UNA INTERESANTE POLÉMICA

 

A raíz de una de las ideas expuestas por Pedro Noa en su post más reciente de nuestro intercambio, se ha originado una interesante polémica entre el crítico de arte Abelardo Mena y él, vía correo electrónico. Les he pedido autorización a ambos para compartir esas reflexiones en el blog.

La idea de Pedro Noa que originó el intercambio es la siguiente:

“De los cuatro invitados a la mesa, las “mejores cartas” para informar a los presentes las tenía Samada, quien, desde hace algún tiempo, ha venido hablando en varios foros como el Congreso de la AHS y el propio Caracol de la Uneac, sobre los cambios en la política audiovisual y especialmente cinematográfica. Sobre ellas puedo escribirte casi otro post tan largo como este; pero, a grandes rasgos, puedo decirte que va dirigida a la transformación del icaic como institución más pequeña, eficiente y funcionando como empresa, no unidad presupuestada; al acercamiento de los artistas a la propia institución, mediante la creación y rescate de varios organismos internos como el Comité de documentalistas, la Comisión de Fomento fílmico; y, por último, a crear un vínculo y reconocimiento de los productores independientes, mediante el registro del creador, una nueva figura que es el colectivo de creación audiovisual, y el reconocimiento de varias figuras dentro del trabajo por cuenta propia entre los que están el arrendador y operador de equipos audiovisuales.

Todo esto dicho y rápido, tiene muchos matices que, si te parece bien, podemos desarrollar, otro día, como parte de este diálogo.

Un abrazo

Pedro Noa

 

DE ABELARDO MENA A PEDRO NOA Y GARCÍA BORRERO

 Juani y Noa, de veras no logro imaginar cómo el ICAIC podría metamorfosearse en “empresa cubana estatal socialista”, y aun así producir buen arte que sea comercialmente rentable… Hay límites que el mercado no debe transgredir…y es deber de la clase política cubana entenderlo. Como sucede con la biotecnología.

¿Es acaso el entierro de aquel precepto fundador de marzo de 1959 “Por cuanto el cine es un arte?… ¿O es que volvemos al pragmatismo vulgar que sacudió las instituciones cubanas en el Periodo Especial?

Incluso la Conceptualización reconoce formas de propiedad no lucrativas, que desarrollen acciones lucrativas para sostenerse. Pero definirse de pleno como empresa igualito que las de la música, disqueras etc, será su muerte anunciada.

Abelardo Mena

 

DE PEDRO NOA A ABELARDO MENA

Estimado Abelardo:

Creo que todo lo planteado por Samada está por comprobar en la práctica; pero me parece que es un paso de avance. La empresa estatal socialista que se aspira como futuro de Cuba todavía es una entelequia demasiado apegada a uno de sus apellidos: socialismo, un sistema de transición sobre el cual hay más teoría que buenos resultados. Sin embargo, el que se piense como empresa me parece un adelanto, porque no es la mentalidad adocenada de la unidad presupuestada.

El cine y todo lo audiovisual es por sí una industria, por lo tanto se rige por un mercado y por los conceptos de ganancia. Mucho daño le ha hecho a nuestro cine olvidar esto y, sinceramente, creo que hemos logrado menos obras de arte que películas malas y algunas que otras comercializables.

El cine como arte, escrito en el proyecto original del icaic era un sueño y se logró en algunos momentos con el respaldo del estado; pero después de muchos yerros. Los tiempos que corren quizás no permitan simplemente aquello de “una cámara y una idea en la cabeza”. A lo mejor habrá que agregarle a la idea en la cabeza “que dé resultados económicos”, eso lo logró el movimiento originario: el cinema novo.

Pero también debemos rescatar una cinematografía que se pueda insertar en los festivales que le dan prestigio a nuestro audiovisual.

La biotecnología quizás debería ser un modelo a seguir por nuestras industrias culturales, en cuanto a irse colocando en un mercado y formando un personal calificado que ayude a esto. En esa industria, el estado ha jugado un papel fundamental. Esto no sería nada nuevo, si recordamos que los pioneros del cine norteamericano contaron con el apoyo de los grandes bancos y heredaron el modelo fordista para su producción. Y no es una defensa a ultranza de lo que comúnmente llamamos el cine de Hollywood; pero sus resultados nos deben hacer pensar, incluso como productores de arte fílmico.

Gracias por tu opinión. Me imagino que Juany también dará sus opiniones.

Saludos,

Pedro Noa

 

 DE ABELARDO MENA A PEDRO NOA

 Estimado Noa,

Lucia, Memorias del Subdesarrollo ni Guernica no podrían haberse hecho bajo un concepto empresarial del cine o del arte, porque así no funciona.

Una cosa es que el ICAIC tenga ciertas zonas productivas “de mercado”: renta de equipos, salas de edición, etc, para ofertar servicios a productores cubanos y extranjeros.

Y otra cosa muy diferente es trabajar, en un país de extremismos como este, buscando criterios vulgares de rentabilidad en una actividad que (como la biotecnología) requiere invertir mucho (sembrar capital, públicos, capacitación) para recoger en no menos de 10 años.

Un realizador cubano YA no necesita del ICAIC para vender sus guiones a una productora extranjera, o Netflix, o para hacer cine en Cayman, Panama, o EEUU.

Ni para rentar cámaras Red, ni para vender derechos en Cannes o a una televisora de Europa.

El ICAIC NO necesita ser empresa. Puede ser entidad No lucrativa, y tender dentro áreas lucrativas, como estipula la Conceptualización.

Además, lo mismo para tomar Santa Clara que para dirigir el anterior ICAIC, necesitas liderazgos carismáticos, sea Che o Alfredo Guevara.

Preparemos el entierro del ICAIC. Fruto de una distorsión político-cultural irreparable.

Saludos, Abelardo

Pd: hago copia al viceministro Fernando Rojas.

 

DE PEDRO NOA A ABELARDO MENA

Estimado Mena:

Lucía y Memorias… fueron los “cantos de cisne” de un proyecto político que incluía la cultura, aunque, después de 1961, fue difícil definir qué se ponía en función de qué, cuando debieron crecer juntos.

Después han llegado otros filmes que podemos evaluar como obras de arte, cada uno hijo de su tiempo hasta el día de hoy.

“Guernica” fue el grito salido del corazón de un artista frente a una de las masacres más crueles de la humanidad. Algo poco frecuente hoy en día, cuando casi ninguno grita con la misma fuerza que Picasso, ante tantas masacres que llenan las pantallas.

Tienes razón. El nacimiento de ninguna de las tres obras está determinadas por la empresa como gestionadora de arte; pero el cine no es igual a la pintura, por lo menos en su momento creativo. El cine -reitero- es industria.

Quizás en los días que corren, se pueda pensar que un filme se hace como un cuadro, cerrado en una habitación o estudio, acompañado por una PC y un celular de última generación.

También es cierto que ya podemos relacionarnos con quien queramos. El problema es que esas instituciones quieran saber algo de nosotros. Si todavía no tenemos “engrasado” los rieles de la industria del arte visual – sobre el cual ud. conoce mucho mejor que yo- qué quedará para el audiovisual.

Le doy otra aprobación: En estos intentos es cierto que necesitamos personas como Che y Alfredo Guevara. Ambos son únicos. Pero van apareciendo otros a quienes – espero- no le corten las alas como Ícaro.

Cuando convocamos en el 3er Encuentro de la crítica cinematográfica, el Panel final: “Institucionalidad, modelos de producción y el futuro del cine cubano” fue idea de un joven crítico. Los organizadores lo aplaudimos porque todos creemos que el gran reto actual del país y dentro de él, el arte, es construir nuevas instituciones, bien fundamentadas en leyes que den posibilidades a tod@s.

En aquellos modelos de producción – donde se incluye la posibilidad del creador de vender su idea, proyecto u obra a grandes industrias- empresas, pensamos igualmente en los youtubers cubanos, una nueva manifestación tribal urbana que está colocando una imagen Cuba diferente en las redes. Muy naif, pero desamparados en su “inocente” adolescencia. Por eso – para conocerlos personalmente- pusimos un encuentro con ellos en el evento.

El icaic nació como un sueño de cinéfilos. Le regalo unos párrafos que pueden, de cierta manera, confirmar lo escrito anteriormente. Los escribió Walfredo Piñera, asesor, en 1959, del BANFAIC para la aprobación de créditos en el área cinematográfica, sobre la Ley No. 169:

“La ley está hecha por personas que creen saber de cine, pero que están muy confusos y valoran desenfocadamente el aspecto artístico. Carece de detalles. se insinúa el control de los temas y hay contradicción al marcar criterios argumentales en el mismo párrafo que consagra la libertad de creación.

No se contempla el ángulo industrial. se insiste en problemas culturales que nada tienen que ver con esto. Se forman comisiones de estudio que bajo contrato analizarán y determinarán sobre estas cuestiones. Se considera en extremo el problema de la distribución siendo éste un capítulo que costaría millones de pesos mantener con canales propios por el mundo y esto después de tener una producción de continuidad suficiente.

El art. 13 daría la clave para una Ley de Cine en manos de personas capacitadas. Pero ésta sería la ley que se debió aprobar y no esta superestructura inoperante en la práctica”.

¿Qué le parece? El icaic fue madurando a golpes como la Revolución. Ahora está en el momento de transformarse porque no puede desaparecer, porque es necesaria una institución, llámese icaic o Instituto cinematográfico cubano. ¿Al fin no estamos reconociendo el evento cinematográfico de diciembre como Festival de cine de La Habana?

Sin embargo, no comparto con ud la premura ante su muerte ni la libertad sin ataduras de los creadores audiovisuales.

Gracias por poner al tanto de nuestra conversación a Fernando Rojas, yo agrego a Ramón Samada, al frente en estos momentos del icaic.

Un abrazo,

Pedro Noa

 

DE ABELARDO MENA A PEDRO NOA

Noa, ahora no tengo tiempo como mereces para responderte en detalle.

Pero creo olvidas un hecho fundamental: ni el ICAIC como empresa, ni ninguna empresa cubana, podrán desarrollar los esquemas de producción presentes en los monstruos productivos capitalistas porque sencillamente, no tienen capital de expansión.

A no ser que comencemos a reciclar a Juan Orol, con destino a cines estilo Shanghái, para un canal de Netflix en moteles de Tijuana.

Apple necesitó a Steve Jobs, Microsoft a Bill Gates y Paul Allen, Google a Serguei Brin, para soñar, emerger y subir.

Ninguno de nuestros burócratas-empresarios le llega ni al tobillo.

Es que ni siquiera pueden garantizarnos un buen pan cada día!

Y eso no tiene nada que ver ni con jóvenes críticos, ni con Walfrido Piñera.

Tiene que ver con formación gerencial, administración, management.

Lo que se enseña en EEUU desde que eres escolar.

Avidez de sangre implacable que no se enseña en los menguados cursos estatales de administración.

No hay nada más ridículo y pretencioso que intentar ser un fabricante suizo de relojes, cuando ni eres suizo, ni tendrás el material necesario, ni el mercado.

Es la misma fatuidad que cuando se habló de la industria cubana del videojuego.

O la industria cubana del queso, inaugurada en 1970.

Cuba debe aprender a jugar su juego, en su nicho, con sus capacidades, y no mirarse en espejos donde no podrá ganar, y donde se convertirá en mueca grosera de sí misma.

Mira con lupa los experimentos más innovadores del mundo empresarial cubano: La Habana Vieja, la UCI, y Biotecnología.

Los tres tenían detrás una personalidad carismática, Fidel, y a un administrador también carismático: Leal.

Esto NO tiene nada que ve con una nueva ley de cine, ni con el apoyo a creadores jóvenes.

En un país con salas de cine destartaladas, no hay “mercado” de cine al estilo Hollywood o Bollywood.

No puedes subir el precio de taquilla, y ni poniéndolo a 10 cuc lo harás rentable.

Y no puedes exhibir en EEUU, y lo que haces como cine cubano- porque aunque seas independiente no te logras quitar la piel cubana- será un mamotretro folklórico  para ellos.

El ICAIC está muerto hace rato.

Pero el entierro demora, porque aquí ni las ambulancias rumbo al crematorio tienen prisa.

¡Viva el postcine cubano!

Abelardo Mena

 

 

 

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