tomado del blog Caracol de agua
Por Licet Latour Rodriguez
Contramaestre, un pueblo lleno de recuerdos donde aprendimos
nuestros primeros pasos en esta isla llamada Cuba, donde jugamos de niños y tuvimos momentos buenos, malos, reímos, sufrimos; donde están nuestros seres queridos: padres, amigos, colegas
de trabajo.
En sus escuelas nos educamos. Crecimos como seres humanos en
los hogares, gracias al amor y cariño de nuestras familias.
Siempre llevo en mi memoria a los repartos Cabrera, Frank
País, Rodolfo Rodríguez, Rosabal y poblados como Maffo y Baire.
¿Por qué olvidarlo? ¿Por qué reírnos de nuestro pueblo? Con mucho orgullo soy
de ahí y seguiré recordando cada minuto de mi vida allí; porque de las raíces
uno ni se burla, ni se ríe, ni las olvida.
¡Hay qué tener valores y calidad humana! ¡Qué importa donde
estemos! ¡Cuánto dinero tengamos! ¡Pobres o ricos!, de ahí somos y ahí
queremos volver.
En el fondo de nuestros corazones, orgulloso decimos: “Yo
soy de Contramaestre”. ¿Por qué ignorarlo entonces?