo los suficientes votos para ser exaltado) renunciaran como protesta. Así que la declaración del Presidente de la Federación Cubana de Béisbol es incorrecta.

El Vedado Tennis Club debió haber sido la sede. (Foto: Reynaldo Cruz/ Archivo de UB)

También, ya se había escogido un sitio para construir el museo: el Centro José Antonio Echeverría, antiguo Vedado Tennis Club, que tiene una larga historia dentro de la Unión Atlética Amateur, debido a los muchos torneos ganados por su equipo de béisbol. Fue otra idea repentinamente detenida y asesinada por los poderes del béisbol, y en su lugar “ofrecieron” una habitación en el Estadio Latinoamericano para el museo, lo que es, en el mejor de los casos, una tremenda falta de respeto y humillación a una nación que tiene una historia beisbolera que data de los 1860.

En fechas recientes, el gobierno cubano anunció que a partir del 1º de enero de 2018, todos los cubanos que han abandonado el país ilegalmente serían bienvenidos a regresar sin problemas, excepto los que usaron la Base Naval norteamericana en la Bahía de Guantánamo como su ruta de escape. Esto, por supuesto, parece una muy inteligente y sensata riposta a las decisiones tomadas por el presidente norteamericano Donald Trump contra el pueblo cubano. ¿Hará la maquinaria del béisbol lo mismo a favor de sus jugadores? Nuevamente, esto sería lo más sensato. Después de todo, las decisiones de los peloteros habrían sido distintas si las circunstancias les hubiesen permitido ir a las Ligas Mayores sin tener que abandonar su país.

El Salón de la Fama del Béisbol Cubano pide y merece ser retomado. Y exige hacerlo de la manera correcta, sin excepciones, sin prejuicios, sin discriminación. Hay un pequeño aspecto que no debe olvidarse: la inmensa mayoría de los peloteros cubanos que han abandonado el país han hecho enormes contribuciones a la gloria nacional e internacional del béisbol cubano. Son una parte esencial de la historia del juego en Cuba, la segunda más antigua nación beisbolera e históricamente la segunda más importante del mundo. Borrarlos o hacer de cuenta que no existieron es un crimen contra la historia del deporte, y solamente traerá desinformación, ignorancia y mentiras.

Más importante, ¿cómo puede alguien amar o respetar algo que no conoce? Esta es una de las razones principales por las que los jóvenes sienten menos amor e interés por el béisbol, y debería ser el enfoque para rescatar el Salón de la Fama.

Directores ¿Necesariamente tienen que haber sido atletas?

Tomado del Blog Martín Dihigo
Por el amigo de la peña:
Duniesk R.Vargas

La palabra Director está definida  en el diccionario manual de la lengua española como la persona que dirige y dirigir es la acción de enderezar, guiar en un rumbo, gobernar, encaminar, pero la acción de dirigir en materia de beisbol, está llena de otras aristas, que no son recogidas, ni tan siquiera, por esa prestigiosa fuente de consulta.

La palabra director adecuada al mundo del beisbol y en especial al de esta tierra linda en forma de caimán dormido, con su inseparable isla de la juventud, está llena de tantas cosas, de tantas vicisitudes, de tantas necesidades de perfeccionamiento y  aprendizaje, que un libro sería insuficiente, para hacerle honor a esa palabra.

Ser director de un equipo de beisbol, de cualquier categoría en la Cuba de hoy, es complicado; porque en primer lugar no está sujeto a un biotipo pre-establecido, no está sujeto a una regla fija e inamovible, por eso las tendencias que  habitan en las mentes de los encargados de definir a quien le toca dirigir y a quién no, determinado equipo, terminan desembocando muchas veces en un soberbio y trasnochado error, pueden existir aciertos,  pero son los menos, muchísimos menos….

En los últimos años la tendencia  o la ¨regla¨ (como la llamaron en una conversación personal que sostuvieron telefónicamente el amigo Daimir y el entrañable Sené)  ha sido la de poner a dirigir a peloteros que fueron estrellas en nuestro beisbol nacional, como una garantía de que su conocimiento acerca del juego diario y del beisbol en sí, les garantizaría un éxito rotundo como Mánager en nuestro beisbol, por el olfato y el instinto que tienen cuando de jugar beisbol  se refiere, lo que en teoría, aparentemente,  sería correcto, ya que parecería lo más idóneo, pero como toda imperfección, precisamente se quedaría en eso… en parecería…  por eso la vida es mucho más rica, abarcadora y terriblemente mucho más severa de lo que aparenta. Un atleta de una calidad innegable, con un rico caudal deportivo, con una historia envidiable en el mundo del deporte, no es siempre la mejor opción, por lo menos…  no…  mientras no esté preparado para asumir el reto.

 

Víctor Mesa, director de Industriales. ¿El más polémico de los directores cubanos en SN y equipos Cuba, que aun no gana una SN?

 

El arte de dirigir en el beisbol,  cuando lo comparamos con  desarrollar una gran carrera deportiva, con dar grandes batazos, con lanzar innumerables juegos con calidad, nos parecería a todos algo relativamente fácil, pues bien…  ¡CRASO ERROR! Es el que cometeríamos todos si pensáramos así…

Dirigir es mucho más difícil, requiere tiempo, determinación, paciencia, capacidad de prever  lo que va a acontecer, vista panorámica para que no se escapen los detalles, esos detalles que te indican fugazmente el estado físico o espiritual de un atleta y por tanto hacia donde hay que dirigir el trabajo, hacia donde hay que enfocar los esfuerzos, para garantizar un rendimiento pleno de este atleta, esa misma vista panorámica que le permitiría estar al tanto de las deficiencias del contrario para poder aprovecharlas, para poder explotarlas a favor del equipo que dirige. El director tiene que tener la capacidad de saber escuchar, para poder asimilar lo que no conoce, lo que no sabe, tiene que partir de ese principio, tiene que saberse  hasta la saciedad las características personales de cada uno de los atletas que dirige, para precisamente poder dirigirlos. Tiene que actualizarse constantemente para no depender solamente del instinto, para poder combinar ese mismo instinto con las cosas nuevas que aprenda, tiene que saber que puede cambiar, para conocer y poder tener el valor para convivir con lo que de inmediato no puede cambiar,  para valorar la mejor forma en que convive con ello, tiene que ser lo suficientemente sabio para poder identificar las diferencias entre cada una de esas realidades. Un Director de equipo tiene que constituirse en un elemento rector que debe velar por las potencialidades de los atletas, rodeándose de un grupo de trabajo que le permita revisar esa potencialidad, más la  que existe en todo el área que representa el equipo que va a dirigir, para poder darle seguimiento, para verificar su disciplina en el juego, conocer virtudes, defectos, necesidades, e incluso voy más, (aunque esto último a quién le corresponde es a las poderosas comisiones de beisbol de cada territorio y al personal que tienen o deben tener para esto),  ese mismo  equipo de trabajo debe disgregarse por todo el territorio, apreciando, escauteando, buscando talentos, que no se han acercado a las instituciones formales del sistema deportivo, del beisbol en sí, ese mismo equipo de trabajo debería ser motivado a moverse por las bases de los áreas deportivas, que nutren a los equipos rivales, para conocer desde la base,  las debilidades de los contrarios, tanto de los pitchers como de los bateadores, tanto de los mánager, como de los entrenadores.

 

Ariel Pestano director del sub-23 de Villa Clara y del equipo Cuba de la categoría ¿Estaba preparado ya para dirigir?

 

Un buen director de equipo no puede ser esquemático, no puede basar sus decisiones en la tozudez, tiene que ser dinámico, arriesgado pero cuerdo a la vez, no debe opacar a sus atletas, como tampoco debe dejarse opacar por ellos. Un director de equipo para ser efectivo tiene que irse de las fronteras que encierra esa palabra, tiene que llegar más lejos, tiene que convertirse en la familia más allegada de ese atleta, tiene que llegar a ser severo sin dejar de ser  comprensivo, tiene que llegar a ser comprensivo sin dejar de ser severo, que aunque parece lo mismo, realmente no lo es. Tiene que despojarse de los miedos que implican el no quererse buscarse problemas, tiene que asumir los obstáculos como lo que son, una oportunidad de superarse en el día a día. Tiene que ser capaz de incentivar la unión por encima de las individualidades, para que un equipo funcione precisamente como un equipo. Existen otras razones que harían interminable esta reseña, pero las que he mostrado hasta ahora, pudieran servir de base, para demostrar, que la tendencia actual de emplear a atletas de renombre para dirigir equipos provinciales y nacionales, solo por el hecho de su extraordinaria carrera deportiva, como método de aparente estímulo, pudiera estar cayendo en un error de conceptualización y esquematismo, que lejos de ayudar a nuestro beisbol, termina afectándolo estruendosamente…

 

Rey Vicente Anglada exdirector de Industriales ¿Sera la excepción de que se puede ser estrella como jugador y como director?

 

 

Tampoco es ir hacia la otra orilla, esa de no dejar que los atletas de renombre dirijan, no,  esa no es la solución y mucho menos la esencia…  La esencia del fenómeno está dada, en que tienen  que dirigir los que estén más capacitados, los que estén más preparados, los que demuestren más vocación e interés, sin que necesariamente tengan que haber sido atletas con una rica trayectoria deportiva.

 

 

Antonio Pacheco, exdirector de Santiago, desde su debut como manager llevo a Santiago al título ¿suerte o combinación de sus estrategias y los grandes jugadores bajo su mando?

 

Pedro Luis Lazo director de Pinar del Rio ¿Le habrá quedado grande la misión encomendada por las autoridades de la provincia para esta 57 SN?