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APUNTES PARA UN DEBATE: CULTURA Y MEDIOS EN LA ERA DIGITAL

Tomado del Blog: Cine Cubano La pupila Insomne

Como parte de los preparativos del IX Congreso de la UNEAC, a celebrarse entre el 28 y el 30 de junio del 2019, la Comisión Permanente encargada de la Cultura y los Medios ha sometido a debate su informe.

Lo ideal sería que ese texto estuviese en la red, y recibiese las contribuciones críticas de todos los miembros, a lo largo y ancho de la isla. Es posible que esté, pero hoy he intentado acceder al espacio Se dice cubano (www.uneac.org.cu), que se anuncia como la publicación digital de la Comisión, y me da error. Así que apelo a esta vía para dar a conocer algunas de las impresiones que me deja el escrito.

El informe abre citando una parte de las palabras pronunciadas por el actual Presidente del país Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la clausura del VIII Congreso de la UNEAC. La cita alude al innegable hecho de que hoy la cultura es la principal herramienta de dominación que tienen los poderes imperiales para someter a sus subalternos, pero como quedarse en el diagnóstico que se deduce de lo anterior es una sutil invitación a sentarnos en el muro de las lamentaciones, yo prefiero esta otra parte de ese mismo discurso pronunciado por Díaz-Canel en aquella ocasión:

Debemos evaluar con rigor el impacto de las nuevas tecnologías en el consumo cultural, en la creación y la distribución. No puede verse ese impacto como algo negativo, sino como un reto inédito para la relación de las instituciones con los creadores, que debe reforzarse sobre reglas de juego diferentes. Tenemos que usar las nuevas tecnologías para promover lo mejor del talento con que contamos”.

Lamentablemente, el Informe no se pronuncia en este aspecto pro-activo, tal vez porque, en sentido general, en estos cuatro años transcurridos después del Congreso, los miembros de la UNEAC no hemos conseguido estar a la altura del desafío creativo propuesto por el presidente. Al contrario, más bien nos hemos atrincherado en las viejas maneras de interpretar los fenómenos culturales, ignorando de forma tozuda lo que la realidad ya es, que en nada se parece a lo que era, ya no en el siglo pasado, sino hace cuatro años, cuando celebrábamos aquel Congreso.

De allí que lo que se expresa tenga ese tono incurablemente defensivo y (ultra)conservador, donde en nombre de la jerarquización, se patologiza de forma numantina todo aquello que no entra dentro de lo que está asumido (por el grupo que representamos) como lo valioso.

Imposible encontrar en este Informe indicios de que se haya explorado lo que puede aportar la creatividad en aquellos escenarios informales donde hoy se produce, distribuye y consume buena parte de la cultura (por suerte, instituciones como la Fundación Ludwig, por ejemplo, sí han venido trazando un valioso mapa); todo lo contrario: pareciera que el mundo cultural empieza y termina en los marcos institucionales.

Me apresuro en señalar que yo también defiendo las jerarquías culturales y el sistema institucional, en un tiempo en que parece que todo vale. Pero esa defensa tiene que ir acompañada de un conocimiento cabal de lo que es la compleja realidad en que nos movemos, y ello incluye el examen de las nuevas prácticas culturales, que obviamente responden a las nuevas circunstancias en que los miembros de la sociedad se van desenvolviendo.

Me parece absurdo que sigamos asumiendo el viejo esquema comunicativo que nos hablaba del uno dirigiéndose a muchos, cuando en el país (a pesar de haber llegado tarde a la cultura de las redes), ya se aprecia un desarrollo imparable de lo que sería lo inter-activo, participativo y colaborativo. Si no acabamos de entender que ya vivimos en la Cuba del 3G (aunque sean pocos los que puedan conectarse de un modo natural), y que el mundo de los ciudadanos comunes que somos todos nosotros cada día, opera de acuerdo a este horizonte de expectativas que van condicionando los medios emergentes, nuestros Congresos seguirán siendo parodias de lo que Tomás Gutiérrez-Alea describía en Los sobrevivientes: una lujosa mansión donde un grupo que se ve a sí mismo como cumbre de su tiempo, se aísla de lo que considera el Apocalipsis del mal gusto.

Estoy escribiendo estos apuntes todavía con el eco de lo pronunciado por Miguel Díaz-Canel en la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando evaluaba el proceso de informatización de la sociedad. En algún momento de su intervención, el Presidente habló azorado de la manera en que en este país todavía se conforma a mano el censo a través del cual después se entrega la libreta de abastecimientos de la bodega.

No sé por qué asocié aquello que el mandatario estaba diciendo con lo que muchas veces sucede entre nosotros con la cultura y el consumo cultural. Sí, esta es una imagen de la que no me he podido librar a ratos: la cultura normada y administrada a dedo por un bodeguero (el Estado) que restringe el papel del consumidor a lo que por lo general ha sido: un repositorio de bienes que llegan por la libreta.

Mi criterio es que a estas alturas del siglo XXI debemos ensayar nuevas modalidades de intervención institucional alrededor de estos procesos culturales. El Estado cubano ya no será más ese ente rector que antes monopolizaba todo lo que tuviese que ver con la producción, distribución y consumo. Nos guste o no, ahora los nuevos públicos organizan sus propias parrillas de programación, deciden qué ver, cómo ver, y con quién ver lo que desean consumir.

¿Qué le quedaría por hacer al sistema institucional en un contexto así? Pues probablemente mucho más de lo que hacía antes. El Estado, en vez de administrar de un modo mesiánico el consumo de los bienes, puede convertirse en ese gran mediador que, Políticas Públicas mediante, garantiza escenarios donde lo creativo adquiera el protagonismo, acompañado de un cuerpo de ideas que se actualiza de modo permanente.

De allí que resulte tan importante la observación rigurosa de lo que va pasando más allá de “lo establecido”. Siempre va a ser difícil detectar dónde está lo valioso de eso que está naciendo (¿necesitamos recordar algunos de los epítetos dedicados a Los Beatles cuando estaban iniciando su carrera?), pero lo importante no es tanto ponerse en plan de policía que multa a los conductores que se saltan la norma, como construir autopistas que estimulen la creatividad asociándola a lo diverso.

Esto, insisto, no quiere decir que el Estado y sus instituciones públicas perderán el protagonismo a la hora de concederle visibilidad a lo más valioso de la producción cultural. Para poner un ejemplo cercano a mis intereses: no me imagino a la Cinemateca de Cuba existiendo sin el apoyo estatal, ni a ningún Proyecto cultural alternativo a lo que hegemónicamente se promueve de acuerdo a los imperativos del mercado. Tampoco es una loa al anarquismo que defienden los que confunden la democracia con la ley de la selva.

Pero una cosa es esa, y otra condicionar un único tipo de consumo que responde a los gustos de quienes desde el poder, pueden legitimar o desautorizar lo que se produce a diario en la realidad.

Resumiendo: me parece que la UNEAC, y en sentido general, todo el sistema institucional de la cultura en Cuba, debería dejar a un lado los afanes de dictar parámetros y perímetros, para insertarse en una dinámica cultural global que ahora mismo aparece atravesada por la inter-actividad, la inter-creatividad, lo transmedial, y el prosumo de los grupos.

Juan Antonio García Borrero

CIBERTERTULIA SOBRE EL “PROGRAMA DE FOMENTO DE LA CULTURA AUDIOVISUAL” EN CUBA

Tomado del blog: Cine Cubano La pupila Insomne

por Juan Antonio García Borrero

En nuestra próxima Cibertertulia El Callejón de los Milagros, a celebrarse el jueves 25, a las 5.00 pm, en el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo, estaremos hablando del “Programa de Fomento de la Cultura Audiovisual” concebido por el ICAIC, y tendremos como invitado a Roberto Smith, actual Coordinador Nacional del mismo.

No es la primera vez que en Camagüey abordaremos este asunto, pues los que asistieron al Primer Encuentro sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales celebrado en el año 2016, recordarán que una de las sesiones de trabajo estuvo dedicada a evaluar la implementación del mismo en la ciudad.

Lamentablemente, a pesar de que en Camagüey todas las condiciones están creadas para poner en práctica el Programa, no hemos podido iniciar convenios de trabajo con las instituciones educacionales que existen aquí, debido a que el grueso de los directivos no conoce la existencia de ese documento programático.

Es cierto que hay cuestiones que para que consigan impactar en la Política Pública necesitan de la intervención directa de quienes ocupan los más altos escaños del gobierno en Cuba, pero, ¿qué justificación tendría que acá en Camagüey, donde ya la infraestructura está creada, y existen las personas que pueden ayudar a formar a los profesores, todavía no funcionen los círculos de interés que aborden la apreciación audiovisual desde las escuelas?

En estos cuatro años de trabajo, el Proyecto El Callejón de los Milagros ha tratado de construir un espacio de reflexión y un área de influencia donde sea posible adquirir competencias cognitivas asociadas al momento histórico que estamos viviendo.

Y en ese período hemos tenido la oportunidad de intercambiar con representantes de la Red del Universo Audiovisual del Niño o de CELEP (Centro Referencia Educación Preescolar adscrito al MINED), pero el impacto en las prácticas rutinarias asociadas a lo docente sigue siendo mínimo, dada la falta de una alianza efectiva entre las áreas de Educación y Cultura.

Con la Cibertertulia del jueves, más que disertar sobre las posibilidades de implementar el Programa de Fomento para la Cultura Audiovisual en abstracto, pretendemos dejar establecidas un grupo de acciones concretas, donde se aproveche la infraestructura que ya existe.

Ese día también dejaremos inaugurada la Galería QR “El Callejón de los Milagros” con una exposición de fotos sobre las cuales estaremos ofreciendo información más adelante.

Juan Antonio García Borrero

CONTRA EL CREATICIDIO: PROHIBIDO NO SOÑAR.

 

 

Todo evento cultural es, en el fondo, un sueño comunitario. Por eso la importancia de los eventos (que duran muy pocas horas), no debería medirse por lo que ocurra en su período de realización, sino por las secuelas que deja en el día a día posterior de sus participantes. Un evento debería ser la semilla que fecunda la creatividad cotidiana de la comunidad donde tuvo lugar el suceso: de lo contrario, tendría más de efímera reunión familiar que de acontecimiento cultural con alguna trascendencia.

De allí que no sería aconsejable conformarnos con lo sucedido recientemente en el Tercer Encuentro sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales, por gratificante que haya sido la presencia física de Jorge Luis Tapia Fonseca (Primer Secretario del PCC en la provincia) e Isabel González Cárdenas, Presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, en la inauguración del mismo.

O que como parte de su programa de actividades, dejásemos inaugurada la Mediateca “El Callejón de los Milagros” que, gracias a la plataforma Omeka, permite a los usuarios interactuar y compartir libros o recursos de todo tipo vía Wifi, o la cartelera electrónica diseñada por el Grupo Smart Soluciones, o los Talleres de creatividad impartidos a niños y niñas de quinto y sexto grado. Todo eso estuvo muy bien, pero la pregunta que nos desafía es: ¿cómo mantenemos ese entorno de creatividad?

A mí siempre me gusta recordar que la idea del Proyecto para el Fomento de la Cultura Audiovisual “El Callejón de los Milagros” de Camagüey, nació a raíz de lo expuesto por el hoy presidente del país Miguel Díaz-Canel en las conclusiones del VIII Congreso de la UNEAC. Y todo lo que se ha venido haciendo en estos cuatro años forma parte de aquel conjunto de propuestas que se discutieron y elevaron, incluyendo la implementación del “Programa de Fomento de la Cultura Audiovisual” diseñado por el ICAIC.

De allí nuestro interés en fomentar las alianzas estratégicas con las diversas instituciones (Etecsa, Joven Club, Desoft, Universidad, Educación, etc) que podrían contribuir en la construcción de esa plataforma inclusiva que necesitamos en estos tiempos de tanta interactividad virtual. De hecho, nadie mejor que el propio Díaz-Canel ha descrito lo que necesitamos impulsar en esta área, cuando en la clausura del 1er Taller Nacional Informatización y Ciberseguridad, (2015), describiera a la informatización como,

“…un proceso complejo, retador, necesario, que tiene que ser abordado en la multi y la interdisciplinariedad, con visión de país y contando con la participación institucional y ciudadana, el cual debe abarcar transversalmente todos los escenarios y ámbitos de la vida política, económica y social del país, y constituir un imprescindible apoyo y soporte al perfeccionamiento integral de nuestra sociedad socialista, próspera y sostenible

Aún a riesgo de que se interprete como mera vanidad provinciana, hay que decir que en lo que a informatización de la gestión cultural se refiere, acá en Camagüey se han conseguido impulsar un grupo de acciones que no existen en otra parte del país. O sea, que si un lugar en Cuba hoy podría servir para dar inicio de un modo formal a esa Campaña de Ciberalfabetización que ya sabemos necesita con gran urgencia la nación, ese lugar sería Camagüey, donde están al alcance de la mano todos los recursos y herramientas necesarias para llevarlas a buen término, y donde existe una infraestructura (el Paseo Temático del Cine) que es única.

¿Cómo es posible entonces que, a pesar de eso, todavía las distintas áreas de Cultura, Educación, y Nuevas Tecnologías de la ciudad, se muestren poco creativas con lo que el Gobierno ha puesto a su disposición? ¿Cómo explicar que la comunidad académica y estudiantil (ya sea a través de la Universidad o Educación en sentido general) siga ajena a todo lo que allí existe? ¿Cómo es que, tal como se describe en el texto “Política integral para el perfeccionamiento de la informatización de la sociedad en Cuba” suscrito por el Ministerio de Comunicaciones en julio del 2017, todavía no pensemos en, “implementar modelos educativos en todos los niveles de enseñanza, que generen el capital humano con las capacidades para desarrollar, sostener y utilizar las TIC”?

Lo primero es que dentro del sistema institucional cubano todavía el concepto de Informatización asociada a las Humanidades Digitales no se aprecia. Y es lógico, porque ese concepto es algo que tendríamos que construirlo con nuestras propias manos, acorde a nuestras propias necesidades. Por otro lado, cuando en una institución cultural hablamos de informatizar la sociedad cubana pensamos solo en el uso de Internet. No digo que acabar de garantizarle a todos los cubanos el acceso a la red de redes a precios que resulten inclusivos (y no excluyentes, como los que ahora promueve Etecsa), no resulte algo que se deba priorizar, pues al igual que Ignacio Ramonet, pienso que “no tener Internet hoy es como si en una sociedad de otra época no hubiese acceso a la imprenta, por ejemplo”.

Es decir, por experiencia personal sé que la tecnología es importante, pues ahora mismo ni en Nuevo Mundo ni en la sede del Proyecto tenemos computadoras para prolongar los Talleres de creatividad que se hicieron con los niños durante el Tercer Encuentro, porque las mismas se alquilaron al Joven Club solo para los días del evento, pero más allá de esa carencia material estaría también la carencia de una estrategia formativa.

Sencillamente nos hemos conformado con colocar en los espacios un grupo de máquinas que serán utilizadas por los niños y jóvenes fundamentalmente para jugar. O seguimos ampliando los puntos públicos de red wifi, sin acompañar esas acciones imprescindibles con cursos o talleres que ayuden a impulsar la creatividad. Es decir, como no hay una Política Pública que estimule el uso creativo, pues es natural que nos quedemos en el mero consumo de contenidos.

Como resultado, las dinámicas culturales concebidas desde el sistema institucional siguen guiándose por la lógica que dicta el pensamiento analógico de antaño. El público ha cambiado la manera de consumir la cultura, pero los encargados de garantizar una Política Cultural que desde las instituciones garantice la circulación eficiente de los bienes culturales, sencillamente se divorcian de ese público ahora nómada y, en apariencia, más autónomo.

Esa brecha entre las instituciones y las formas no estatales de gestión informática, volvió a ponerse de manifiesto en la última jornada del Tercer Encuentro sobre Cultura Audiovisual, en eso que llamamos la “sopa de piedras”. Páginas como “Live Camagüey” (concebida por un grupo de amigos que aman la cultura camagüeyana), por ejemplo, nos da la medida de que la creatividad no es monopolio, efectivamente, de las instituciones, por lo que estas hoy más bien deberían funcionar como esponjas atentas a todo lo que acontece fuera de su radio de acción.

Sin embargo, cuatro años después del Congreso de la UNEAC y la exhortación pública de Miguel Díaz-Canel seguimos en el mismo lugar de antaño, con el inconveniente de que la tecnología y el nuevo consumo cultural evoluciona todos los días, y se desentiende cada vez más del viejo entramado institucional. ¿Qué hacer frente a un escenario como este?

No creo que la solución pueda llegar con orientaciones autoritarias que reproducen el viejo esquema del poder cultural, sino en todo caso de la formación de comunidades de usuarios que desde la base se inserten en las instituciones. En el viejo discurso hay una apelación a la incursión inteligente en los terrenos de la cultura, pero los públicos de ahora cuentan con el recurso del zapping para creer que se libran de la retórica que les hace sentir que son “sermoneados” o “dirigidos”.

Aquí debemos recordar lo que Anatole France observaba en su momento: “Solo se ejerce una fuerte acción sobre los individuos apelando a sus pasiones o a sus intereses, no a su inteligencia”. Hasta que los individuos (incluyendo a quienes deciden las Políticas Culturales o dirigen nuestras instituciones) no descubran de modo individual que la informatización de la gestión cultural puede beneficiar sus intereses o los que representan, no estaremos en condiciones realmente de impulsar el uso creativo de la tecnología dentro del sistema institucional.

De allí que más que un Congreso puntual, o un Encuentro sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales que se celebra una vez al año, lo que necesitamos son plataformas permanentes de trabajo, donde se borren las falsas fronteras que muchas veces se establecen entre las instituciones y “los otros”, y predomine el espíritu inter-creativo interesado en fomentar el bien público.

PROGRAMA DE ACTIVIDADES DEL TERCER ENCUENTRO SOBRE CULTURA AUDIOVISUAL Y TECNOLOGÍAS DIGITALES

 

Organiza: Proyecto para el Fomento de la Cultura Audiovisual “El Callejón de los Milagros”

Auspiciado por: Sectorial Provincial de Cultura, Asociación Hermanos Saíz, Centro Provincial del Cine, y Unión de Informáticos de Cuba.

Ejes temáticos:

Homenaje a Desiderio Navarro, pionero en el uso de lo digital en función de la promoción cultural en Cuba.

Homenajes a Tomás Gutiérrez Alea (90 aniversario de su natalicio) y Memorias del subdesarrollo (50 aniversario de su estreno)

Políticas públicas e informatización de la gestión cultural

El enciclopedismo digital del siglo XXI

PROGRAMA DE ACTIVIDADES

Martes 24 de abril

Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

8.00 pm

Palabras de bienvenida al Paseo Temático del Cine, a cargo de Tamira González, Directora del Sectorial Provincial de Cultura en Camagüey.

INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN COLECTIVA SYNOPSIS II.

Proyecto de Tesis de los estudiantes Leidy E. Rodríguez Agüero, Lester Delgado, y Noslen Ángela Argilagos, de la Academia de Arte “Vicentina de la Torre”

Curaduría: Nelson Miranda Varona.

Objetivos generales del Proyecto:

Brindar una visión del arte y la sociedad a través de una mirada heterogénea de un grupo de video-creadores, anexando al formato audiovisual, otros soportes como la instalación, la pintura, y la escultura.

Miércoles 25 de abril

Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

9.00 am

Entrega del Premio Nacional de Calidad’ 2017 del Ministerio de la Construcción de Cuba al Proyecto “La Calle de los Cines”. Proyección del video promocional.

Presenta: Arq. Wilfredo Rodríguez Ramos (Director del Proyecto)

10.00 am

HOMENAJE A DESIDERIO NAVARRO.

Proyección de la entrevista concedida por Desiderio Navarro al programa Del Camagüey (TV Camagüey, 2016)

Mesa: Desiderio Navarro, un pionero en el uso de lo digital en función de la promoción cultural en Cuba.

Participan: María Antonia Borroto, Beatriz Goenaga, Juan Antonio García Borrero

Moderadora: Lourdes María Mazorra Polo

Inauguración de la Mediateca “El Callejón de los Milagros” basada en Tecnología Omeka, con la presentación de la Colección “Criterios”.

Presenta: Juan Antonio García Borrero

11.00 am

HOMENAJES A TOMÁS GUTIÉRREZ ALEA (90 ANIVERSARIO DE SU NATALICIO) Y MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO (50 ANIVERSARIO DE SU ESTRENO)

Participan: Armando Pérez Padrón, Jorge Santos Caballero, Juan Antonio García Borrero

Moderadora: Claudia Otazua Polo

Presentación del libro Memorias del subdesarrollo. Guión de Edmundo Desnoes y Tomás Gutiérrez Alea.

Compiladores: Arturo Arango y Juan Antonio García Borrero

Presenta: Jorge Santos Caballero

Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

2.00 pm:Inauguración del Cine Club Infantil “Meñique”

Callejón de los Milagros

2.30 pm

Taller de Creatividad “Autorretrato” con niños de primaria

Imparte: Nelson Miranda Varona

Mediateca Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

2.30 pm

Taller de Creación Audiovisual con niños y niñas

Imparten: Eileen Sanabria, Ivonne Sánchez

Sede El Callejón de los Milagros (antigua Videoteca)

2.30 pm

Taller de Creatividad con niños y profesores: Aprendiendo a animar

Imparte: Isabel Pardo (Tecnoarte/ ISA)

Centro Cultural EJO

4.00 pm

Inauguración de la Exposición “La fotografía humorística”, del fotógrafo Francisco Puñal Suárez

Presenta: Alfredo Fuentes

Jueves 26 de abril

Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

9.00 am

Universo Audiovisual de la Niñez: Un acercamiento a la realidad cubana actual.

ü Actualizaciones del consumo audiovisual infantil en Cuba.

ü El proceso de creación audiovisual infantil en Cuba. Cámara Chica un proyecto que construye sueños.

Ponentes: Eileen Sanabria, Ivonne Sánchez

11.00 am

Mesa:

Políticas públicas e informatización de la gestión cultural

Participan: Iroel Sánchez, Rafael Cruz, Juan Antonio García Borrero

Modera: Reynaldo Alonso

Convocatoria pública para la construcción de la Enciclopedia Digital de la Cultura Camagüeyana.

Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

2.00 pm

Mediateca: Taller de Creatividad con niños: Aprendiendo a animar

Imparte: Isabel Pardo (Tecnoarte/ ISA)

Sede El Callejón de los Milagros (antigua Videoteca)

2.00 pm

Taller “Estira tu cuenta, taíno. Recuperación de información científica en la WEB en el contexto cubano”

Imparte: José Raúl Gallego

Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

5.00 pm

Cibertertulia“El Callejón de los Milagros”

Tema: Conversatorio sobre la Revista Artístico-Literaria La Liga

Conduce: Juan Antonio García Borrero

Invitados: Yoan Pico, María Antonia Borroto

Presentación del libro El suicidio de la sabiduría (Editorial Ácana), de Juan Antonio García Borrero

Presenta: María Antonia Borroto Trujillo

Café Literario La Comarca (AHS)

9.00 pm

Quinteto Santa Cecilia

Viernes 27 de abril

Complejo Audiovisual Nuevo Mundo

9.00 am

Taller de Proyectos:

Presentación de la Comunidad virtual El Callejón de los Milagros y el Sistema de reservación online para cines

Exponen: Reiniel Crespo, Raúl Ávila (Desoft)

Presentación del Proyecto Caja de herramientas.

Expone: José Raúl Gallego

Presentación del Proyecto “Programar es crecer”

Expone: Jorge Smith

Presentación del Proyecto “formatos.media

Expone: Luis Álamo y Jorge Smith

Presentación de la Página Web: Live Camagüey.com (www.livecamaguey.com)

Expone: Rolando Morán, Erick Machado

Presentación del Sistema de cartelera electrónica de La Calle de los Cines

Expone: Miguel Torres Pérez (Grupo Smart Soluciones Cuba)

12.00 pm

Relatoría final y Clausura.

La culpa no la tiene el celular

 Mientras leía los comentarios del foro “Móviles para adolescentes ¿Necesidad o Adicción?”,  abierto hace unos días por Cubahora, me puse a sacar cuentas.

Tuve mi primer teléfono celular a los 22 años, es decir, hace cinco.  Antes de eso no puedo decir que jamás hubiese deseado uno, pero tampoco me obsesionaba.

El primer móvil había llegado a mi entorno estudiantil en la época del preuniversitario. Eran contadas las compañeras y compañeros de grupo que los utilizaban. Se consideraban un lujo, porque muy pocos padres podían pagar algo así.

Wifi

Ya en la universidad la historia fue otra. Se multiplicaban cada vez más y solo los menos estábamos «incomunicados».

Sin nunca haberlo pedido, cuando me gradué de la licenciatura mis padres me regalaron un celular. Era un Alcatel pequeñito, y a mí me encantaba: podía, además de hablar y textear, escuchar radio y música.

Creo que puedo considerarme afortunada, el consumismo no tiene en mí una víctima propicia. Nunca pensé cambiar mi «Tamagotchi» por alguna de aquellos aparatos grandotes y brillantes que me circundaban.

De hecho, cuando me regalaron un teléfono más moderno, con sistema operativo Android, dejar al anterior fue una agonía y me parecía casi una traición; le tenía cariño.

En mi móvil actual leo, también lo uso para compartir archivos o aplicaciones a través de Zapya o Xender; funciona como reloj despertador, me recuerda los cumpleaños de mis seres queridos…Y no soy su esclava, es una herramienta que, como todas a lo largo de la historia de la humanidad, solo contribuye a hacerme la vida mejor.

Si he contado esta experiencia personal es para sentar una postura: así como no debemos botar el sofá tampoco podemos deshacernos del móvil.

Claro, no soy una adolescente  y he escapado de peligros asociados al uso de dispositivos móviles por ese grupo etario y también por niños y niñas:

  • El celular como sinónimo de estatus y poder adquisitivo
  • Acceso a contenido audiovisual inapropiado para la edad (violencia, muerte, sexo)
  • Adicción a los videojuegos
  • Vulnerabilidad de la información personal y de la intimidad
  • Riesgo de sufrir accidentes en la vía pública por no prestar la debida atención.

Según una investigación realizada por el Centro de Estudios Sobre la Juventud, el 94 por ciento de los adolescentes y jóvenes cubanos posee acceso a alguna tecnología informática, y es el teléfono móvil la más extendida.

Movil

El dato no me alarma, alegra. Sin dudas, en el futuro que vivirán necesitarán de habilidades tecnológicas; no obstante, hay puntos que merecen toda la reflexión en una sociedad como la nuestra, abocada a una informatización cada vez mayor; y valen tanto para las nuevas generaciones y sus padres, como para todos los ciudadanos que usan las nuevas tecnologías.

Un celular es un objeto, frágil y caro. Sacralizarlo y suponer que por el modelo y el precio del que portemos, o el hecho de tener uno o no, seremos más o menos, apunta a un vacío de alma evidente.

En mi opinión, un niño no debe tener un móvil ni llevarlo a la escuela; está expuesto a perderlo, a que se lo roben, o a entretenerse en medio de clase.

Celulares

En el caso de los adolescentes, lacera la falta de percepción de riesgo de los padres. Muchos olvidan la humildad de sus juventudes, quieren darle a su prole los gustos que no tuvieron, aunque en ello se les vaya la vida; y sucumben a la dictadura de las marcas de móviles. Después puede que les duela advertir en sus hijos los signos de la vanidad y de más cariño hacia un aparatico que por otras cosas más valederas.

Andan los vástagos sin que nadie les controle qué contenidos consumen en el celular, quién los llama, qué tipo de mensajes reciben, cuántas horas juegan, o qué fotos de sí mismos almacenan.

No hago una apología de la vigilancia paterna, pero sí de la responsabilidad. Me duelo cuando veo padres que recargan la cuenta nauta de sus hijos para que se conecten a Internet y se entretengan, sin siquiera pensar qué pueden encontrar en sus búsquedas.

Celulares

Las familias alrededor del mundo saben de bullying, de ciberacoso, de pedofilia… y restringen los sitios que sus hijos pueden visitar. Internet no ha llegado a todas las casas ni a todos los móviles cubanos, pero el momento de prepararse es ahora y las vulnerabilidades también están aquí.

Que cada vez más la relación móvil –persona sea de pura necesidad (tecnológica, lúdica, informativa, profesional) y menos de adicción en cualquiera de sus variantes, es la meta en pos de la cual debemos proyectarnos.

Como ya dije, no es cuestión de desechar los móviles. Fíjese bien la próxima vez antes de denostar a un adolescente o joven concentrado en su celular. Le aseguro que los habrá leyendo, usando un diccionario, completando un crucigrama… La tecnología tiene un lado de luz, y los nativos digitales poseen  muchísimas competencias para encontrarlo.

(Publicado originalmente en Cubahora)