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#ReformaConstitucional: Cuba pensada por su gente (+Infografía)

tomado del blog: De Lupas y Catalejos

Hoy finaliza un proceso único para Cuba y el mundo, y puede que –imbuidos en la cotidianidad y tan naturalizado como tenemos el hecho de que sea considerada nuestra opinión– obviemos la extraordinaria singularidad de que el pueblo participe directamente en la construcción de un texto constitucional.

Según las cifras ofrecidas por el Equipo Nacional de Procesamiento, y dadas a conocer en reciente emisión del programa televisivo Hacemos Cuba, más de siete millones de cubanos participaron en las reuniones de la consulta popular, que superaron las 110 mil y donde se generó una cifra superior al millón de planteamientos.

Auscultar la opinión del pueblo, ese es el objetivo esencial del proceso, en el cual han tenido voz no solo los residentes en el país sino, además, quienes viven en el exterior. Los integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del Ministerio del Interior y los colaboradores en el extranjero, también formaron parte de una construcción colectiva que ha llegado a comunidades, centros de trabajo y estudiantiles, e, incluso, hasta las zonas rurales más intrincadas del paisaje nacional.

Aunque las opiniones (en forma de modificaciones, adiciones, eliminaciones o dudas) no son vinculantes, sí se toman en cuenta en su totalidad; y para garantizarlo trabajan a un ritmo vertiginoso no solo el Equipo ya mencionado, sino, de igual modo, el Grupo de Análisis del Procesamiento de la Información, que labora en las oficinas auxiliares del Consejo de Estado.

El estudio, eminentemente cualitativo, se apoya en herramientas informáticas, desarrolladas para el caso y que garantizan la fiabilidad. Por tanto, la frecuencia no es la que marcará o no la inclusión final, sino el valor del planteamiento (aunque sea de una sola persona) para la Carta Marga y su coherencia.

Entre los saldos positivos de la consulta, está precisamente el de demostrar el interés de los ciudadanos cubanos por el destino de su país y las bases sobre las que se levanta el proyecto de nación. Más de dos millones de tabloides del Proyecto fueron impresos y se convirtió en el documento de esa naturaleza más rápidamente vendido por Correos de Cuba.

De 755 párrafos, solo ocho no han sido abordados por la gente. Temas como el matrimonio y su definición, los periodos de mandato y los límites de edad requeridos para ejercer la presidencia, el trabajo y su valor dentro de la sociedad, así como la nueva figura del gobernador y las implicaciones semánticas de esa denominación, se hallan entre los más debatidos.

Asimismo, el debido proceso, la vivienda digna, educación y salud, la protección a los animales, quejas y reclamaciones ante el Estado, relación Asamblea Nacional del Poder Popular-Consejo de Estado y la autonomía del municipio, fueron aspectos que suscitaron miles de pronunciamientos.

A no ser aquellos que se consideran contenidos pétreos, como el carácter irrevocable del socialismo en Cuba, en esta como en la nueva etapa que vendrá se ha seguido el principio de que en el proyecto todo está sujeto a cambios, porque es una obra perfectible.

El Grupo de Análisis tiene la difícil encomienda de entregar a la Comisión Redactora la fundamentación de las que pudieran ser transformaciones. Con la opinión del pueblo como saeta, reelaborará esta última el texto para que pase a manos de los diputados cubanos.

Será la Asamblea Nacional la que aprobará finalmente la propuesta de Constitución sobre la cual se pronunciará el pueblo en referendo.

Cuba debe tener en febrero próximo una nueva Carta Magna y así no solo cerrará su ciclo constitucional más largo, sino que tendrá como base para pensarse y actuar, un documento con la legitimidad que ofrecen el consenso, la continuidad y el perfeccionamiento.

(Publicado originalmente en Cubahora)
http://www.cubahora.cu/especiales/reforma-constitucional-cuba/noticias/reforma-constitucional-cuba-pensada-por-su-gente

Más que para gusto, se han hecho los colores.

Por: José Alberto Zayas Pérez

publicado en el blog Espacio Físico & construcción
Les ofrezco: cinco grados menos de temperatura en el interior de su vivienda. Demando: unos minu­tos de su tiempo.
No hay que esperar una centuria para padecer los cambios bruscos en el aumento de la temperatura. Hay que pasar de la etapa de preo­cuparnos por los cambios climáticos a ocuparnos en acciones concretas en los disímiles campos del saber.
Los problemas deben dejar de in­quietarnos para realizar lo que nos corresponde; pienso en las situacio­nes bioclimáticas de muchas de nuestras viviendas, asociadas a su diseño o construcción, en algo apa­rentemente tan intrascendente como los colores con los que pinta­mos, enchapamos o cubrimos los pisos de casas, instalaciones pro­ductivas, de servicios o espacios pú­blicos.
En las últimas décadas, los proble­mas climáticos asumen el protago­nismo: huracanes, fuertes lluvias, inundaciones, prolongadas sequias, elevación de la temperatura…, obli­gando a perfeccionar los planes de contingencia ante los retos de la na­turaleza.
Sabemos que en la mayor parte de los casos se sustituye la vivienda tradicional por una casa provista de cubierta con losa de hormigón arma­do (placa), buscando mayor seguri­dad, calidad y duración y, en no pocas ocasiones, su diseño y cons­trucción revelan serias deficiencias en su comportamiento bioclimático.
El término diseño bioclimático o arquitectura bioclimática es relati­vamente reciente. Radica en optimi­zar la relación hombre-clima mediante la forma arquitectónica.
La arquitectura bioclimática consiste en el diseño de edificios tenien­do en cuenta las condiciones climáticas, aprovechando los recur­sos disponibles: sol, vegetación, llu­via y vientos para disminuir los impactos ambientales.
Leí en un artículo, de una enciclo­pedia digital, que los altos puntales se consideran recurso esencial para el diseño bioclimático en climas como el de Cuba, lo cual es válido cuando se trata de edificaciones de una sola planta con cubiertas ligeras expuestas a la radiación solar, pues el puntal alto aleja de las personas la fuente emisora de calor radiante, por tanto, de la sensación de calor percibido.
En cubiertas pesadas, el efecto de la elevación del puntal en la tempe­ratura apreciada es despreciable, por eso la decisión de diseño no se justifica desde el punto de vista eco­nómico.
Mejores resultados podrían obte­nerse reduciendo la capacidad de luz absorbida por la superficie exte­rior de la cubierta. Por ejemplo, con solamente pintarlas de blanco, la sensación térmica interior puede re­ducirse hasta en cinco grados.
En el diseño de las nuevas urbani­zaciones se observará en su trazado la dirección de los vientos predomi­nantes para favorecer el régimen de brisas en los espacios edificados, que contribuya a disminuir la radia­ción solar; además de una adecuada orientación de las instalaciones con respecto a la luz solar, en dependencia de las actividades a realizar. En el mismo sentido, el uso de colores claros en la edificación disminuye la sensación térmica.  El empleo de la vegetación reduce el efecto de la radiación solar y el calor absorbido por las edificacio­nes y los pavimentos, contrarresta el efecto de “isla de calor urbano”, que se caracteriza por su dificultad para disipar el calor durante las horas nocturnas, mejoran el microclima térmico, purifican el aire y modifi­can los patrones de flujo del viento.
Cumplí mi compromiso de divul­gar las maneras para mejorar la re­lación del ser humano con la naturaleza, solo espero con ansias el fin de semana, provisto de short, gorra, escoba, brocha y una tanque­ta de pintura blanca, para acometer la tarea.
Cinco grados menos de calentura dentro de mi vivienda es una oferta demasiado tentadora para no pro­bar, ahora que se acerca el verano, con su carga de agobiante calor.
( Temas consultados: Arquitectura bioclimática, Arquitecta. Doctora en Ciencias Dania González Couret. ISPJAE. Enciclopedias Wikipedia y EcuRed)
*http://lademajagua.cu/wp-content/uploads/2017/05/P–gina-3-2.pdf
Edición impresa 1334 del semanario La Demajagua, sábado 20 de mayo de 2017